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La revista del canal farmacia

Juan Carlos Mampaso, Director General de SIGRE Medicamento y Medio Ambiente: “Nuestro modelo de gestión de residuos contribuye a la marca España”

Tras más de una década de funcionamiento de los Puntos SIGRE en nuestras farmacias, el reciclado de envases y residuos de medicamentos parece haber alcanzado su período de madurez. El vidrio, el cartón o el papel pierden su ventaja ante la revolución de un modelo que ha logrado instaurar un nuevo hábito medioambiental en los hogares españoles

Foto 23– Cumplen este año su decimoquinto aniversario. ¿Cuál fue el germen para la constitución de SIGRE como entidad sin ánimo de lucro?

Podría decirse que nacemos por una obligación legal impuesta en Europa y, por tanto, también en España. Hablo, en concreto, de una Directiva europea que obligaba a cualquier envasador, ya fuera de medicamentos, alimentos o bebidas, a hacerse cargo del envase una vez utilizado. A partir de ahí la industria farmacéutica, como envasadora de medicamentos, decide crear un sistema específico para los fármacos.

Curiosamente, la ley europea obligaba sólo al envase, nada se decía de su contenido; pero la industria farmacéutica fue más allá y, además de los envases, se hizo cargo también de los restos de medicamentos que pudieran quedar en su interior. En ese momento Farmaindustria (como representante de los fabricantes) solicita y obtiene la colaboración tanto de las farmacias (a través del CGCOF) como de los agentes distribuidores (a través de FEDIFAR) para establecer el sistema que funciona hoy.

Por cierto, la Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp) también se encuentra representada en el Consejo de Administración de SIGRE.

– El proyecto surge de la propia industria farmacéutica, y en este sentido es independiente de organismos públicos…

En efecto, somos una entidad sin ánimo de lucro y, si se refiere a la financiación, no existe ninguna ayuda pública ni subvención. La financiación proviene exclusivamente de los laboratorios mediante una cuota que pagan por medicamento, por unidad dispensada a través de la farmacia.

– ¿Cuántos laboratorios, almacenes de distribución y oficinas de farmacia se han adherido al sistema SIGRE hasta la fecha?

Los últimos datos de los que disponemos hablan de 138 almacenes de distribución, más de 21.500 farmacias, y 318 laboratorios. Yo diría que el 100% de los laboratorios que comercializan medicamentos a través de las oficinas de farmacia están en SIGRE.

En este sentido, es importante recordar que nosotros nos encargamos únicamente de los residuos de medicamentos domiciliarios, no de aquellos generados por ejemplo en centros hospitalarios.

– ¿Qué papel juegan los profesionales farmacéuticos en la labor de asesoramiento al ciudadano en el uso de su Punto SIGRE?

Los farmacéuticos son uno de los pilares básicos. Al fin y al cabo, no dejan de ser el nexo de unión entre el ciudadano y SIGRE. Creo que han ejercido y ejercen un papel fundamental e insustituible.

– ¿Cómo calificaría el nivel de concienciación sobre la gestión de los residuos generados por el consumo de medicamentos en la sociedad española?

A nivel de concienciación medioambiental, es cierto que España llegó con retraso respecto a otros países europeos (también es verdad que entramos más tarde en la Unión Europea), pero yo diría que hemos recuperado terreno muy deprisa.

En el asunto de los medicamentos y los residuos, creo que actualmente es un hábito muy arraigado en los hogares españoles por una doble motivación: la medioambiental (ya no se tiran los medicamentos a la basura, y mucho menos por el desagüe), y la sociosanitaria (uso responsable del medicamento, recomendación de no automedicarse con restos de tratamiento médicos, etc.). La última estadística del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre hogares y medio ambiente sitúa los medicamentos casi a la altura del vidrio, que es uno de los residuos que más se recicla, e incluso por encima del cartón.

– ¿Qué tasa de reciclaje de envases han conseguido en cifras porcentuales, y cuál ha sido su evolución en los últimos años?

Si nos referimos a la cantidad de residuos que venimos recogiendo, en los últimos tres o cuatro años se ha producido un estancamiento lógico, con crecimientos leves por debajo del 1%, derivado de la crisis económica y la consecuente contención en el consumo. Ahora mismo estamos en 82 gramos por habitante al año.

En lo que sí hemos mejorado mucho es en la tasa de reciclaje de los materiales de los envases. Antes reciclábamos alrededor del 30% de los materiales, mientras que ahora estamos por encima del 64% de efectividad en el reciclaje; es decir, hemos duplicado la cifra en tan sólo cuatro años, coincidiendo precisamente con la inauguración de la nueva Planta de Tratamiento que tenemos en Valladolid.

– ¿Cómo llegan los residuos a esa Planta en Tudela de Duero?

Aquí entra en juego la llamada logística inversa. Es la propia distribución farmacéutica (como parte de SIGRE) la que, en sus continuas visitas a las oficinas de farmacia para llevar los medicamentos, recoge las bolsas llenas del contenedor de SIGRE y las transporta a los 138 almacenes que tenemos distribuidos por toda España. En ellos se van guardando los residuos, que posteriormente son recogidos por un gestor autorizado para llevarlos a la Planta, donde se realizará la clasificación y la preparación para su tratamiento.

En la Planta se separan los envases del medicamento, de tal manera que el material de los envases (cartón, papel, plástico…) se pueda recuperar al máximo. El medicamento no se reutiliza ni se lleva a terceros países, sino que se destruye; y ese proceso de destrucción se aprovecha para producir energía, lo que en términos medioambientales se conoce como valorización energética. En cuanto a los medicamentos catalogados como peligrosos, éstos se identifican en planta y son tratados de forma separada por gestores especializados en su eliminación.

Hay que subrayar que esta Planta de Valladolid es pionera entre los países que comparten con nosotros un sistema de residuos de estas características. En cierto modo, en otros países los medicamentos se llevan directamente a incinerar; nosotros, sin embargo, decidimos incorporar una planta intermedia con un alto grado de automatización porque entendimos que representaba un avance desde el punto de vista medioambiental.

Foto 24– ¿Qué otros países tienen sistemas similares al nuestro?

Prácticamente todos los países de Europa se hacen cargo de los residuos, pero sólo Francia, Portugal, Bélgica y Hungría disponen de un sistema organizado parecido al nuestro en el que participen farmacias, distribuidoras y laboratorios de manera conjunta.

– ¿Cree usted que la membresía de España en la Red Iberoamericana de Programas de Posconsumo de Medicamentos impulsará la implantación del modelo SIGRE en otras latitudes?

En efecto, la idea es que el modelo SIGRE sirva para que otros países implanten modelos similares, modelos colaborativos con participación de laboratorios, distribuidores y farmacias. Casi todos los sistemas disponen de algunos elementos, pero muy pocos consiguen aunar la totalidad (colaboración fabricantes-distribución-farmacias, logística inversa, control de las autoridades sanitarias, planes de prevención, planta de tratamiento de residuos, logo identificativo en los envases…).

En Latinoamérica, concretamente, la implantación de un modelo como el nuestro contribuiría a evitar el problema de falsificación y tráfico ilícito de fármacos que tienen allí, donde en algunos países las tasas de falsificación alcanzan el 30% o 40%. Creo que con este sistema de gestión de residuos estamos contribuyendo a reforzar la “marca España”. No sólo en Latinoamérica, sino también en Europa, en Canadá o en Estados Unidos, países con los que ya hemos tenido contactos.

– Háblenos de los Planes Empresariales de Prevención impulsados por la entidad. ¿Qué grado de eficacia vienen demostrando en el sector?

Los PEPs son planes trienales en los que fijamos y consensuamos unos objetivos con las administraciones. Consecuentemente, cada uno de los laboratorios tiene que aplicar medidas de prevención de envases, es decir, debe lograr que el envase del medicamento sea más ecológico, más reciclable, que pese menos o tenga menos volumen, de tal manera que genere menos residuos.

Nosotros nos encargamos de coordinar estos planes, pero la obligación de cumplirlos obviamente es de los laboratorios. Los hay más activos que otros, algunos aplican más medidas y otros menos dependiendo, en ocasiones, de dónde se encuentre el centro de decisión de esa compañía. Al final lo importante es que vayamos cumpliendo los objetivos en el conjunto del sector farmacéutico.

Por ahora hemos puesto en marcha cinco PEPs en quince años, período en el que se han aplicado 1.763 medidas de ecodiseño por los laboratorios. Y los resultados son evidentes: el peso de los envases y demás materiales utilizados en el proceso de distribución y dispensación de fármacos ha disminuido en un 22%, que es lo mismo que decir que lo que se pone en el mercado pesa un 22% menos.

– ¿Dónde radica la importancia del uso de servicios de SPD (Sistemas Personalizados de Dosificación) por parte de los farmacéuticos, en consonancia con los objetivos de SIGRE?

Es un asunto que nos interesa mucho porque, en definitiva, se trata de un nuevo tipo de envase que se incorpora a todo el elenco de envases que ya tenemos. Como servicio farmacéutico a los pacientes, estamos totalmente de acuerdo con él, ya que tiene ventajas como la mejora de la adherencia, la detección de duplicidades de medicación o las incompatibilidades.

En el caso de los SPDs, el envasador obligado por ley es, en teoría, el propio farmacéutico, porque es él quien reenvasa los medicamentos. Esto podría ocasionar algún problema administrativo a los profesionales farmacéuticos. Por eso desde SIGRE se ha negociado con los fabricantes de SPDs para que se adhieran a nuestra entidad, de manera que cuando el farmacéutico compre SPDs de fabricantes adheridos a SIGRE, tenga la total garantía de estar cumpliendo la ley y no tenga que preocuparse por nada más desde el punto de vista medioambiental. En cierto modo se le exime al farmacéutico del cumplimiento de la ley de envases porque ya lo está asumiendo el propio fabricante.