Essilor y el Instituto de la Visión (UPMC, INSERM y el CNRS) han anunciado la creación de un laboratorio de investigación conjunto bajo el lema “Envejecimiento visual, acción y autonomía”. Su objetivo es evaluar y tener un mejor conocimiento de los mecanismos de degeneración que afectan a las funciones perceptivas y cognitivas relacionadas con el envejecimiento del sistema visual, así como definir los métodos e instrumentos de monitorización necesarios. La investigación se llevará a cabo con un grupo de personas mayores de 55 años, que sufren presbicia pero no tienen otras enfermedades oculares.
A largo plazo, los equipos de investigación trabajarán en el diseño y evaluación de innovadores productos ópticos y oftálmicos, protocolos de rehabilitación funcionales y cognitivos y otras soluciones y servicios para mitigar los efectos asociados con el envejecimiento visual.
“Esta asociación con el Instituto de la Visión para el laboratorio de investigación conjunto sobre “Envejecimiento visual, acción y autonomía” está en línea con la estrategia de Essilor, que trata de aunar fuerza con los mayores expertos en investigación de todo el mundo para avanzar nuestra comprensión de la visión y las interacciones entre ojo y cerebro. Esta estrategia contribuye a la misión de Essilor de ofrecer a todo el mundo una mejor vida mediante una mejor vista”, comenta Eric Perrier, director de I+D de Essilor Internacional.
El Profesor José-Alain Sahel, director del Instituto de la Visión, recalca que “el laboratorio es una extensión de la exitosa asociación creada por Oseo entre 2007 y 2012 (el Programa Descartes), y fortalece el centro de investigación de la discapacidad (las plataformas Homelab y Streetlab) y las prioridades de investigación en neurociencia del Instituto de la Visión. Las necesidades crecientes que se asocian a una población en envejecimiento, y la calidad del acuerdo con Essilor llevan a este nuevo y prometedor desarrollo.”
El envejecimiento visual es un tema crucial en cuanto a que está directamente relacionado con la calidad de vida y asociado a cambios demográficos: la población global de más de 65 años se va a triplicar hasta 2050, y el número de personas mayores de 45 años – y por tanto, afectados por presbicia – se incrementarán de 1.900 a 2.300 millones en 2020. Afectará especialmente a países maduros como Francia (con 2,3 millones de personas más afectadas de presbicia en 2020) o EEUU (con 17 millones más), o zonas emergentes como América Latina (43 millones más) y especialmente Asia (300 millones más).
Las personas que sufren de presbicia tienen un estilo de vida cada vez más activo y conectado gracias a la tecnología (tablets, smartphones…), pero a la vez sus necesidades y su rendimiento visual están cambiando de tal forma que tendrían que ser observados.
Tal y como señala el Instituto del Impacto de la Visión, los estadounidenses de más de 40 años suponen el 75% del coste de vista cansada de EEUU, que alcanza los 60 millones de dólares al día. A nivel global, los mayores de 65 suponen el 50% de la pérdida de productividad debido a una vista cansada que se calcula en torno a los 275 millones de dólares al año.
La población en envejecimiento es susceptible de perder autonomía y padecer problemas de visión y percepción, especialmente relacionados con movilidad y actividad.