La formación tuvo lugar la semana pasada en el Col·legi de Farmacèutics de Barcelona, con conexión por webinar en las sedes de los COFS de Girona, Lleida y Tarragona
Farmacéuticos catalanes se formaron la semana pasada para participar en la red de farmacias centinelas. Una vez superada la formación, y tras el éxito de la prueba piloto llevada a cabo en Barcelona, está previsto que el proyecto se inicie el día 1 de julio en el resto de Catalunya.
En el marco de esta iniciativa, impulsada por el Departament de Salut de la Generalitat y el Consell de Col·legis Farmacèutics de Catalunya, las farmacias trabajan conjuntamente para aportar información sobre incidentes de seguridad relacionados con el uso de los medicamentos -como el seguimiento específico de determinados medicamentos-, para monitorizar su abuso o el uso recreativo y para obtener datos que se puedan integrar en sistemas de vigilancia de otros profesionales sanitarios. Esta información de primera mano ayuda a planificar actuaciones específicas de mejora en el uso de los medicamentos en Catalunya, a través de estrategias de actuación coordinadas entre las instituciones sanitarias y colegiales. Asimismo, la constitución de esta red estable de farmacias centinelas per mite obtener datos válidos generados por la propia dinámica asistencial y que se pueden integrar en el sistema de vigilancia epidemiológica, facilitando una respuesta más eficaz de los servicios de salud pública.
¿En qué consistió la formación?
Durante la tarde del miércoles 14 de junio tuvo lugar en el Col·legi de Farmacèutics de Barcelona, con conexión por webinar en las sedes de los COFS de Girona, Lleida y Tarragona, una formación específica en la que se dieron las herramientas necesarias a los farmacéuticos para que puedan formar parte de la Red. Esta formación fue a cargo de Pilar Gascón, secretaria del Consell de Col·legis Farmacèutics de Catalunya (CCFC); Ma José Gaspar, jefa del Servei d’Ordenació i Qualitat Farmacèutica; Manel Rabanal, jefe de la Secció de Vigilància i Publicitat del Medicament; Anna Maria Jambrina, de la Direcció General d’Ordenació Professional i Regulació Sanitària del Departament de Salut; Glòria Cereza, del Centre Autonòmic de Farmacovigilància de Catalunya; Rafel Guayta-Escolies, director de Projectes i Recerca del CCFC; Maria Perelló, del Centre d’Informació del Medicament del COFB; Pilar Rius, del Consell de Col·legis de Farmacèutics de Catalunya; y Glòria Carmona y Pere Plans, de l’Agència de Salut Pública de Catalunya del Departament de Salut.
A lo largo de las 4 horas que duró el curso, se profundizó en aspectos como el funcionamiento general de la red y cómo realizar el registro de datos obtenidos. Y, más concretamente, entre otros temas, se abordó cómo hacer el seguimiento de las alertas de calidad de medicamentos, cómo notificar la sospecha de errores de medicación o reacciones adversas a medicamentos, y también qué se debe tener en cuenta para identificar posibles casos de uso de medicamentos con finalidad no terapéutica.
¿En qué campos actúan las farmacias centinelas?
Las dos grandes áreas en las que han actuado los farmacéuticos durante la fase piloto han sido, por un lado, la farmacovigilancia, centrada en la detección, evaluación, conocimiento y prevención de los efectos adversos de los medicamentos. Dentro de este campo, los farmacéuticos tienen como funciones principales seguir las alertas farmacéuticas de desabastecimiento de medicamentos -registrando, por ejemplo, el número de pacientes que han pedido el medicamento afectado-, así como las alertas de calidad -para garantizar, entre otros, la correcta retirada de los medicamentos en los que se han podido detectar defectos-. Asimismo, son los encargados de notificar una sospecha de reacción adversa a un fármaco, vigilar los medicamentos sujetos a seguimiento adicional -aquellos sobre los que se dispone de menos información, porque se ha comercializado recientemente o porque la información que se tiene sobre su uso a largo plazo es limitada-.
Por otra parte, detectar y registrar la sospecha de abuso o uso desviado de medicamentos con una finalidad no terapéutica. Con esta acción, contribuyen a apoyar el Observatorio de Medicamentos de Abuso (OMA) en su tarea como órgano de vigilancia epidemiológica y también en su estudio del consumo a nivel poblacional.