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La revista del canal farmacia

"Asistimos a una revolución de los tratamientos biológicos para la psoriasis"

Ariadna Ortiz, dermatóloga en el Hospital Santa Caterina de Girona, comprende la urgencia de quienes pretenden solventar la psoriasis en la farmacia, pero “en última instancia el tratamiento tiene que estar validado por un especialista en la materia”

Asistimos a una revolucion de los tratamientos biologicos para la psoriasisNo hace mucho conocíamos algunos datos relevantes en torno a la percepción que los pacientes de psoriasis y, más concretamente, los de artritis psoriásica tenían respecto al impacto y la afectación de la patología en su calidad de vida. Las consecuencias alcanzaban el nivel psicológico y, encuestados por la agrupación Acción Psoriasis, los afectados pedían más información y un mejor acceso a los tratamientos específicos para su enfermedad.

La preocupación de los ciudadanos por las diferentes afecciones dérmicas parece incrementarse en proporción directa al número de casos que se producen. La concienciación social es positiva, pero no lo es tanto el rol que los pacientes pretenden buscar en su farmacéutico de confianza; un profesional cada vez más capacitado para asesorar y acompañar al usuario en el cuidado de su piel, pero que en ningún caso puede ni debe sustituir el criterio del especialista dermatológico. Ariadna Ortiz, dermatóloga en el Hospital Santa Caterina de Girona, comprende la urgencia de quienes pretenden solventar su afección en la botica, pero “en última instancia el tratamiento tiene que estar validado por un especialista en la materia”.

¿Ha aumentado la preocupación del usuario por el cuidado de su piel? ¿Se ha incrementado la prevalencia de ciertas patologías dermatológicas? ¿Se han dado ambos fenómenos a la vez?

Es verdad que hay un número de patologías cuya prevalencia está aumentando en los últimos años; hablamos sobre todo del cáncer de piel, la dermatitis atópica, el acné a edades cada vez más adultas (y de prevalencia mayor en las mujeres que en los hombres)… y también algunos casos concretos de patologías como la alopecia frontal fibrosante, un tipo de patología cicatricial que afecta sobre todo a las mujeres en edades perimenopáusicas, y que suele empezar con una pérdida de cabello en línea frontal (de adelante hacia atrás); en los casos más avanzados, suele acusar de la pérdida de la ceja o incluso de la pestaña.

¿En qué áreas ha habido un mayor desarrollo de productos dermatológicos, específicamente en el canal farmacia?

Cada vez existen más estudios científicos y más publicaciones que arrojan nuevos datos sobre lo que sería el origen de estas patologías, y esto permite que los laboratorios puedan investigar y sacar productos que puedan hacer frente a este origen. En acné, por ejemplo, se han desarrollado nuevas dianas terapéuticas con activos específicos que se dirigen un poco a ese origen del problema, tanto en acné vulgar como en acné de la mujer adulta.

Se habla mucho de los avances en el tratamiento de enfermedades como la psoriasis…

Se trata de una de las patologías en las que últimamente han aparecido más tratamientos biológicos, es decir, tratamientos inyectables para casos severos y que actúan a nivel del sistema inmunitario. Podría decirse que estamos asistiendo a una revolución de los tratamientos biológicos de la psoriasis. Lo mismo ocurre con la dermatitis atópica. Hay multitud de estudios que arrojan algo de luz sobre el origen de esta patología, cuyo aumento está relacionado también con el aumento del nivel de vida de los países industrializados. Hay teorías que apuntan a que el exceso de limpieza y de cuidados de los bebés hace que su sistema inmune no se exponga a alergenos e irritantes comunes, y por tanto no sea capaz de crear resistencia frente a estos factores ambientales. Así, ante la exposición a dichos factores ambientales, el cuerpo los identifica como extraños, y es cuando se manifiestan estas lesiones.

¿Se refiere a grupos de población concretos?

Bueno, algunos estudios apuntan al hecho de que cuidamos demasiado a los niños, los tenemos como en una burbuja. No queremos que toquen absolutamente nada, que todo esté hiperlimpio; y esa falta de exposición a otros factores ambientales a los que antes sí estaban expuestos podría ser una de las causas del incremento de casos de atopía en los países industrializados. Quizá haya un exceso de oferta en la categoría del cuidado de los bebés: sí hay productos que funcionan, pero no todos los que se comercializan funcionan ni lo hacen de la misma manera.

Usted es también directora médica de Laboratorios Pierre Fabre. ¿Cuáles son las principales líneas de investigación e innovación que están desarrollando actualmente?

Existen varias líneas. Por un lado, todo lo relativo a las alopecias, la parte del cuero cabelludo, cuidados capilares y envejecimiento capilar. Es un ámbito muy interesante a la hora de investigar, ya que nos permite entender bien los mecanismos de las diferentes alopecias. Y es que, aunque sean patologías muy comunes, a veces no entendemos bien por qué se producen. Con el acné también surgen cada día nuevas publicaciones que aportan nuevas dianas terapéuticas que vale la pena investigar. Y de la misma forma podemos hablar de la dermatitis atópica, la psoriasis, o el cáncer cutáneo (tanto el melanoma como el no melanoma).

¿El fenómeno de los tratamientos anti-aging ha llegado para quedarse?

Desde luego es una línea que tiene mucho recorrido, porque el envejecimiento es una realidad y cada vez entendemos mejor por qué se envejece. Vivimos en un mundo en el que la imagen es cada vez más importante, e indiscutiblemente es una preocupación social. No se trata de una moda pasajera, siempre ha estado ahí; los egipcios, por ejemplo, tenían desarrollada una cosmética muy avanzada para lo que era su época.

¿Qué nos recomendaría para elegir un buen producto antienvejecimiento?

La fotoprotección es un factor a valorar, sin duda, pero no debemos olvidarnos tampoco de los cuidados nocturnos. En este sentido, hemos visto cómo algunos ingredientes o derivados naturales son capaces de marcar la diferencia. Se me ocurren por ejemplo algunas algas, como el Alga de las Nieves, o las algas azules, que sí han demostrado científicamente ser capaces de aumentar la síntesis de colágeno, fundamental para el mantenimiento de una buena estructura cutánea. El ácido hialurónico, presente de manera natural en la piel, nos aporta hidratación; y los antioxidantes, como los derivados de la vitamina E, tienen una importante acción anti radicales libres y anti polución, siendo capaces de detoxificar todo lo que acumulamos a lo largo del día. Todos ellos son ingredientes muy interesantes.

¿Qué resultados produce el trabajo con plantas en la búsqueda de soluciones dermatológicas?

Asistimos a una revolucin de los tratamientos biolgicos para la psoriasis2Casi todas las marcas de Pierre Fabre tienen plantas en sus productos. No es casual, ya que su origen está en la botica de su fundador, el señor Fabre, que alimentaba su curiosidad investigando y estudiando las propiedades de las plantas. Esos son los inicios del laboratorio que conocemos hoy, y que mantiene el leitmotiv de su creador: “de la salud a la belleza”, es decir, estudiar la naturaleza y ver qué nos puede aportar a nivel de salud, yendo más allá en aquellos casos que así lo requieran a través de cuidados mucho más sensoriales, adaptados a temas más leves o banales, o incluso al fenómeno antiedad.

En dermocosmética, ¿todo lo natural es bueno?

No siempre, claro que no. Yo creo en las plantas, pero siempre con una investigación y un desarrollo previos a la exposición humana a ellas. Y, si bien la normativa europea no exige que los cosméticos tengan que ser estudiados o evaluados antes de ponerse a la venta, en el laboratorio con el que trabajo siempre se testan los productos antes de lanzarlos al mercado. Esto es muy importante, porque hoy en día los dermatólogos recibimos cada vez más casos de alergias, intolerancias o reacciones adversas a determinados productos.

Volviendo al papel de las farmacias, ¿qué opinión le merecen los tests dermatológicos que ofrecen como servicio complementario?

Todo lo que esté destinado a ayudar al paciente o usuario, para mi es positivo. Estoy totalmente a favor de que los dermatólogos formemos a los farmacéuticos como venimos haciendo para ayudarles en el asesoramiento inicial al usuario. Hay que asumir que vivimos en una era en la que estamos sobreinformados, y además la información es rápida y accesible a todo el mundo; por tanto, queremos soluciones rápidas. Yo como usuaria lo entiendo, y desde luego no todo el mundo puede permitirse ir a un dermatólogo privado para evitar los meses de espera en la sanidad pública, o tener una mutua para poder llamar y pedir cita a un dermatólogo.

¿No existe el riesgo de que el usuario acabe percibiendo ciertas patologías dermatológicas como algo banal que, en ultima instancia, puede resolverle o tratarle el farmacéutico?

Le diría más, en algunos casos los propios pacientes se realizan su diagnóstico por Internet. Es habitual, incluso, que cuando diagnosticas a un paciente y le das toda clase de explicaciones, después se dirija a la Red y se ponga a consultar y reconsultar. ¡Algunos nos vienen a la consulta habiéndose informado previamente de todos los tratamientos posibles! En mi opinión, el farmacéutico es un complemento. No creo que tenga que diagnosticar o tratar una patología dermatológica; pero sí puede orientar, asesorar, ayudar y complementar la labor de los dermatólogos. Tanto si se trata de una primera consulta previa a la del dermatólogo, como si el paciente acude a la farmacia después de tratar con el especialista, la colaboración entre ambos me parece excelente.