Se estima que la dermatitis atópica afecta al 1-3% de adultos y al 10-20% de niños en España. Pero sus consecuencias, apuntan los expertos, van más allá de la piel. No puede evitarse, pero sí se pueden prevenir los brotes y aliviar los síntomas. Los farmacéuticos tienen un papel muy importante en el abordaje de la enfermedad
Muchas personas sufren algún tipo de patología de la piel, como puede ser acné, rosácea, psoriasis, infección por hongos o alergia. Pero según los datos recogidos en The Global Burden of Disease Study, es la dermatitis, incluida la dermatitis atópica, la dolencia cutánea más prevalente a nivel mundial.
En palabras de Lia Carolina Oliveira Dos Santos, farmacéutica y Product Training Manager en Laboratorios Babé, la dermatitis atópica “es una enfermedad de la piel crónica y recurrente que se caracteriza por la inflamación y picazón intensa. Es comúnmente conocida como eccema atópico y afecta a niños y adultos”, declara.
Con respecto a esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) apunta que la dermatitis atópica afecta a alrededor de 230 millones de personas en el mundo, aunque cabe señalar que son los niños quienes más la sufren. De hecho, de acuerdo a este organismo internacional se trata de una de las diez enfermedades más comunes en pediatría.
En base a estudios recientes, tienen dermatitis atópica entre el 1 y el 3% de los adultos y aproximadamente entre el 10 y el 20% de los niños. Según los expertos, en el 75% de los casos la enfermedad remite antes de la adolescencia, motivo por el cual el porcentaje es menor en las personas adultas. Pero Lia Carolina explica que “la prevalencia de la dermatitis atópica varía según la región y la población estudiada y se ha observado un aumento de su incidencia de dos a tres veces en las últimas décadas”.
Síntomas y complicaciones
Las personas que sufren dermatitis atópica presentan síntomas cutáneos como enrojecimiento, picazón intensa, piel seca o descamación. “La erupción puede aparecer en diferentes áreas del cuerpo, y las lesiones pueden empeorar con el rascado, lo que puede llevar a la piel agrietada e incluso a infecciones”, relata Lia Carolina. Pero lejos de lo que pueda parecer, es una enfermedad que va más allá de la piel.
En relación a esto, Carolina Uriarte Sánchez, farmacéutica y Marketing Manager de Laboratorios Dermatológicos Uriage, afirma que se trata de una enfermedad que puede afectar gravemente a la calidad de vida de quienes la padecen. “Además de las molestias físicas, también puede generar impactos emocionales y psicológicos significativos. Las personas con dermatitis atópica pueden experimentar frustración, ansiedad, dificultades para conciliar el sueño y problemas de autoestima, debido a la apariencia de su piel y a las limitaciones que impone en su vida diaria”.
Resulta conveniente señalar en este punto que, según un informe de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), los niños faltan a clase entre 10 y 24 días cada curso como consecuencia de la dermatitis atópica. Una cifra que puede ser más elevada en aquellos menores que tienen síntomas moderados o graves. Pero además, son muchos los expertos que han declarado abiertamente que un alto porcentaje de niños y adolescentes con dermatitis atópica son víctimas de bullying en los colegios a causa de su enfermedad. Así, todos estos datos reafirman que no se trata de un problema solo de la
piel, sino que tiene consecuencias en otros aspectos de la vida de las personas.
Causas y prevención de la dermatitis atópica
Aunque como se ha mencionado, la dermatitis atópica es muy prevalente en la sociedad y se han llevado a cabo estudios científicos para saber más sobre ella, su verdadera causa todavía es desconocida para los expertos. Tal y como se recoge en la Guía para padres y cuidadores de niños con dermatitis atópica elaborada por la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), se han barajado factores psicológicos, nutricionales, alérgicos e inmunológicos, entre otros. Pese a eso, ninguno de ellos puede justificar por sí mismo la aparición de esta patología. Por eso se cree que aparece como consecuencia de un cuadro multifactorial.
A esto, Lia Carolina Oliveira agrega: “La dermatitis atópica se presenta con mayor frecuencia en personas con antecedentes familiares de enfermedades alérgicas, como el asma o la rinitis alérgica, lo que sugiere un componente genético, pero también tiene relación con factores ambientales y el estilo de vida”.
Por tanto, se trata de una dolencia compleja que no puede prevenirse completamente. Sin embargo, Carolina Uriarte sostiene que pueden tomarse ciertas medidas para reducir la frecuencia de los brotes y controlar los síntomas. “Entre estas medidas se incluyen el uso de emolientes para mantener la piel hidratada o evitar los desencadenantes conocidos, como ciertos alimentos proinflamatorios, alérgenos ambientales y productos irritantes”, comenta.
Además, esta especialista hace hincapié en que la mayoría de las personas desarrollan la enfermedad antes de los 5 años y muchas lo hacen durante los primeros meses de vida. Por eso, en su opinión, los padres deben proteger a su bebé desde el primer día. “Evitar baños muy largos y con agua muy caliente, optar por productos de higiene suaves y sin jabón y aplicar humectantes con frecuencia” son algunas de las acciones que se pueden llevar a cabo para prevenir la aparición de brotes.
El Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), por su parte, también ha elaborado un decálogo de consejos para los pacientes. Aparte de lo dicho hasta ahora, recomienda evitar el rascado de las lesiones y aislarlas con ropa o guantes ligeros que permitan la transpiración, como pueden ser las prendas de algodón. También sugiere que, tras los baños, se seque la piel sin frotar haciendo uso de una toalla suave y que si se usa jabón, este sea de pH ligeramente ácido. Asimismo, subraya que la exposición al sol de las zonas dañadas, siempre que el paciente no esté tratándose con antihistamínicos, puede tener efectos beneficiosos.
Abordaje de la dermatitis atópica desde las farmacias
La SEICAP señala en la guía anteriormente citada que la gravedad de la dermatitis atópica es muy variable. Hay personas que tienen síntomas mínimos, pero también hay otras que los tienen mucho más graves. Pese a eso, detallan que la gran parte de los pacientes están afectados por una dermatitis de buena evolución y sus lesiones cutáneas se controlan fácilmente con cuidados y medicación.
En situaciones de crisis, el CGCOF reafirma que existen fármacos como los corticoides o los inmunosupresores que han demostrado ser eficaces para eliminar los síntomas de los brotes de dermatitis atópica. No obstante, recuerdan que en cualquier caso resulta esencial seguir las recomendaciones de un médico o de un farmacéutico, pues son los especialistas cualificados para indicar un tratamiento con las mejores garantías de seguridad.
De hecho, Carolina Uriarte percibe al farmacéutico como una figura clave “en el abordaje del cuidado de la piel en general y especialmente cuando hablamos de una patología con tan alta prevalencia como la atopia”. Bajo su punto de vista, “en los casos más severos el paciente deberá acudir al dermatólogo, pero sea cual sea la gravedad de la patología, desde la oficina de farmacia se puede proporcionar asesoramiento sobre consejos del cuidado de la piel y recomendar productos dermatológicos adecuados”.
Lia Carolina Oliveira está de acuerdo con sus palabras y entiende que el papel del farmacéutico es crucial, tanto en la prevención como en el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad. Así, enumera una serie de acciones que este profesional de la salud puede realizar. Por una parte, cree que puede ayudar en la educación del paciente al proporcionar información sobre la enfermedad, sus desencadenantes y medidas preventivas”
Por otro lado, esta experta cree que el farmacéutico puede hacer recomendaciones sobre productos para el cuidado de la piel como cremas hidratantes y limpiadores suaves, así como derivar al paciente al médico para un correcto diagnóstico de la dolencia. A su vez, señala que este profesional puede asesorar correctamente sobre tratamientos de venta libre, sin receta, que sirvan para aliviar la picazón y la inflamación. Por último, considera que puede hacer un seguimiento con el paciente y evaluar la efectividad del tratamiento al que se está sometiendo.
“En general, el farmacéutico juega un papel importante en el manejo integral de la dermatitis atópica, trabajando en colaboración con otros profesionales de la salud para mejorar la calidad de vida de los pacientes”, concluye Lia Carolina.
Además, los pacientes deben saber que prevenir y tratar la dermatitis atópica no solamente ayuda a aliviar los síntomas físicos, o a reducir el impacto emocional o psicológico que pueda conllevar en determinados casos. Según un estudio reciente llevado a cabo por el Centro Nacional de Salud y Desarrollo Infantil de Japón, el tratamiento precoz de la dermatitis atópica en los bebés también puede disminuir las alergias alimentarias. En concreto, los investigadores comprobaron una reducción de la alergia al huevo. Esto resultó ser una noticia “prometedora” para la SEICAP, puesto que la alergia al huevo es, junto a la alergia a la leche, la más común entre los niños pequeños.