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Ponle solución a la incontinencia urinaria

InkontinenzEsta enfermedad, que afecta al 16,7% de la población española, según datos del Observatorio Nacional de la Incontinencia, puede curarse o mejorar en el 80% de los casos. 

Es, sin duda, uno de los temas tabú tanto en hombres como en mujeres de cierta edad (especialmente a partir de los 55 años) y, sin embargo, no debería de serlo ya que la incontinencia urinaria es una enfermedad con cura en el 80% de los pacientes y que, en caso de padecerla, lo primero que tenemos que hacer es intentar que no detenga nuestro modo de vida cotidiano, sino superarlo intentando ponerle solución.

Pero, ¿de qué manera? Existen diversas soluciones. Sin embargo, es necesario determinar ante qué tipo de incontinencia urinaria nos encontramos y en base a ese diagnóstico, ver qué tipo de soluciones se pueden plantear ante tal situación. En todo caso, lo que es fundamental es acudir al especialista (o al médico de cabecera para que nos derive a éste) en cuanto notemos los primeros síntomas, es decir, el escape involuntario de orina.

Incontinencia urinaria

Según la International Continence Society (ICS), la incontinencia urinaria es una “queja o molestia derivada de cualquier escape involuntario de orina”. Unas pérdidas que se deben, principalmente, al debilitamiento de los músculos del suelo pélvico, que es el que se encarga de mantener cerrada la uretra. Otro de los factores que se asocia a dicha enfermedad es el sobrepeso, que “provoca que se ejerza una presión extra sobre los músculos pélvicos y abdominales”, aseguran desde Tena, empresa desde la que añaden que otras de las causas de la incontinencia urinaria pueden ser, también, la diabetes o la ansiedad. Las causas que nos llevan a la incontinencia urinaria son variadas: causas congénitas (espina bífida con hernia espinal de la médula y meninges, agenesia del sacro, etc). Y causas adquiridas, aquellas que aparecen a lo largo de la vida como la disfunción fisiológica de la vejiga.

La misma afecta, tal y como aseguran desde el Observatorio Nacional de la Incontinencia, a cuatro millones de mujeres y a casi dos millones de hombres, lo que supone un 16,7 % de la población española. Por sexos, casi una cuarta parte de las mujeres (23,6 %) y un 10% (9,6 %) de los hombres la padecen. Todos ellos tienen que enfrentarse diariamente a la incontinencia urinaria y a los problemas sociales e higiénicos que acarrea. De hecho, algunos de ellos, sin importar el sexo, sufren rechazo por padecer esta enfermedad e incluso, llegan a sufrir depresiones derivadas de esta situación o de la falta de aceptación de la misma.

Ante tal situación, desde Tena proponen acudir al médico para recibir un diagnóstico certero y ver qué solución se le puede dar al mismo, además de contar siempre con absorbentes adecuados a las necesidades y a la anatomía de cada hombre y mujer, de manera que se sientan más seguros y puedan continuar haciendo su vida diaria, sin necesidad de preocuparse por las posibles pérdidas de orina o el olor derivado de las mismas.

Tipos de incontinencia urinaria

Los expertos distinguen tres tipos de incontinencia urinaria:

De esfuerzo: suele ser la más frecuente en las mujeres y a la que se asocian más de la mitad de los casos. Se trata de la pérdida involuntaria de orina al hacer un esfuerzo, como toser, reír, saltar, etc.

Incontinencia de urgencia: se da en las personas que tienen ganas de miccionar y sufren pérdidas de orina antes de hacerlo.

Mixta: combinación entre las dos que hemos citado anteriormente.

Soluciones ante la incontinencia

Cuando notemos alguno de los síntomas antes mencionados, deberemos de acudir al médico o enfermera de confianza e informarle de la situación. Será el especialista quien determine si aplicar una solución poco invasiva, mediante cambios en la vida diaria o ejercicios de recuperación, como los ejercicios de Kegel, aunque también puede recurrir a la medicación o a la cirugía.

Una pregunta que se plantea de manera frecuente en las personas que padecen este tipo de enfermedad es si deben o no reducir la cantidad de agua, a lo que desde el Observatorio Nacional de la Incontinencia responden que “se debe beber la cantidad normal (se recomienda dos litros de agua al día). Reducir la ingesta de líquidos puede hacer que la orina esté más concentrada, lo que llevará a orinar con más frecuencia ya que se agrava el problema de la vejiga. Por otra parte, si se bebe demasiada agua aumentará la urgencia de ir al cuarto de baño, por lo que es recomendable mantener un equilibrio saludable”.

Lo que sí se recomienda, en líneas generales, ante las primeras pérdidas es: bajar de peso (si éste puede ser el motivo); miccionar siempre que se tenga necesidad, aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra, realizar ejercicios de suelo pélvico o el control de las circunstancias que puedan aumentar la presión abdominal, como pueda ser una tos crónica.