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Cómo influye el estrés en nuestra alimentación

El estrés tiene una gran influencia en la manera en la que nos relacionamos con los alimentos. PronoKal Group® pone a disposición de sus pacientes el programa MBSR para gestionar el estrés y adquirir hábitos alimentarios saludables

actividad_fisica_PronoKalEstamos acostumbrados a llevar un ritmo de vida elevado, nos movemos en el ámbito de las multitareas, nuestra atención se va con frecuencia para viajar al pasado o visitar el futuro. La mente tiene esa capacidad y aunque es una de nuestras fortalezas, cuando se convierte en nuestro día a día y desfocalizamos toda nuestra atención del momento presente, eso provoca desgaste y ese desgaste es el temido estrés.

Pilar Morales, Responsable del Departamento de Coaching de PronoKal Group®, Directora de Adaptic® Institute y Miembro Fundadora de la Asociación Profesional de Instructores Mindfulness MBSR nos explica que “el hecho de no prestar atención al momento presente y viajar a toda velocidad por el tiempo provoca, como mínimo, dos problemas: nuestro sistema trabaja a pleno rendimiento de forma continuada y nos desconectamos de la vida puesto que sólo podemos vivir en el presente”.

Mindful eating

Para enseñar a gestionar el estrés y adoptar unos hábitos de alimentación saludables, Pronokal Group® pone a disposición de sus pacientes el programa MBSR (programa de Reducción de estrés basado en Conciencia plena) en colaboración con Adaptic® Institute, con Pilar Morales como responsable del equipo de instructores para impartir los programas.

El estrés puede influir negativamente en la alimentación, reduciendo la sensación de apetito o por el contrario aumentándola. Personas estresadas manifiestan comer “cualquier cosa” o por impulso aunque no tengan hambre. Actuamos con prisa y no prestamos atención a lo que estamos comiendo, por lo que desconectamos del proceso de alimentación y como consecuencia, también desconectamos de las sensaciones corporales. El estrés genera una mala alimentación, pero una mala alimentación también puede generar estrés.” nos comenta la experta en Coaching de Pronokal Group®, Pilar Morales.

Tener una alimentación consciente y practicar el Mindful eating es indispensable para una salud óptima, y eso significa comer de manera consciente y relajada, ralentizar el ritmo, disfrutar de los alimentos y evitar los excesos (que tienen como consecuencia sobrepeso, obesidad y enfermedades).

MBSR es un programa que ayuda a gestionar el estrés a partir de la práctica del Mindfulness. El Mindfulness es la capacidad de prestar atención plena, momento a momento, suspendiendo los juicios y con una actitud amable. También ayuda a cultivar una conciencia imparcial en la vida cotidiana y a adquirir un estilo de vida más saludable.

“Entrenar la atención es un recurso esencial para el cambio de hábitos. Una mente atenta es más capaz de frenar el automatismo de las conductas, aumentando así la capacidad de decisión que posibilita una nueva forma de relacionarse con la comida. Por ese motivo es tan importante para cualquier paciente que esté realizando alguno de los métodos de Pronokal Group”, nos explica Pilar Morales.

El programa tiene como objetivo reducir el malestar psicológico. Consiste en un entrenamiento de 8 semanas orientado a la mejora de la atención, reducir el malestar o el estrés y desenvolverse mejor en situaciones complejas y en momentos difíciles. De esta manera evitaremos que el estrés influya en nuestra alimentación y que adquiriramos malos hábitos.

Pilar Morales nos explica los beneficios de aplicar la práctica del Mindfulness y gestionar el estrés:

  • Gestionar de una manera más eficaz y saludable las emociones, los pensamientos y las conductas.
  • Reducir significativamente el estrés (al aprender a gestionarlo) y sus consecuencias (entre ellas, una mala alimentación)
  • Reducir la ansiedad y los efectos físicos del estrés.
  • Facilitar el cambio de hábitos al actuar con mayor conciencia gracias al entrenamiento de la capacidad de centrar la atención.
  • Mejorar la relación con el cuerpo al aprender a escucharlo.
  • Gestionar mejor la ansiedad o compulsión por los alimentos.
  • Diferenciar el hambre fisiológica del hambre emocional y poder responder adecuadamente en cada caso.
  • Identificar las sensaciones corporales y parar de comer en el momento adecuado al detectar a tiempo las señales de saciedad y así poder tomar las decisiones sobre cuándo comenzar y terminar de comer.
  • Comprender e identificar las situaciones y emociones que impulsan a comer.
  • Aprender a comer para nutrir el cuerpo (pasar de “vivir para comer” a “comer para vivir”)
  • Asumir una mayor responsabilidad con la propia vida y bienestar.
  • Reducción de comportamientos adictivos y autodestructivos.