Los dos proyectos ganadores de la XVIII edición del ‘Premio a la Investigación en Dolor’ son originales y de carácter independiente y han obtenido una dotación económica de 2.000 euros para poder continuar con sus labores investigadoras
La Universidad de Salamanca ha acogido la entrega de la XVIII edición del ‘Premio a la Investigación en Dolor’ que celebra la Cátedra Extraordinaria del Dolor de la Fundación Grünenthal y la Universidad de Salamanca anualmente para reconocer los proyectos más novedosos sobre dolor, tanto en el ámbito epidemiológico como experimental, farmacológico y clínico.
El premio en la Categoría de Investigación Preclínica se ha otorgado al Prof. Francisco Ciruela de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Barcelona, el Instituto de Neurociencias de la UB y el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), por su trabajo ‘Optical control of pain in vivo with a photoactive mGlu5 receptor negative allosteric modulator’.
El trabajo, publicado en la revista eLife, en colaboración con el equipo de Amadeu Llebaria, del Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC-CSIC), ha culminado con el diseño de un fotofármaco que posee potenciales aplicaciones terapéuticas para tratar el dolor: el JF-NP-26, una molécula que se puede activar con luz localmente y cuando se quiera. Es decir, con una alta resolución espaciotemporal.
Según detalla el premiado, el profesor Francisco Ciruela, “en el ámbito clínico no existe ningún precedente del uso de la optofarmacología para mejorar el tratamiento del dolor ni de ninguna patología relacionada con el sistema nervioso. En el estadio preclínico, es decir, con modelos animales, este es el primer fotofármaco diseñado para el tratamiento del dolor in vivo”.
Por su parte, el Dr. Enrique Lluch, Prof. Universidad de Valencia ha recibido el premio en la categoría de Investigación Clínica por el estudio ‘Expanded Distribution of Pain as a Sign of Central Sensitization in Individuals With Symptomatic Knee Osteoarthritis’.
Según el propio premiado “la expansión del área del dolor de un paciente hacia áreas más extensas o difusas se considera uno de los signos que puede indicar la presencia de sensibilización central. La sensibilización central hace referencia a una alteración en el procesamiento del dolor a nivel del sistema nervioso central, que se traduce en una amplificación de la experiencia dolorosa del paciente. Hoy en día sabemos que la sensibilización central puede desempeñar un papel importante en el dolor crónico que experimentan los pacientes con artrosis de rodilla. Sin embargo, uno de los problemas con los que se encuentran los clínicos es la carencia de herramientas de valoración clínica que permitan identificar la presencia de sensibilización central. El diagnóstico de la sensibilización central suele hacerse mediante pruebas de laboratorio que, en general, son laboriosas, requieren de material de elevado coste económico y, por tanto, no se encuentran disponibles para la mayoría de clínicos”.
Con estos antecedentes, se llevó a cabo un estudio experimental cuyo principal objetivo era determinar si el área de dolor que los pacientes con artrosis de rodilla dibujaban en un mapa de dolor se relacionaba con diferentes medidas de sensibilización central obtenidas mediante pruebas de laboratorio. Todos los sujetos que participaron en el estudio completaron un mapa del dolor utilizando un dispositivo digital novedoso. Además, se generaron unos mapas de frecuencia del dolor de forma separada para los hombres y mujeres que formaban parte de la muestra de estudio. Por otro lado, a todos los participantes se les aplicaron una serie de pruebas de laboratorio que nos permiten saber el grado de sensibilización del sistema nervioso.
Los mapas de frecuencia del dolor mostraron áreas de dolor más extensas especialmente en las mujeres que sufren artrosis de rodilla. La presencia de áreas de dolor más extendidas en los mapas del dolor se asoció con algunas medidas objetivas de sensibilización central obtenidas mediante pruebas de laboratorio. Los mapas de dolor, por tanto, podrían ser una herramienta útil para identificar de forma precoz la presencia de sensibilización central en sujetos con artrosis de rodilla, aunque se necesita mayor investigación en este sentido.
Se trata de dos proyectos originales y de carácter independiente que han obtenido una dotación económica de 2.000 euros para poder continuar con sus labores investigadoras.
La investigación en el área de dolor crónico
“Al abordar el dolor, se pone en relevancia una problemática de alta prevalencia que requiere investigación y colaboración. Por ello, el objetivo de estos galardones es reconocer e impulsar la labor de las personas que trabajan por impulsar y fortalecer el conocimiento del dolor, para así mejorar la calidad de vida de los pacientes que lo sufren. Con este reconocimiento, los galardonados podrán continuar con su actividad científica, mejorando y colaborando en su investigación” afirma Ana Esquivias, patrona de la Fundación Grünenthal.
En este sentido, el Dr. Lluch considera que “la investigación en el área del dolor crónico es muy necesaria ya que un elevado porcentaje de la población lo sufre cada día. Además, el hecho de que se premien los trabajos de investigación en el área del dolor les sirve de estímulo a los investigadores que se dedican a diario a intentar entender mejor el dolor de los pacientes para seguir con su labor”.
“La investigación en dolor es fundamental para el paciente y para mejorar su calidad de vida y premios como este suponen un granito de arena en todo lo que hay que hacer. Por ejemplo en un escenario de futuro, no podemos descartar que algunas sintomatologías se puedan aliviar con la implantación de fibras ópticas en el cerebro, tal como se implantan electrodos en la estimulación cerebral profunda en el caso del párkinson”, concluye el Dr. Ciruela.