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El consejo experto explica el consumo de adelgazantes en farmacia

El boticario conoce las características de cada producto y la conveniencia o no de utilizarlo en función de las circunstancias médicas y, sobre todo, del objetivo de cada usuario

productos-adelgazantes-farmaciaEl mercado de productos dietéticos alcanzó al cierre del año pasado un valor aproximado de 965 millones de euros, lo que supuso un incremento del 7% respecto al ejercicio anterior. En esta subida tuvo mucho que ver el segmento de los complementos alimenticios, es decir, el de mayor peso específico, y que ya en 2016 había copado el 39% del mercado total. Le siguieron los alimentos para trastornos metabólicos y nutrición enteral, y las ventas de las dietas hipocalóricas, mientras que los alimentos dietéticos apenas alcanzaron los 100 millones de euros (datos del Observatorio Sectorial DBK de Informa).

Se trata, sin duda, de un mercado en constante crecimiento, y en el que la estacionalidad puede jugar un papel importante; no en vano, la llegada de la primavera supone para muchos el comienzo de la llamada “operación biquini”, cuya meta no es otra que la de un cuerpo estiloso y definido para lucir en los meses de verano. Todos sabemos que las dietas milagro no existen, y que los planes a medida deben pasar inevitablemente por una alimentación completa y buenas dosis de ejercicio físico. A partir de ahí, la farmacia puede facilitarte el trabajo a través de diversas gamas de productos, que en ningún caso serán eficaces para todos los públicos ni deberán ser utilizados de la misma forma por todos ellos.

La variedad de la oferta es cada vez mayor, y la composición o formulación de cada producto es tan diferente a muchos otros que finalmente estamos obligados a dividirlos en categorías (la legislación a la que están sometidos será, por tanto, diferente en función de si estamos hablando de sustitutivos de la comida, complementos dietéticos, coadyuvantes a dietas de adelgazamiento, etc.). En todo caso, los expertos aconsejan acompañar su consumo con una buena ingesta de agua y cantidades importantes de productos frescos en las comidas principales del día.

Cuando hablamos de sustitutivos de las comidas, nos referimos a los recogidos en el Real Decreto 1430/1997 de 15 de septiembre sobre los productos para dietas de bajo valor energético para la reducción de peso, las barritas, las sopas, los batidos, las natillas…, que están específi camente identifi cados como “sustitutivos de una comida para control de peso”. Son productos de formulación especial que, usados de acuerdo con las instrucciones del fabricante, sustituyen total o parcialmente la dieta diaria. Aportan el contenido nutricional recomendado de forma que no se produzcan déficits, por lo que en principio pueden consumirse en sustitución de comidas y cenas diarias durante un período no superior a 3 semanas. ¿A largo plazo? Nunca es recomendable hacerlo.

Se componen sobre todo de proteínas, hidratos de carbono, grasas, vitaminas, minerales y fibra. Las formulaciones más novedades de estos alimentos sustitutivos han incorporado avances nutricionales como los prebióticos, que contribuyen a reforzar el sistema inmunitario natural, y los ácidos grasos Omega-3 que, según algunas investigaciones, juegan un papel importante en el proceso de pérdida de peso.

También disponemos de galletas y tentempiés que nos permiten sustituir meriendas o pequeños almuerzos a media mañana. Los snacks entre horas son muy populares: contienen mucha fibra, lo que proporciona una sensación de saciedad. En su composición incluyen también proteínas, esenciales a la hora de favorecer el mantenimiento de la masa muscular y potenciar el efecto saciente.

Las galletas tienen niveles muy bajos de glúcidos y son ricas en cereales, asegurando niveles adecuados de energía durante toda la jornada. De la misma forma encontramos barritas (diferentes a las sustitutivas), en este caso como una opción válida para personas que practican mucho deporte porque contienen hasta un tercio menos de calorías, cuatro veces menos de azúcares y alrededor de cuatro veces menos de grasas que las barritas clásicas.

Por último, cabe mencionar el auge de los complementos para procesos de adelgazamiento. Es cierto que no sustituyen a ninguna comida ni aseguran las necesidades nutricionales diarias, pero son buenos potenciadores de la pérdida de peso siempre que sigamos una dieta sana y equilibrada. Los complementos alimenticios a base de nutrientes naturales pueden ayudar a obtener resultados positivos de una forma más o menos rápida cuando se eligen correctamente para actuar sobre los diferentes mecanismos de la pérdida de peso.

¿Qué obtenemos con ellos? Nos permiten actuar sobre el metabolismo del azúcar y la insulina (limitando la absorción de azúcares), luchar contra la insuficiencia venosa y la retención de líquidos, recuperar el vientre plano (reequilibrando la flora intestinal), y mejorar el perfil lipídico. En este grupo tenemos productos drenantes, reductores del apetito, quemacalorías, reductores de azúcares o de grasas…

Para perder unos kilos de más, y siempre siguiendo una buena dieta, tienen mucho éxito suplementos naturales como el Té Negro, el Té Rojo y el Té Verde; la Cola de Caballo; el Alga Espirulina; el Fucus; la Garcinia Cambogia; la Bardana; el Chitosán; el Aloe Vera, la Avena; la Alcachofa; la Moringa; o la Cúrcuma. Ésta última tiene la capacidad de acelerar el metabolismo, lo que permite quemar una mayor cantidad de grasa y poder adelgazar de forma más rápida a la vez que saludable.

Obesidad y farmacia

Las oficinas de farmacia mantienen una relación privilegiada con los pacientes por su cercanía, y pocos duda del papel asistencial del farmacéutico. La relación de confianza con el usuario le permite al profesional conocer las circunstancias individuales de cada uno, aconsejándole aquello que responda mejor a las particularidades del estado de sobrepeso u obesidad de los mismos.

Las instituciones también parecen volcarse cada vez más en este esfuerzo. Recientemente el Gobierno central, a través de su Ministerio de Sanidad, ha aprobado las bases para la reducción de azúcares en productos de gran consumo; y a principio de año el Gobierno de Andalucía aprobaba la primera Ley regional para el tratamiento de la obesidad y los trastornos de la conducta alimentaria (con especial atención a la infancia, la adolescencia, las mujeres embarazadas y las personas mayores). Hay que recordar que esta comunidad autónoma registra un 18,7% de obesos entre la población adulta y un 22,5% en el caso de los menores.