La diabetes mellitus (DM) es una alteración metabólica en la que la concentración de glucosa en el plasma, en ayunas, es mayor que el límite de referencia. Se acompaña de desórdenes metabólicos de los hidratos de carbono, proteínas y lípidos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que en el año 2002 existían en el mundo, por cada 100.000 habitantes, unas 3.000 personas con DM y se producían 190 nuevos casos al año.
Las previsiones de la OMS para el año 2030 son de 366 millones de diabéticos en todo el mundo. La mayoría de ellos presentarán diabetes mellitus tipo 2 (DM2); esta afección alcanzará dimensiones de epidemia en los países desarrollados.
La canela, o corteza interior seca de determinadas especies perennifolias tropicales del género Cinnamomum, ha sido utilizada tradicionalmente, durante milenios, para el tratamiento de la diarrea, malestar estomacal o halitosis, así como estimulante del apetito, antiséptico, antiinflamatorio, analgésico, carminativo, espasmolítico, regulador menstrual, mucolítico o afrodisíaco. Resulta cuanto menos curioso que muchas de estas situaciones se puedan relacionar con un inadecuado metabolismo de la glucosa.
Dentro de las numerosas especies vegetales utilizadas popularmente como coadyuvantes en el tratamiento de la DM y el SM, se ha descubierto que la canela de Ceilán muestra efectos beneficiosos tanto in vitro como in vivo como un potencial agente terapéutico.
Los mecanismos de acción por los que determinadas especies vegetales actuarían mejorando el control glucémico son:
-Aumentando la secreción de insulina.
-Mejorando la captación de glucosa por los tejidos adiposo y músculo esquelético.
-Inhibiendo la absorción intestinal de glucosa.
-Inhibiendo la producción de glucosa hepática.
La mejora de la sensibilidad a la insulina por parte de la canela de Ceilán se ha puesto de manifiesto en diferentes tipos de estudios. Se ha demostrado in vitro que la potenciación de la acción de la insulina por la canela reside principalmente en su fracción acuosa. El extracto acuoso del “spent cinnamom” (producto que queda cuando se extrae el aceite esencial de canela) en el que algunos de los componentes encontrados en la canela se eliminan, básicamente presenta la misma acción in vitro sobre la acción de la insulina, que antes de la extracción del aceite esencial.
En contraste con otras especies como la canela china, la canela de Ceilán ha demostrado contener una menor cantidad de cumarina, por lo que podría utilizarse en dosis más altas, sin efectos tóxicos durante periodos más largos, ofreciendo un margen terapéutico significativamente alto.