Desde este 15 de enero, los test de antígenos de venta en farmacias tiene el precio regulado. Así ha quedado recogido en el BOE, el precio máximo de venta será de 2,94€
Tal y como ha indicado la Ministra de Sanidad, Carolina Darias, para llegar a este acuerdo, la Comisión Interministerial de los Precios de los Medicamentos: “ha analizado el precio de venta de las distribuidoras de las oficinas de farmacia, el margen de beneficio que suelen tener los productos sanitarios, el precio de venta al público y el de países del entorno”. Sin embargo, no son pocas las farmacias que en estos momentos se encuentran con un stock de test que deben vender a un precio inferior al que lo adquirieron.
Por ello, desde el departamento Fiscal de Asefarma, Alejandro Briales, director general y responsable del departamento, recomienda que para poder imputar la posible pérdida ocasionada con la regulación del precio de los test de antígenos, el farmacéutico debería imprimir desde su programa de gestión y a última hora del día de hoy (14 de enero), información como el stock de test de antígenos que posea. A ser posible, lo más desglosado que pueda a PVL indicando el número de test, fecha y precio, así como el stock de test de antígenos lo más desglosado posible a PVP antes de la bajada del precio de los mismos”.
Es importante que “ambos documentos estén sellados y fechados a día de hoy para entregarlos a su responsable contable”.
¿Qué hacer con el stock de test de antígenos en la farmacia?
Con todo, Eva Ruiz, responsable del departamento de Consultoría de Asefarma explica que nuestra recomendación es que la farmacia ponga a la venta “desde ya al precio que se marca, porque los test de antígenos son un producto de caducidad corta que conviene sacar de la manera que se pueda y, sobre todo, la mayor cantidad posible”. También sería importante “intentar renegociar algo con el proveedor, sobre todo en aquellos pedidos que no se han recibido todavía”, por aquello de “hacer más equitativa la pérdida”.
Y, en definitiva, “tratar de sacar la máxima información del programa de gestión que tenga en la oficina de farmacia para presentar la diferencia de precios por pérdidas y el coste de oportunidad que tiene todo ello, tratando de conseguir una deducción fiscal”.
Como concluye Ruiz, “cada día cuenta para retirar el máximo producto posible”.