La oferta de estos productos para público infantil se ha disparado en los últimos años y la cantidad empleada en el cuidado de los más pequeños ha aumentado considerablemente, más allá de los fines higiénicos. A día de hoy, existen cosméticos infantiles tan diversos como espumas de baño, champús, aceites, polvos de talco, cremas, lociones, aguas de colonia, perfumes o fotoprotectores
Hasta los 8 o 10 años aproximadamente, los niños tienen una piel inmadura con una fisiología muy distinta a la de la piel del adulto. Por ello, durante este período es imprescindible el uso de productos especialmente formulados para ellos y que sean capaces de ofrecer las debidas garantías de eficacia e inocuidad. Afortunadamente, las oficinas de farmacia cuentan con una amplia y completa gama de productos infantiles para cubrir las necesidades del bebé. Por una lado, la superficie cutánea es, respecto al peso corporal, tres veces superior en el recién nacido que en el adulto y la capa superficial córnea de la epidermis del niño es demasiado fina como para constituir una barrera eficaz. Además, su capacidad inmunitaria está reducida, su pH cutáneo es neutro y, por tanto, el efecto tampón, débil.
También, su actividad sudoral es limitada. El sudor desempeña un papel muy importante en la eliminación de desechos, la regulación de la temperatura y la lubrificación de la superficie de la epidermis; en el caso de los niños, se trata de una piel menos lubrificada y, en consecuencia, más seca, que se agrietará con mayor facilidad. En la sequedad de la piel influye, además, el hecho de que la secreción de sebo empieza a disminuir de forma rápida desde el nacimiento, de tal modo que, ya desde los primeros meses de vida y hasta la pubertad, la piel del niño será, en general, muy seca.
En conclusión, la fragilidad de la piel infantil es muy superior a la de los adultos, y los riesgos de aparición de patologías cutáneas son mayores. Más allá de esto, la población infantil, y sobre todo los niños menores de 3 años, son más sensibles a padecer determinados efectos tóxicos. Este riesgo toxicológico se debe principalmente a dos factores: por un lado, la posibilidad de una ingestión accidental del producto (por ejemplo, chupar o lamerse manos, brazos o pies), y por otro el riesgo de acumulación en aquellos cosméticos que no se aclaran y se emplean varias veces al día.
¿Cómo deben ser los productos dermocosméticos para niños? Fundamentalmente, deben ser productos de baja irritación, contener activos adaptados al tipo de piel, estar muy levemente perfumados y sin alérgenos, sin colorantes y con conservantes inocuos. Además, no deben ser agresivos para la piel del bebé.
Limpieza del bebé
La higiene corporal es una necesidad primordial para el bebé y, durante sus primeros años de vida, conviene utilizar productos formulados específicamente para ellos. Jabones, champús, toallitas húmedas sin alcohol, cremas, lociones, aceites, colonias y talcos componen el arsenal básico de la dermofarmacia infantil; un mercado que se completa con una extensa gama de útiles para el aseo del bebé (desde peines y cepillos a tijeras, pasando por bastoncillos de seguridad para los oídos, etc.) y, por supuesto, las líneas de protectores solares.
Centrándonos en la limpieza del bebé, los jabones tradicionales pueden destruir la capa superficial lipídica de la piel del bebé y causar sequedad excesiva, por lo que es recomendable evitarlos. Los jabones de glicerina pueden absorber agua en exceso por fuera de la piel y causar más sequedad e irritación cutánea. En este sentido, los jabones sin jabón (syndet) o detergentes sintéticos pueden ser una buena elección, ya que ofrecen un buen efecto detergente, tienen un pH neutro o ligeramente ácido, generan poca espuma y provocan escasa irritación.
En definitiva, los agentes de limpieza ideales deben ser líquidos, suaves, sin jabón, sin perfume, con un pH neutro o poco ácido, que no irriten la piel ni los ojos y que no alteren la capa ácida protectora de la superfi cie.
Respecto al champú, no existe una fórmula pediátrica estandarizada. Hay que tener en cuenta los mismos aspectos que en los agentes de limpieza del baño: que sean suaves, levemente detergentes y con un pH próximo al de las lágrimas. Además, no deben alterar las raíces del cabello, ni ser agresivos para el cuero cabelludo.
La mayoría de expertos no recomienda el uso de toallitas de limpieza, debido al riesgo de remover la capa lipídica de la piel y causar sensibilidad. Aunque resulten cómodas, las toallitas húmedas sólo son para cuando el bebé está fuera de casa. Las mejores son las que no tienen perfume y contienen emolientes; en cambio hay que evitar las que contengan posibles alérgenos (limoneno, linalol, citronelol o eugenol).
Mercado
QuintilesIMS nos ofrece datos actualizados de ventas relativos a los principales fabricantes. En la clase “higiene y cuidado del bebé”, Expanscience lidera el ranking de marcas corporativas en ventas por unidades, tanto a fecha de abril de 2017 como en el comprendido por los últimos doce meses. Más de 400.000 unidades comercializadas en esta clase, frente a las 218.000 unidades vendidas por Suavinex y las 189.000 de Sanofi -Aventis.
Destaca el crecimiento experimentado en el último cuatrimestre por Suavinex (4%), precisamente la marca que, junto a Isdin, más ha subido en unidades también en el último año (7,5 y 7,3% respectivamente). En el lado negativo, cabe subrayar la enorme caída sufrida por Leti en ambos períodos, en concreto con porcentajes del -14,4% y del 14,8%, representando las cuotas de mercado más bajas (6,3% y 6,4%) en contraste con el 20% de cuota de mercado de Expanscience.
En valores encontramos a Suavinex y Sanofi Aventis como protagonistas de los crecimientos experimentados, con guarismos eso sí discretos. Se mantienen lejos, eso sí, de la primera posición ocupada por Expanscience, con cuota de mercado del 23% a pesar de un crecimiento ciertamente moderado en el último año (2,3%) y una caída de más de 4 puntos en el último cuatrimestre.