Pocas personas le dan la importancia que realmente se merece, pero lo cierto es que cada vez son más los estudios que demuestran que dormir bien y las horas suficientes nos hace sentir mejor por fuera y por dentro
Seguramente más de una vez hayas escuchado o pronunciado las palabras: “me falta tiempo para…”. Un tiempo que le robamos a las horas de sueño, según se extrae de la Encuesta Nacional de Salud.
Los españoles dormimos una media de 7,2 horas al día, pero esto es algo que se reduce a 6,2 en las grandes urbes. Sin embargo, los expertos recomiendan dormir una media de 8 horas al día (aunque esto varía en función de la edad) para que nuestro cuerpo pueda estar descansado, rendir al día siguiente y dejar que nuestro cerebro haga su trabajo nocturno, de manera que al día siguiente se encuentre en condiciones óptimas.
Son muchos los factores negativos que se asocian con dormir poco o dormir mal (por ejemplo, el 30% de los accidentes en carretera se asocian con la falta de sueño) y, sin embargo y a pesar de que la teoría todos la sabemos, parece que está de moda el hecho de dormir poco y conseguir hacer muchas cosas al día siguiente. Pero estamos muy equivocados.
Y es que si dormimos poco o mal, es decir, si no tenemos unos hábitos de sueño saludables, esto puede derivar en trastornos del sueño. El más común: el insomnio. Y esto es precisamente de lo que hoy queremos hablar. Para ello hemos contactado con los expertos de Aquilea, marca referente del mercado de productos a base de ingredientes naturales y a los de la fundación Estivill Sueño.
¿Qué es el insomnio?
El insomnio es un trastorno del sueño consistente en la imposibilidad para: iniciar o mantener el sueño, conseguir una duración normal y de calidad del mismo, siempre con el objetivo de restaurar la energía que nuestro cuerpo necesita.
“Dormir bien – explican desde Aquilea- es determinante para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, tanto físico como mental. Pese a que lo recomendando es dormir entre 7 y 8 horas, depende mucho de cada persona. Se considera que una persona duerme la cantidad de horas necesarias si de despierta por sí misma y se siente con energía para afrontar el nuevo día”.
Por eso, las consecuencias de no dormir bien o no hacerlo lo suficiente puede presentar las siguientes problemas: somnolencia; irritabilidad; tristeza; ansiedad, pérdida de reflejos y visibilidad; posible aumento de peso; pérdida de recuerdo a largo plazo; hipertensión arterial; disminución de la capacidad intelectual; debilitar el sistema inmunológico.
Del mismo modo, “puede favorecer algunos tipos de cáncer, suponer cambios de humor repentinos, entrar en un estado continuo de pesimismo, sufrir estrés e insomnio, así como la pérdida de coordinación de movimientos, la alteración en el habla o el deterioro en las relaciones personales. Del mismo modo, la falta de un sueño reparador también está relacionada con el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, diabetes o envejecimiento inmunológico.
¿A qué personas afecta?
El insomnio es un trastorno que no entiende ni de edades ni de sexos, aunque es cierto que, tal y como afirman desde Aquilea, “a medida que vamos envejeciendo, los problemas de sueño se van acentuando, afectando a nuestra calidad de vida”.
Y es que el paso del tiempo hace que nos cueste más iniciar el sueño, además de despertarnos con más facilidad o frecuencia durante la noche. Pero, no sólo la edad es uno de los factores que puede tener como consecuencia el insomnio, también lo son los que, a continuación, nos explican desde Aquilea, marca referente del mercado de productos a base de ingredientes naturales.
En la actualidad, entre el 40-50% de la población española duerme poco o mal. Entre los afectados podemos destacar los siguientes perfiles:
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Mujeres trabajadoras y amas de casa: las mujeres tienen doble jornada laboral. Se han incorporado al mundo laboral, pero siguen atendiendo a la mayoría de tareas de casa. Trabajan el doble. A esta situación de doble riesgo de ansiedad y presión, se añaden factores hormonales que pueden empeorar su sueño. Y si encima son madres, hacen malabares para poder disfrutar de la maternidad y al mismo tiempo, dedicarse a la carrera profesional y al trabajo en casa supone un nivel de estrés y ansiedad que puede interferir en su descanso. Además, muchas de ellas roban horas al sueño para completar sus tareas o se ven superadas por la cantidad de preocupaciones y de problemas que deben solucionar. Los estudios demuestran que un alto porcentaje de mujeres que trabajan fuera de casa y que además llevan las tareas del hogar sufren fatiga y sobrecarga mental, y en el momento de meterse en la cama, el cansancio es tal que puede costarles dormir.
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Trabajadores-ejecutivos: pasamos una media de cuarenta horas a la semana en nuestro puesto de trabajo. Es, por lo tanto, una parte sumamente importante de nuestra vida. En la crispada sociedad actual, todo se hace con prisas y ansiedad, muy especialmente en el mundo laboral. Nos exigen cada vez más y esta presión acarrea nuevos riesgos psicosociales relacionados con el trabajo, lo cual afecta tanto a la salud como a la calidad de vida del individuo. Si a unas condiciones laborales cada vez más precarias y estresantes añadimos el bombardeo constante sobre la incertidumbre económica y la inestabilidad en los puestos de trabajo, entenderemos que la suma de estos elementos pueda quitarle el sueño a más de uno. Hoy en día, dos factores importantes y desencadenantes de las alteraciones del sueño son el estrés laboral y la incertidumbre ante el futuro.
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Personas mayores: este gran grupo de población en aumento presentan un mayor número de problemas de sueño y, muchos de ellos, relacionados con malos hábitos. Tienen muchas horas para dormir y poca necesidad de sueño. Tienen poco contacto con la luz, sobre todo en las últimas horas del día y esto les provoca somnolencia que les hace acostarse pronto. Y como la gran mayoría necesitan solo entre 6 y 7 horas de sueño, son grandes consumidores de fármacos hipnóticos que normalmente son inútiles, porque no los necesitan.
Soluciones ante el insomnio rutinario
Descansar lo suficiente y correctamente es muy importante para el cuerpo humano. En muchas ocasiones no se tienen en cuenta algunos factores que favorecen a meterse en la cama en un estado óptimo para dormir.
Muchas personas tienen problemas para conciliar el sueño, a continuación, desde Aquilea nos presentan algunos remedios para dormir mejor:
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Cenar ligero dos horas antes de dormir, evitando bebidas alcohólicas
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Dormir lejos de televisión, cables y wifi
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Practicar técnicas de relajación
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Evitar ruidos una hora antes de dormir
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Realizar respiraciones profundas para relajarse
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Utilizar un colchón de buena calidad
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Adoptar una postura correcta y utilizar ropa cómoda
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Disminuir la actividad y evitar el ejercicio físico a partir de las 20h de la noche
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Realizar actividades que no tengan que ver con la vida laboral
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Ventilar la habitación
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Practicar deporte de manera regular
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No ir a la cama en un estado activo
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Realizar las mismas rutinas siempre que sea posible
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Tomar infusiones
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Evitar realizar siestas largas
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En caso de despertarse, no comer a medianoche
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No considerar la cama como un centro de trabajo
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Dormir con ausencia de luz