Los complementos alimenticios han experimentado un gran auge en su comercialización, tanto en número como en diversidad. Uno de los motivos que lo han causado es la creciente preocupación de la población por su salud, que cada vez más se interesa por mantener una nutrición óptima. “Estamos en la frontera entre medicamentos y alimentos, la legislación es muy estricta en cuanto a qué propiedades podemos atribuir a un alimento”, explicó Andreu Palou, director del Laboratorio de Biología Molecular, Nutrición y Biotecnología de la Universitat de les Illes Balears y del centro de Investigación Biomédica en Red sobre Obesidad y Nutrición (CIBERobn) durante la mesa redonda “Health Claims en complementos alimenticios. ¿En qué se sustentan?”, celebrada en Infarma Barcelona 2015.
“La normativa reconoce las propiedades beneficiosas de un alimento y su capacidad para prevenir o reducir el riesgo de padecer algunas enfermedades”, explicó Palou. En los últimos años ha habido diversos intentos de modificar la legislación con el fin de hacer un uso más riguroso de las alegaciones de salud que estaban surgiendo en el mercado. “Los complementos alimenticios deben estar sustentados por una evidencia científica. La EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) evalúa sus efectos y es la encargada de aprobar si pueden atribuirse determinadas propiedades beneficiosas”, indicó Palou.
De hecho, la EFSA sigue unos criterios estrictos a la hora de aprobar o no los Health Claims, puesto que no todos los alimentos tienen este atributo. Sin embargo, que un producto no esté aprobado como alegación de salud no significa que no tenga evidencias de serlo. Es el caso de los probióticos, que no tienen un Health Claim pero sí que existen evidencias detrás de ellos.
Según explicó Palou, en estos momentos existen 30 complementos alimenticios y 260 alegaciones de salud autorizadas, 2.020 se han rechazado y 2.151 están pendientes de validación. Este tipo de nutrientes, indicó Palou, están dirigidos a la población sana.
Victoria Castell, responsable del Área de Planificación y Auditoria de la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria (ACSA) del Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, mostró las principales características que debe cumplir un alimento para ser autorizado.”Debe quedar demostrado un efecto beneficioso de ese nutriente, debe estar presente en cantidad suficiente y en una forma asimilable por el organismo y en la cantidad suficiente para justificar el efecto beneficioso”.
Por otro lado, Castell advirtió sobre los principios que deben inspirar las declaraciones. “No han de ser falsas o ambiguas, no deben provocar dudas sobre la seguridad de los alimentos, ni promover el consumo excesivo de este alimento y, en ningún caso, sugerir que una dieta equilibrada no es suficiente para aportar los nutrientes necesarios”. También recordó que la normativa debe establecer “unos niveles máximos de las dosis que sirven para mejorar la salud o completar la alimentación sin suponer un riesgo para la salud”.
Por su parte, Montserrat Rivero, directora general científica de Laboratorios Ordesa, explicó cómo la industria se está uniendo en consorcios de proyectos de investigación facilitados por diversos programas convocados por los Ministerios de Industria CDTI y Economía a través de ayudas financieras para investigaciones preclínicas y clínicas que validen los nuevos productos antes de salir al mercado. Es el caso de la plataforma Food for Life, que reúne a empresas del sector alimentario con el objetivo de trabajar juntas en el desarrollo de alimentos saludables. “La investigación es un camino muy largo y costoso que muchas empresas no pueden realizar si no se unen”, afirmó. Además añadió que la industria “debe invertir en I+D para innovar en productos que puedan ser validados científicamente y establecer canales de diálogo”.
Otra de las iniciativas que explicó Rivero es el proyecto INCOMES, que reúne a 10 empresas y 27 centros de investigación con el objetivo de elaborar una guía de propiedades saludables de los alimentos.
Conocimiento y formación al alcance de los farmacéuticos
“Las instituciones deben colaborar en la formación del farmacéutico”, afirmó la directora general científica de Laboratorios Ordesa. En esta línea, Anna Bach, vocal de Alimentación y Nutrición del COFB, explicó una de las herramientas que se han creado para llevarlo a cabo. Se trata de una ficha técnica de ingredientes de complementos para poder recopilar información sobre estos productos. El objetivo es proporcionar al farmacéutico un criterio claro de los ingredientes de los complementos que suscitan controversia en el uso, así como un canal de notificación de alertas contrastado para los profesionales. “Es importante que cuenten con el asesoramiento especializado de un profesional que garantice su calidad y la idoneidad de uso”, señaló Anna Bach.
La vocal del COFB manifestó que las ”Vocalías de los Colegios Oficiales de Farmacéuticos, así como las Comisiones y consorcios, tienen una misión relevante en la resolución de incertidumbres en el mercado de complementos alimenticios para facilitar al farmacéutico su asesoramiento en esta materia”.
Por su parte, Victoria Castell mostró el proyecto que la ACSA (Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria) está desarrollando juntamente con el COFB, y que se basa en un decálogo sobre los complementos alimenticios para el consumidor.