Tomar conciencia del acto de masticar es el primer paso para una buena salud y, en este sentido, la práctica de Mindful Eating puede ayudarnos
¿Sabías que comer con conciencia puede mejorar tu sonrisa y tu salud general? En el evento “Boca Sana, Vida Sana”, Listerine ha desvelado la relación entre el Mindful Eating y una higiene dental impecable, creando un nuevo concepto: el Mindful Brushing.
“Gran parte de nuestra salud comienza por la boca y cuando ayudamos a que esta esté sana, podemos decir que estamos contribuyendo a que nuestro cuerpo y nuestra mente también lo estén: ¡como en una perfecta armonía! Porque una boca sana contribuye a nuestra autoestima, nos permite sonreír y reír sin reservas”, ha comenzado Cova Cebrián, PR Lead para las marcas de Kenvue en el Sur de Europa.
Con el estrés del día a día como telón de fondo nos dirigimos, de forma inconsciente, hacia una gran desconexión con nosotros mismos, por lo que cada vez resulta más importante volver a reconectar y ser conscientes de nuestra realidad presente. Dejar el ‘piloto automático’ de lado, y comenzar a enfocarnos en nuestro día a día, en nuestra alimentación, y, por supuesto, en nuestra boca se convierte cada vez más en una necesidad. Al fin y al cabo, esta es una forma de autocuidado y una puerta de entrada a un estilo de vida saludable y equilibrado.
La Dra. Beatriz de Tapia, Periodoncista e Implantóloga, Profesora de la Universitat Internacional de Catalunya y vocal de la junta directiva de SEPA (Sociedad Española de Periodoncia), confirma esta idea: “Es fundamental incorporar hábitos de vida saludables. Ser conscientes de la importancia que tiene cuidar nuestro cuerpo va a tener un impacto importantísimo, no solo en nuestra salud de ahora, si no en nuestra salud a futuro. Y, generalmente, las personas que son conscientes de esto y se preocupan por su salud, tienden a tener un mejor cuidado oral”.
Y, viceversa, ya que tener una correcta salud bucodental también tiene una relación con nuestra salud general. Sin ir más lejos, la periodontitis, una infección grave de las encías, se ha visto íntimamente relacionada con más de 500 enfermedades sistémicas, incrementando el riesgo de desarrollo o descontrol de diabetes, enfermedades cardiovasculares, ictus isquémico o Alzheimer entre otras muchas. Y, no solo eso, sino que, además es la sexta enfermedad más prevalente del planeta, afectando al 50%* de la población mundial.
Por tanto, se puede concluir que, mediante una correcta higiene oral, podemos no solo determinar la salud de nuestros dientes y encías, sino también la de nuestra salud general. Así es que evitar enfermedades como la periodontitis comienza en nuestros hábitos dentales.
Una higiene dental que apenas elimina el 40% del biofilm
A pesar de ello, y de las constantes recomendaciones de los odontólogos, únicamente el 31% de los pacientes llevan a cabo una higiene interdental. Y no solo eso, ya que según la Dra. de Tapia “la gran
mayoría de la población no invierte el tiempo necesario en el cepillado o lo hace sin prestar mucha atención a lo que está haciendo. Por ello, la capacidad media de la población para la eliminación del biofilm (sustancia incolora que contiene bacterias dañinas para los dientes y encías) o placa de manera mecánica, apenas alcanza el 40%”, apunta la doctora. Un dato alarmante, teniendo en cuenta el impacto que esto puede tener en la salud holística.
La realidad es que muchas veces se olvida que la boca es donde se inicia la digestión, concretamente con la masticación. Por ello, la pérdida de piezas dentales por enfermedad o una simple molestia bucal puede tener un impacto directo en la eficacia de la masticación y, por lo tanto, influir directamente desde el principio en todo el proceso de digestión y absorción de nutrientes, vitaminas y compuestos esenciales que nuestro cuerpo necesita para funcionar correctamente en todos sus procesos. Por lo que un cuidado oral correcto va mucho más allá de tener una boca sana.
Tomar conciencia del acto de masticar es el primer paso para una buena salud y, en este sentido, la práctica de Mindful Eating puede ayudarnos. Esta filosofía es un estilo de vida, una manera de relacionarse con la alimentación y llevar la atención plena a nuestra nutrición. Además, engloba qué escoger, cómo cocinar y comer los alimentos ya que ayuda a mejorar las digestiones y el impacto que el estrés tiene en el sistema digestivo**.
Parar, disfrutar, ser conscientes, para una boca sana
Mireia Hurtado, especialista en Mindful Eating, explica: “Nunca antes habíamos tenido tanta información y recursos sobre alimentación saludable, y nunca antes nos había costado tanto cuidarnos. En la era de la sobreinformación cada vez nos cuesta más cuidarnos porque cada vez nuestra mente está más alimentada de conocimiento, pero cada vez estamos más desconectados de nuestro cuerpo y nuestras necesidades”.
No solo eso, sino que, el denominado “piloto automático” nos arrastra a funcionar por hábitos adquiridos, ayudándonos a ahorrar energía al no tener que estar pensando qué es lo siguiente, “pero también tiene consecuencias negativas, porque nos dificulta estar en el aquí y en el ahora, presentes en lo que está pasando y elegirlo en base a lo que necesitamos. Solemos vivir “enganchados” a nuestros pensamientos, y los pensamientos que produce la mente suelen ser hacia el futuro o pasado. Eso no solo nos genera estrés, sino que dificulta nuestra habilidad a disfrutar el momento presente, de escuchar nuestro cuerpo y nuestras necesidades”, prosigue la experta, por lo que ser conscientes del placer al comer puede ayudar a mejorar el autocuidado*** y nos lleva a una mejor salud general.
Algo que también podemos extrapolar es ese comer consciente a un cepillado consciente: con el Mindful Brushing. Porque en cualquier rutina de autocuidado, es necesario concentrase en uno mismo, algo que además ayudará a relajarnos y desconectar de los problemas diarios sobre todo antes de acostarnos.
Y, para una rutina de higiene correcta, se recomienda una rutina en 3 pasos que conste de 2 minutos de cepillado mecánico, 1 minuto de higiene interdental que complementamos con 30 segundos de Listerine para finalizar la rutina.
Realizar la rutina de manera concentrada y poniendo el foco en lo que estamos haciendo puede suponer un impacto enorme en nuestra salud actual y futura, tanto a nivel oral como general.
Pie de foto: Cova Cebrían, Mireia Hurtado, Beatriz de Tapia, Irene Fernández-Laughiloat (izq-der)