En este reportaje hablaremos sobre la importancia de la protección frente al sol durante todo el año; desmontaremos los mitos sobre el uso de la fotoprotección; compartiremos algunas recomendaciones de la mano de expertos y hablaremos de los datos del mercado español que ha experimentado un decrecimiento por el confinamiento
A pesar de que la sociedad ha asimilado bien los peligros de la exposición solar en verano, cuando nos enfrentamos a las altas temperaturas (de hecho, las campañas para prevenir el cáncer de piel se llevan a cabo en mayo y junio), es cierto que no está tan acostumbrada a usarlos en otras estaciones. “Aunque se insiste en la necesidad de utilizar fotoprotectores durante todo el año, este mensaje no acaba de calar bien entre la población”, alerta el dermatólogo y director del Instituto de Dermatología Integral, Miguel Ángel Sánchez Viera.
Y en este sentido, el experto advierte de que “en primavera, otoño e invierno hay que protegerse del sol, porque también se pueden producir quemaduras cutáneas, especialmente en días soleados y cuando pasamos muchas horas expuestos sin ningún tipo de protección frente al sol, ya sea con cremas, gorras, gafas de sol, etc.”.
¿Cuándo debemos utilizarlos entonces? “Cuando se hace ejercicio al aire libre, se va a la montaña o a la nieve (en este caso la nieve hace de espejo y la radiación ultravioleta nos llega desde arriba y desde abajo, como ocurre con el agua en verano), se hacen trabajos en jardines o se aprovechan los días de sol invernales u otoñales para salir a dar un paseo o tomar algo en una terraza”, aconseja el doctor Sánchez Viera.
Saber el fototipo de tu piel, una clave
El fototipo es, en palabras del dermatólogo, “la capacidad que tiene cada piel de adaptarse a la radiación ultravioleta procedente del sol, es decir, el conjunto de características que hace que una piel se queme o se broncee al exponerse al sol”.
La escala de Fitzpatrick establece seis fototipos:
- I: personas con la piel muy blanca, con cabello pelirrojo, que no se broncean y que presentan quemaduras al exponerse al sol directamente.
- II: corresponde a pieles blancas, de cabello rubio o castaño claro, que apenas se broncean y que se queman si toman el sol durante escaso tiempo.
- III: se caracteriza por cabello castaño y tono de piel intermedio, que se suele poner roja antes de broncearse.
- IV: lo tienen personas cuya piel se broncea fácilmente tras la exposición solar y que suele tener el pelo castaño oscuro o moreno. Es el más frecuente en España.
- V: es una piel que raramente se quema, al ser morena, canela o cobriza y cuyo color de cabello es muy oscuro.
- VI: corresponde a las pieles negras, que tienen gran resistencia a la exposición a los rayos UVA y se broncean intensamente. El cabello también es muy oscuro.
Pero, ¿cómo podemos saber cuál es nuestro fototipo de piel? El experto nos ofrece algunas preguntas clave que harán que nos identifiquemos con alguno: ¿De qué color es nuestra piel en las zonas que no exponen nunca al sol? ¿De qué color es nuestro cabello? ¿Qué pasa cuando te expones al sol durante un tiempo (rojeces, quemaduras, bronceado)? ¿Cuánto de intenso es tu bronceado?
¿Cómo elegir un buen fotoprotector solar?
El doctor Sánchez Viera nos da algunas recomendaciones para elegir correctamente la protección y destaca la necesidad de tener en cuenta “el fototipo de piel, en la temporada del año en la que se esté e, incluso, en la ubicación en la que nos encontremos”.
En verano, debemos optar por fotoprotectores con un SPF 50, “independientemente del tipo de la piel que se tenga, ya que nos va a proteger del daño de las rayos UVA y también del envejecimiento de la piel (el sol es tras la edad, la principal causa de aparición de arrugas, manchas y flacidez en la piel), en especial si vamos a ir a playas, piscinas, se va a hacer una caminata por el monte (a más altura, la radiación solar incidirá más directamente sobre nosotros) o se va a hacer ejercicio”, subraya el experto. Aunque el dermatólogo avisa: “La recomendación es no exponerse al sol en las horas centrales del día, entre las 12 y las 17:00 horas, ya que es cuando es más fuerte”.
El resto del año puede utilizarse un fotoprotector con un SPF 30 “o del 15 si nos encontramos en zonas donde hay poca luz, llueve mucho y hay mucha nubosidad. Pero la pauta de aplicación es la misma, para que la piel se encuentre protegida en todo momento”, añade.
El consejo farmacéutico en la era post covid-19
Como el profesional de la salud más accesible al ciudadano, el farmacéutico tiene un papel muy importante en la prevención del daño solar cutáneo de sus clientes. En este sentido, el farmacéutico puede ayudar al usuario a averiguar su fototipo, y también aconsejar al usuario valorando sus hábitos, tipo de piel y si existe o no alguna patología cutánea (atopia, lupus cutáneo eritematoso, fotodermatosis…), etc.
En este sentido, la campaña del Consejo General de Colegios Farmacéuticos de 2020 sobre fotoprotección integral daba algunas recomendaciones, que tenía que tener en cuenta la sociedad tras los meses de encierro y avisaban de que “la piel y los ojos han sufrido los efectos del confinamiento y es muy importante tenerlo en cuenta antes de exponerte al sol, ya que es posible que la producción de vitamina D no haya sido suficiente”.
Por eso, los farmacéuticos subrayan la importancia de “reforzar la dieta con alimentos que contengan esta vitamina como pescados azules, hígado, huevos o lácteos”, y añaden: “Una dieta rica en frutas y verduras ayuda a prevenir los daños solares desde el interior, y es importante mantener una buena hidratación”.
Por su parte, la campaña “Frena el Sol, frena el lupus” impulsada por la Fundació de Farmàcies de Catalunya (FEFAC) y el apoyo de Isdin, laboratorio dermatológico, ha anunciado que se ampliará en el año 2021 llegando a las 820 farmacias en toda España. Los tres objetivos principales de esta propuesta son, por un lado, concienciar a la opinión pública y dar visibilidad a esta enfermedad crónica y autoinmune que, en España, padecen 45.000 personas; en segundo lugar, situar a la farmacia como punto de atención y consejo profesional, seguro y accesible. Y en tercer lugar, facilitar a todas las personas con lupus el acceso a fotoprotectores de alta protección solar y fomentar su uso durante todo el año, protegiendo así a los pacientes de la radiación, una de las causas que más hace empeorar esta patología.
Desmontando mitos: decálogo de bulos sobre fotoprotección
Con la pandemia, han aumentado los bulos sobre la salud, y los expertos aúnan sus esfuerzos para luchar contra ellos, promoviendo una divulgación sanitaria a través de iniciativas como las que llevan a cabo el Instituto #SaludsinBulos, la Academia de Dermatología y Venereología (AEDV) y Asociación de Profesionales de la Farmacia (ASPROFA) que han compartido el “Decálogo de bulos en fotoprotección” con la intención de promover una exposición al sol responsable:
- Este año tenemos que ponernos más al sol porque, al estar confinados, necesitamos más vitamina D. Debemos tener mucho más cuidado porque el confinamiento ha hecho que tengamos una exposición menos progresiva, lo que aumenta el riesgo de quemaduras.
- No es necesario aplicar protector solar al llevar mascarilla. La mascarilla es una prenda más y deja pasar los rayos ultravioleta.
- Las cremas de protección solar son válidas de un año para otro. Los fotoprotectores se rigen por el tiempo que pasa después de su apertura en el que mantienen sus características.
- Todos los fotoprotectores son iguales. Se diferencian por los filtros que utilizan, ya sean físicos o químicos, la fotoestabilidad, el factor de protección, la adherencia del producto a la piel y la textura.
- Existen cremas solares que bloquean el 100% de la radiación. Es completamente falso.
- Con una aplicación diaria de factor de protección es suficiente. La permanencia en la piel de la crema es de 2 horas. También es aconsejable reaplicar la crema después de baños de más de 20 minutos.
- En invierno y en los días nublados no es necesario aplicar crema solar. No es cierto, las nubes dejan pasar los rayos ultravioleta.
- Si me aplico protector, no me pongo moreno. No existe la protección 100% por lo que siempre habrá una cantidad de radiación que llegue a la piel y active la producción de melanina.
- La piel morena no se quema y no necesita protección. La población de raza negra tiene una mayor facilidad para broncearse, pero eso no quiere decir que su piel no sufra las consecuencias dañinas del sol.
- Las cremas resistentes al agua no hay que reaplicarlas. Según la regulación, todos los fotoprotectores deben aguantar al menos un baño de 20 minutos e incluso algunos más tiempo (lo indican en el envase). Sin embargo, la recomendación es que se vuelva a aplicar el producto, sobre todo si nos hemos secado con la toalla.
El mercado decrece a doble cifra
Los diferentes confinamientos a los que nos hemos visto sometidos en el último año, la imposibilidad de viajar por vacaciones o los meses de invierno se han reflejado en los últimos datos de mercado de Iqvia, concretamente los de enero, que han mostrado un decrecimiento bastante acusado, -22,1% en cuanto a la facturación y un -25,5% en unidades.
La fotoprotección solar destinada a los adultos ha supuesto la mayor parte de la cuota de mercado y ha facturado 126.375.759,26 euros con la venta de 6.451.565 unidades, a pesar de ello, han tenido un decrecimiento de -22,8% y del -26,3%, respectivamente. Los laboratorios que están en los primeros puestos del top ventas son: Isdin, Cantabria Labs, Avène, La Roche Posay y Bioderma, aunque todos han experimentado en enero un decrecimiento de doble cifra. Por su parte, destaca Isdin, que se ha quedado con una cuota de mercado del 43,9%, facturando 55.474.438,14 euros con la venta de 2.530.884 unidades.
El segmento de la fotoprotección destinada a los niños también ha decrecido en facturación (23.600.537,83 euros) y en unidades vendidas (1.181.804), concretamente un -18,5% y un -21%, respectivamente. Los laboratorios líderes en ventas son: Isdin, La Roche Posay, Avène, Cantabria Labs y Stada, aunque al igual que en los adultos, todos han experimentado en enero un decrecimiento de doble cifra.