Todas las revistas en la HEMEROTECA »

La revista del canal farmacia

La salud visual

Woman eyesDel cuidado que tengamos de nuestros ojos dependerá directamente nuestra calidad y comodidad visual, y también influirá en la posibilidad de llegar a edades avanzadas de la vida con una base anatómica y funcional adecuada.

Nuestros ojos representan la fuente principal de información que recibimos para estar conectados con el medio que nos rodea. Son órganos que constituyen un sistema óptico complejo muy susceptible a agentes externos, y sensibles a cambios internos de nuestro organismo.

Desde un punto de vista funcional, sin lugar a dudas, la revolución tecnológica ha supuesto un gran cambio en nuestra actividad visual, las exigencias respecto a la necesidad de visión próxima han crecido exponencialmente. El compromiso visual está muy definido en el llamado “síndrome de visión de ordenador” donde, junto a las alteraciones posturales, se producen síntomas de fatiga ocular, funda- mentalmente picor, escozor y enrojecimiento.

La razón fundamental de estos síntomas se debe a la acción involuntaria de disminuir la frecuencia de parpadeo cuando fijamos la atención en un punto de visión próximo. El resultado es una sobreexposición de la superficie del ojo y por ello, un desarrollo de seque- dad de la superficie ocular. Esta situación se puede extrapolar a la actividad de la lectura, utilización de dispositivos como tablets o teléfonos móviles, libros electrónicos…

Como consecuencia de esta actividad es muy frecuente, sobre todo en jóvenes en época de estudios universitarios, el desarrollo de un proceso de miopización. La necesidad de pasar varias horas practicando la lectura o delante del ordenador implica desarrollar de forma mantenida el proceso de convergencia ocular, es decir, acción de musculatura extraocular para direccionar los globos oculares hacia un punto próximo; esta acción durante horas, muchos días y de forma continuada acaba por provocar una leve elongación del globo ocular aumentando el diámetro anteroposterior y traduciéndose en el desarrollo de miopía adquirida.

Muchas son las advertencias y precauciones para paliar estos problemas oculares, pero cuando se abusa de una actividad lo más efectivo para atenuar los problemas es siempre el descanso. Se recomienda realizar cada 15 minutos una pausa en la actividad visual y esto se consigue solamente desviando la mirada fuera de la pantalla o del objeto de lectura y tratando de enfocar en un punto de visión lejano. Como coadyuvante de esta acción se pueden utilizar lágrimas artificiales. Estos productos dispensados en farmacia permiten lubrificar la superficie ocular minimizando los signos de fatiga ocular, haciéndose imprescindibles si la persona presenta alteración de la película lagrimal, aspecto éste frecuente en mujeres de mediana edad relacionado con cuestiones hormonales.

Las condiciones de iluminación son también un pilar fundamental a la hora de desarrollar la actividad visual, sobre todo si ésta se realiza en condiciones de oscuridad. Se hace necesario realizar el trabajo visual con una fuente de luz directa sobre la lectura, añadido a una fuente de luz ambiental de la estancia donde nos encontremos. Esto permite que la fatiga visual sea menor. Debemos recordar que practicar la lectura en condiciones de iluminación débiles provoca también miopización, sobre todo, en los niños en época de desarrollo, por el esfuerzo visual que antes he mencionado.

La salud de nuestros ojos está intrínsecamente ligada a las condiciones sistémicas de nuestro organismo. Fundamentalmente existen tres factores a los cuales nuestros ojos son especialmente vulnerables:

El tabaquismo

Aunque demostrar una relación causa-efecto directa es siempre difícil por la complejidad de los estudios que se deben de realizar, tiene un efecto muy pernicioso sobre tejidos oculares como la retina, donde cobra un papel etiológico importante en las enfermedades degenerativas.

El azúcar

Es responsable de la primera causa de ceguera en países desarrollados. Está relacionado con los niveles de glucemia, sobre todo cuando se experimentan altibajos, siendo peor que niveles muy altos mantenidos.

La hipertensión arterial

Es un factor sistémico que por sí solo puede provocar o empeorar enfermedades retinianas o del nervio óptico, siendo uno de los factores sobre los que primero focalizamos nuestra atención en las consultas oftalmológicas.

Estos son factores sobre los que podríamos intensificar nuestro esfuerzo, para que su repercusión sobre los ojos sea la mínima posible. Quizás mención aparte merece la nutrición a la hora de hablar de salud visual. A lo largo de generaciones se han trasmitido tópicos relacionados con la alimentación y los ojos que, sin embargo, no son tan acertados como otros conceptos de la sabiduría popular. Existe la creencia, por ejemplo, de que la ingesta de zanahorias mejora la visión por el aporte de vitamina A que ello conlleva. Sin embargo, la realidad científica es que lo que es perjudicial es la de- privación de vitamina A para nuestros ojos, sobre todo, para desarrollar la visión nocturna. Esto lo podemos extrapolar a todos los nutrientes, es decir, si nosotros realizamos una dieta equilibrada y variada, no tendríamos que temer por nuestra salud visual y, por tanto, no deberíamos realizar aportaciones extra de nutrientes. La realidad es que en determinadas épocas de la vida sí evidenciamos estados carenciales en la dieta, sobre todo en personas ancianas, y esto lo hemos relacionado de forma directa con la degeneración macular retiniana. Esta patología es muy frecuente en personas de más de 70 años y hemos comprobado que el déficit de pigmentos xantófilos, presentes en verduras, o de ácidos omega 3, presentes en el pescado, están directamente relacionados con el desarrollo y evolución de esta enfermedad ocular, que provoca la principal causa de ceguera en personas ancianas.

Disponemos de preparados alimenticios desarrollados por la industria farmacéutica para el aporte específico de estos nutrientes, depurándose sus cualidades en función de los estudios científicos que van apareciendo, pero en cualquier caso estos serán necesarios solamente si se ha realizado un diagnóstico específico de esta enfermedad.

Sergio Pérez Torres.
Médico Oftalmólogo