Basada en la medicina tradicional china y considerada durante años como terapia alternativa, hoy en día la acupuntura cuenta con la aprobación de la comunidad científica y se recomienda para tratar diferentes dolencias
Al igual que ha sucedido con otras disciplinas, como la quiropráctica por ejemplo, la acupuntura ha necesitado de la aprobación científica para que esta terapia, basada en la medicina tradicional china y fuertemente apoyada por la neurofisiología moderna, sea vista con buenos ojos por la mayor parte de la población y se incorpore como tratamiento para mejorar o terminar con ciertas patologías comunes al ser humano. Un paso más hacia la medicina integrativa, que no hace sino ampliar el abanico de soluciones eficaces y no invasivas para tratar numerosas enfermedades o problemas de salud.
¿Qué es la acupuntura?
Si hablamos de acupuntura, a todos se nos viene a la mente las agujas que se utilizan para tal práctica, pero esta disciplina basada en la medicina tradicional china y que cuenta con más de 2000 años de vida requiere de una técnica y unos conocimientos que se basan, principalmente, en los puntos del sistema nervioso del cuerpo humano.
Así y según un estudio publicado por la Clínica del Dolor del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla, “existe una red de canales (los meridianos) en el cuerpo humano con puntos de acupuntura, situados sobre la piel y los tejidos más profundos. La punción en los puntos de acupuntura modula la fisiología del cuerpo a través de esa red de canales o meridianos. Las estructuras anatómicas y las funciones fisiológicas de los puntos de acupuntura, según la medicina china y la acupuntura tradicional, a través de la teoría de los meridianos o canales no han demostrado equivalentes en la ciencia biomédica moderna, pero la neurociencia moderna y los ensayos clínicos muestran un alto potencial terapéutico en el tratamiento del dolor crónico”.
De hecho, son diversos los estudios que apoyan los beneficios de la acupuntura para tratar problemas relacionados con el dolor, especialmente de las articulaciones, pero también con todo aquello que tenga que ver con nuestro sistema nervioso y sus consecuencias.
Por ejemplo, el Journal of Endocrinology, publicó una investigación llevada a cabo por el Centro Médico de la Universidad de Gerogetown, donde se observaba que la estimulación de ratas de laboratorio mediante acupuntura electrónica concluía con la reducción de la hormona del estrés.
En qué casos se recomienda
Otro de los grandes reconocimientos de esta disciplina milenaria es que desde la prestigiosa biblioteca online Cochrane, también se recomienda el uso de la acupuntura para tratar diversas dolencias como:
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Dolor lumbar: es el mayor uso que se le da a la acupuntura en nuestro país. Mejora el dolor a corto plazo, así como la movilidad de esta zona. Especialmente recomendada cuando se desconoce la causa del dolor o cuando se trata de desgastes.
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Migraña: sin efectos adversos, son varios los estudios que reconocen la eficacia de la acupuntura por encima de los métodos tradicionales.
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Cefalea: eficaz en pacientes con episodios repetitivos o dolor crónico causado por la misma.
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Sofocos: especialmente aquellos que sufren las mujeres durante la etapa de la menopausia, pero también aquellos que provoca el cáncer de mama, reduciéndolos en gran medida.
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Ovulación: mujeres que tengan problemas de fertilidad u ovarios poliquísticos, podrían mejorar su situación gracias a la acupuntura.
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Dolor en el hombro: igual de eficaz que el método tradicional, que consta de la ingesta de antiinflamatorios y rehabilitación, pero sin los posibles efectos secundarios de los medicamentos.
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Tratamiento de síntomas oncológicos: como pueden ser los vómitos o las náuseas, por ejemplo. Para estos casos, la acupuntura es realmente eficaz y, una vez más, totalmente natural y sin efectos segundarios, además de no interferir en el tratamiento que se aplique a la persona enferma.
Agujas y mucho más
Es cierto que en acupuntura, lo más utilizado y lo más conocido son las agujas que reúnen las siguientes características: finas, pulidas y de diferentes calibres y longitudes, de manera que se emplean unas u otras en función de la zona que se tenga que tocar. Las medidas varían desde la media pulgada hasta las 10. Como dato curioso, cabe mencionar que en una sesión normal se suelen utilizar entre 10 y 12 agujas, de media.
Pero además de este método, también se utilizan:
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Moxas: con ellas se aplica calor a los puntos de acupuntura que se consideran oportunos para tratar la dolencia con la que acude el paciente. “El método de la moxibustión permite activar los receptores térmicos de la piel, y de esta forma provocar estímulos que compiten con los sistemas de modulación del dolor a nivel de asta posterior medular, y controlar procesos de dolor, sobre todo osteoarticular”, explican desde la Clínica del Dolor del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla.
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Electroacupuntura: los equipos utilizan corrientes cuadradas de baja frecuencia que se mueven entre los 2 y los 100 Hz. Los cabezales que emiten la corriente se colocan en los puntos exactos gracias a los cuales se calmará o se terminará con el problema del paciente.