La revista científica “Nutrition, Metabolism and Cardiovascular Diseases” acaba de publicar los resultados del estudio “Yogurt consumption, weight change and risk of overweight/obesity: The SUN cohort study”, en el que se hizo un seguimiento de los hábitos relativos al consumo de yogur de una muestra de 8.516 individuos durante 6,6 años. Ninguno de ellos tenía sobrepeso al comienzo del estudio, pero 1.860 desarrollaron sobrepeso o se habían vuelto obesos al final.
El estudio, liderado por el Prof. Miguel Ángel Martínez, Catedrático en Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra y perteneciente al CIBER de obesidad y nutrición, clasificó a los participantes según su consumo total de yogur (enteros y desnatados) en cinco categorías: menos de dos; entre dos y cinco; entre cinco y siete; siete; y más de siete yogures a la semana. Se observó que, a igualdad de otras variables relacionadas con la obesidad, los participantes en la categoría de mayor consumo de yogur (7 o más unidades a la semana) presentaban menor riesgo de desarrollar sobrepeso u obesidad. Además, el estudio señala que esta reducción del riesgo de obesidad asociada al consumo de yogur es incluso mayor entre los participantes con un elevado consumo de fruta, concluyendo que el consumo de yogur puede jugar un papel en la prevención del sobrepeso y obesidad cuando se asocia a un patrón de alimentación saludable.
Un posible mecanismo biológico que puede explicar la relación del consumo de yogur con el menor riesgo de ganar peso podría estar relacionado con su contenido en calcio, según sugieren algunos estudios. En estos estudios se ha propuesto que el calcio está relacionado con el metabolismo de las grasas, de manera que un incremento en la ingesta de calcio que contienen los productos lácteos puede llevar a un incremento en la oxidación de las grasas.
Más información sobre el estudio en: http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0939475314001975
¿Qué se entiende por control del peso?
El control del peso se consigue, con un enfoque en resultados a largo plazo, a través de una alimentación saludable y la realización de actividad física para alcanzar una ingesta calórica diaria adecuada y mantener un peso estable. El control del peso tiene muchos beneficios para la salud. Además, la OMS indica que es esencial consumir alimentos de alta calidad nutricional y mantener un equilibrio entre la ingesta de energía y la actividad física necesaria para mantener un peso saludable en todas las etapas de la vida.
Más de un siglo de investigación
A comienzos del S. XX, el biólogo ruso Ilia Metchnikoff intuyó los potenciales efectos beneficiosos de las leches fermentadas, al observar la gran longevidad que alcanzaban ciertas poblaciones del este de Europa y relacionarla con la importante cantidad de “yogur” que consumían. A través de sus investigaciones, demostró que el yogur se producía por la acción de bacterias capaces de convertir el azúcar de la leche (lactosa) en ácido láctico y que, a su vez, esta sustancia hacía muy difícil el desarrollo en el intestino de microorganismos no deseables.
Según la actual legislación española (Norma de Calidad BOE 18-2-2003), el yogur es el producto de la leche coagulada obtenida por fermentación láctica mediante la acción de dos bacterias: Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus. Estos microorganismos productores de la fermentación láctica deben ser viables (es decir, capaces de reproducirse y de mantener todas sus características durante toda la vida útil del yogur: 28 días) y estar presentes en el producto terminado en una cantidad mínima de 100 millones por gramo o mililitro de yogur. Para mantener la viabilidad de dichos microorganismos el yogur se ha de conservar entre 1 y 8ºC desde su fabricación hasta su consumo.