La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) ha alertado sobre la necesidad de tomar ciertas precauciones para no contraer alguna de las enfermedades tropicales más frecuentes, si se va a emprender viaje a algunos destinos, sobre todo a determinadas regiones de África, Asia y América Latina.
Se trata de cuatro documentos con información de cada una de las enfermedades (fiebre amarilla, dengue, malaria y chikungunya), así como un documento resumen de las enfermedades que incluye además consejos de prevención y actuación ante las picaduras de mosquito, vía de transmisión de estas enfermedades. Si tienes previsto tratar el tema de los viajes exóticos en vacaciones, esto te interesa.
El dengue
El dengue es una infección vírica transmitida por la picadura de las hembras infectadas de mosquitos del género Aedes sp. Hay cuatro serotipos de virus del dengue (DEN 1, DEN 2, DEN 3 y DEN 4). Es una enfermedad similar a la gripe pero mucho más intensa, que afecta a lactantes, niños pequeños y adultos.
El dengue hemorrágico (fiebre, dolor abdominal, vómitos, hemorragia) es una complicación rara aunque potencialmente mortal que afecta principalmente a los niños. El diagnóstico temprano y una buena atención clínica a cargo de médicos y enfermeras con experiencia aumentan la supervivencia de los pacientes.
Síntomas de la enfermedad
Los síntomas aparecen transcurridos entre 3 y 14 días tras la picadura infecciosa. La enfermedad se manifiesta como un síndrome febril. Los síntomas varían, desde una fiebre moderada hasta una fiebre alta incapacitante con cefaleas intensas, dolor retroobitario, dolor muscular y articular, y exantema. No existen fármacos antivíricos específicos contra el dengue.
Prevalencia y zonas
La enfermedad afecta a habitantes de zonas tropicales y subtropicales. Más del 70% de la carga de morbilidad por esta enfermedad se concentra en Asia Sudoriental y en el Pacífico Occidental. En los últimos años, la incidencia y la gravedad de la enfermedad han aumentado rápidamente en Latinoamérica y el Caribe. En las regiones de África se han registrado más brotes de dengue en los últimos 10 años. En 2010 se notificó la transmisión autóctona del dengue en dos países de Europa: Francia y Croacia. Al aumento mundial del dengue han contribuido la urbanización, los movimientos rápidos de personas y bienes, las condiciones climáticas favorables y la falta de personal capacitado.
El mosquito que transmite el dengue puede picar durante el día y la noche, tanto en interiores como al aire libre y a menudo viven en torno a los edificios de las áreas urbanas. Habitualmente no hay dengue en altitudes superiores a 1.500m.
Medidas de precaución para viajar a esas zonas
Actualmente no existen ni vacunas ni medicamentos para prevenir el dengue. Los viajeros deben protegerse previniendo las picaduras de mosquito.
Qué hacer en caso de presentar síntomas durante o después del viaje
No hay ningún tratamiento específico contra el dengue. El dengue grave es una complicación potencialmente mortal, pero su diagnóstico clínico precoz y una atención clínica cuidadosa por personal médico y de enfermería experimentado suele salvar la vida de los pacientes. Lo más importante es acudir al médico si te sientes mal, especialmente si tienes fiebre alta, y hablarle sobre tu viaje. En algunas ciudades existen unidades especializadas en Medicina Tropical donde puedes acudir si tienes fiebre a la vuelta del viaje.
Fiebre amarilla
La fiebre amarilla es una enfermedad vírica y hemorrágica, que se transmite de un huésped a otro, mediante la picadura de mosquitos infectados Aedes aegypti. El término “amarilla” alude a la ictericia que presentan algunos pacientes.
Síntomas de la enfermedad
Una vez contraído el virus, la infección puede cursar en una o dos fases. La primera, aguda, suele causar fiebre, mialgias con dolor de espalda intenso, cefaleas, escalofríos, pérdida de apetito y náuseas o vómitos. Posteriormente, la mayoría de los pacientes mejoran y los síntomas desaparecen en 3 o 4 días. Sin embargo, el 15% de los pacientes desarrollan a las 24 horas de la remisión inicial una segunda fase, más tóxica. Vuelve la fiebre y se ven afectados diferentes sistemas orgánicos. La mitad de los pacientes que desarrollan la fase tóxica mueren en un plazo de 10 a 14 días.
Prevalencia y zonas
Se calcula que cada año se producen en el mundo 200.000 casos de fiebre amarilla que causan unas 30.000 muertes, el 90% de ellas en África. El número de casos ha aumentado en los dos últimos decenios debido a la disminución de la inmunidad de la población, la deforestación, la urbanización, los movimientos de población y el cambio climático. Hay 44 países endémicos en África y América Latina con un total de 900 millones de habitantes en riesgo.
Medidas de precaución para viajar a esas zonas
No hay tratamiento específico para la fiebre amarilla. La vacunación es la medida preventiva más importante. El control de los mosquitos es otra de las medidas de prevención, eliminando los potenciales criaderos de mosquitos y aplicando insecticidas al agua donde se desarrollan en sus estadios más tempranos.
Deben vacunarse los viajeros que se dirijan a zonas endémicas, y todos los que se desplacen a países que exijan el Certificado Internacional de Vacunación como requisito de entrada. En algunos países la vacunación contra la fiebre amarilla es obligatoria para los viajeros. Los viajeros, en particular de África o América Latina con destino a Asia, deben tener un certificado de vacunación contra la fiebre amarilla. El Reglamento Sanitario Internacional estipula que los motivos médicos para no administrar la vacuna deben ser certificados por las autoridades competentes.
Qué hacer en caso de presentar síntomas durante o después del viaje
En el caso improbable de que presentara síntomas compatibles con fiebre amarilla (fiebre, ictericia, quebrantamiento del estado general y sangrado) tras haber viajado a un país endémico sin haberse vacunado, debe acudir a un centro especializado donde puedan valorar si está afectado por fiebre amarilla u otra infección importada grave.
Fiebre Chikungunya
Se trata de una enfermedad vírica transmitida por la picadura de mosquitos hembra infectados (Aedes aegypti y Aedes albopictus) por un virus ARN del género alfavirus. Estos mosquitos suelen picar durante todo el periodo diurno, aunque su actividad puede ser máxima al principio de la mañana y al final de la tarde, tanto en interior como en exterior.
Síntomas de la enfermedad
La fiebre chikungunya suele aparecer entre 4 y 8 días después de la picadura de un mosquito infectado, aunque el intervalo puede oscilar entre 2 y 12 días. Se caracteriza por la aparición súbita de fiebre, generalmente acompañada de fuertes dolores articulares, musculares, de cabeza, náuseas, cansancio y erupciones cutáneas. Los dolores articulares suelen ser muy debilitantes al inicio, y además persisten durante semanas con frecuencia y en algunos casos hasta un año. La mayoría de los pacientes se recuperan completamente. A menudo los pacientes solo tienen síntomas leves y la infección puede pasar inadvertida o diagnosticarse erróneamente como dengue en zonas donde este es frecuente.
Prevalencia y zonas
La enfermedad se da en casi 40 países de África, Asia y el subcontinente indio. Además, en los últimos decenios los vectores de la enfermedad se han propagado a Europa y América.
Medidas de precaución para viajar a esas zonas
Un factor de riesgo importante es la proximidad de las viviendas a lugares de cría de los mosquitos. La prevención y el control se basan en gran medida en la reducción del número de depósitos de aguas naturales y artificiales que puedan servir de criadero. Durante los brotes se pueden aplicar insecticidas. Las personas que viajen a zonas de riesgo deben adoptar precauciones básicas, como llevar ropa que reduzca al mínimo la exposición de la piel a los vectores, aplicar repelentes a la piel o a la ropa, e instalar mosquiteros en las ventanas.
Qué hacer en caso de presentar síntomas durante o después del viaje
Los viajeros que vayan a África, Asía, América Latina y las islas del Índico, Pacífico y Caribe, se encuentran en situación de riesgo. El mosquito que transporta el virus pica principalmente durante el día, y a menudo vive alrededor de los edificios en las zonas urbanas. La proximidad de las viviendas a los lugares de cría de los mosquitos vectores es un importante factor de riesgo.
No existe ningún antivírico específico para la fiebre chikungunya. El tratamiento se centra en el alivio de los síntomas, entre ellos el dolor articular, con antipiréticos, analgésicos y líquidos. Tampoco hay comercializada ninguna vacuna aunque hay una en desarrollo.
Malaria
La malaria o paludismo es una enfermedad causada por un parásito denominado Plasmodium sp, que se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados hembra del género Anopheles. En el organismo humano, los parásitos se multiplican en el hígado y después infectan los glóbulos rojos. Si no se trata, el paludismo puede poner en peligro la vida del paciente en poco tiempo, pues altera el aporte de sangre a órganos vitales, y genera un estado tóxico generalizado. En muchas zonas del mundo los parásitos se han vuelto resistentes a varios antipalúdicos.
Síntomas de la enfermedad
Las personas infectadas suelen presentar fiebre, cefaleas, escalofríos, vómitos y síntomas gripales. En caso de no tratarse, la enfermedad puede provocar complicaciones graves y, en algunas ocasiones, la muerte. Los síntomas del paludismo aparecen después de un período de mínimo de siete días tras la picadura del mosquito, generalmente de 10 a 15 días. El viajero que presente fiebre en los tres meses posteriores a una posible exposición deberá considerarlo una urgencia médica y someterse inmediatamente a un reconocimiento.
Prevalencia y zonas
La OMS estima que en 2013 hubo 198 millones de casos de paludismo en todo el mundo y que unas 584 000 personas murieron a causa de la enfermedad, la mayoría de ellas niños menores de cinco años en África subsahariana. La malaria se da en África, Centroamérica y Sudamérica, partes del Caribe, Asia, Europa del Este y el sur del Pacífico.
Medidas de precaución para viajar a esas zonas
La prevención de las picaduras de mosquito entre el atardecer y el alba constituye la primera línea de defensa contra el paludismo.
Además, dependiendo del riesgo de contraer la enfermedad que exista en la zona visitada, los viajeros internacionales deberán tomar medicación preventiva (quimioprofilaxis) antes, durante y después del viaje.
Algunos grupos de viajeros, tales como los niños pequeños, las embarazadas y las personas cuyo sistema inmunitario está debilitado, corren un riesgo especial de padecer la enfermedad grave si se infectan. En las embarazadas, el paludismo aumenta el riesgo de defunción materna, aborto espontáneo, mortinatos e retraso ponderal del recién nacido, así como de muerte en el periodo neonatal.
Qué hacer en caso de presentar síntomas durante y después el viaje
Entre las intervenciones fundamentales para controlar la malaria se encuentran el tratamiento rápido y eficaz con combinaciones de medicamentos basadas en la artemisinina, el uso de mosquiteros impregnados en insecticida por parte de las personas en riesgo y la fumigación de los espacios cerrados con insecticidas de acción residual, a fin de controlar los mosquitos vectores.
En sujetos que presenten fiebre en los tres meses siguientes tras regresar de un área malárica, especialmente si no han realizado quimioprofilaxis, se recomienda acudir al médico de atención primaria o a un centro especializado avisando de estos antecedentes.