El éxito de los tratamientos a base de toxina butolínica ha aumentado en los últimos tiempos debido a los beneficios de la misma y los escasos efectos adversos. Sin embargo, la venta de este producto por Internet y la aplicación de dicha sustancias por personas no autorizadas tiene sus riesgos
La toxina botulínica ha pasado a ser uno de los tratamientos estéticos estrella para la corrección de las arrugas de expresión. Su eficacia, tolerancia, sus resultados óptimos y la ausencia, prácticamente, de efectos adversos, la convierten en un método excepcional para el rejuvenecimiento de aquellas zonas del rostro que más delatan nuestra edad.
Sin embargo, y ante la proliferación de la venta de esta sustancia a través de internet, el prestigioso médico estético Jesús Sierra, pionero en la utilización de tratamientos con toxina botulínica, nos alerta de los peligros que entraña no ponerse en manos de profesionales que estén realmente cualificados para aplicar esta técnica.
El Dr. Sierra asegura que: “lo primero que debemos dejar claro, es que la toxina botulínica sólo puede ser dispensada por la farmacia directamente al médico, bajo ningún concepto se debe adquirir de otra manera y, mucho menos a través de internet. El doctor debe acreditarse y presentar su número de colegiado, para que no se produzca ningún tipo de intrusismo profesional. Además, no todos los médicos están capacitados para aplicar este producto. Sólo debe hacerlo un médico estético, un dermatólogo, un cirujano plástico o aquel profesional que haya recibido formación oficial en el uso y manejo de la toxina botulínica para uso estético”.
Pero no sólo es peligroso ponernos en manos de cualquiera para que nos inyecte la toxina botulínica, el Dr. Sierra nos advierte: “es fundamental que descartemos aquellas marcas que no hayan pasado los controles exigidos por Sanidad. Actualmente, sólo existen cuatro en el mercado que cumplen con todos los requisitos: Vistabel, Azallure. Bocouture y NeuroBloc”. El Dr. Sierra nos informa de que: “Debemos desconfiar de cualquier otra firma.
Además, el Dr. Jesús Sierra nos hace otras recomendaciones: “es importante que tengamos en cuenta que con un vial de toxina botulínica sólo debemos tratar dos zonas: la glabela, o entrecejo, y la zona orbicular de los ojos, más conocida como patas de gallo. En teoría, la toxina botulínica se puede aplicar a cualquier arruga, pero debemos seguir las indicaciones que nos vaya dando Sanidad al respecto. Se prevé que con el tiempo, se irán ampliando las zonas a tratar. Tras su aplicación, los primeros efectos se pueden apreciar durante las primeras cuarenta y ocho o setenta y dos horas, pero los resultados definitivos son visibles a los 15 días”.
La intolerancia de la toxina botulínica es mínima, pero, como sucede con algunos tratamientos estéticos, existen contraindicaciones: “por supuesto no debe aplicarse durante el embarazo y la lactancia ni en aquellas personas con enfermedades neurológicas tales como: Ela, Esclerosis Múltipleo Miastenia Gravis”.
Digamos sí a la toxina botulínica, como método altamente eficaz en el rejuvenecimiento facial, pero sólo cuando nos pongamos en manos de médicos cualificados, como el Dr. Jesús Sierra. Ellos, y sólo ellos, cumplen todas las normativas exigidas por Sanidad para que los resultados sean plenamente satisfactorios. ya que podríamos estar poniendo en riesgo nuestra salud”.
