La ciencia investiga hoy en día la relación entre alimentación, microbiota y obesidad. Los últimos informes relacionan el deterioro de la microbiota con la aparición de la obesidad
Los estudios sobre la relación entre microbiota y obesidad comenzaron cuando, por primera vez, se observó que al efectuar un trasplante de heces de un ratón obeso a un ratón normal, este último aumentaba su tejido adiposo y desarrollaba resistencia a la insulina con aumentos importantes de los niveles de glucosa. También se observó en otras investigaciones que la composición de la microbiota intestinal era distinta en ratones obesos que en ratones normales, según publica el blog Microbiota y Bienestar, dirigido a profesionales sanitarios.
En humanos se ha demostrado que la obesidad se asocia con unos cambios de la composición de la microbiota. Aunque, eso sí, no se ha logrado establecer si estos cambios son causa o efecto de la patología.
El hecho de que los resultados de los diferentes estudios realizados sobre la composición de la microbiota en personas obesas no coincidan, se debe a utilización de metodologías menos estandarizadas. Además de hacerlo en poblaciones menos homogéneas, con estilos de vida muy diferentes y dietas variables en comparación con estudios de modelos animales.
Por tanto, la idea de que la obesidad puede ser controlada modulando la microbiota intestinal con intervenciones terapéuticas es atractiva.
Probióticos
Están en boca de todos desde que se conoce cada vez más su ‘gran secreto’: son un gran potencial para preservar la salud de los seres humanos. Hablamos de los probióticos que, junto con los prebióticos, conforman dos de los elementos más estudiados de la microbiota intestinal.
El doctor Adelardo Caballero, director del Instituto de Obesidad (IOB) de Madrid, señala que “no está demostrado el papel de los probióticos en la prevención y tratamiento de la obesidad. Si bien es cierto que sí hay estudios que relacionan el estado de la microbiota con esta pandemia. Por tanto, podría existir una relación a la espera de estudios que la avalen”. No obstante, curiosamente, “sí se recomienda el uso de probióticos en pacientes obesos después de una cirugía bariátrica, ya que se pueden producir cambios en la microbiota. La ingesta previa a la operación y después de la misma, ayuda en la prevención y en la preservación de la microbiota, evitando la colonización por parte de bacterias patógenas del epitelio intestinal. Además, disminuyen la aparición de diarreas infecciosas que puedan producirse tras la intervención”, insisten los expertos de IOB.
Funciones de la microbiota intestinal
Las bacterias intestinales se ven afectadas por la alimentación y pueden contribuir al control del peso corporal. La prevalencia de la obesidad está aumentando en todo el mundo, especialmente en los países industrializados, y es un importante problema de salud mundial.
En los últimos años, como hemos mencionado anteriormente, se ha relacionado los cambios de la composición intestinal y la obesidad tanto en modelos animales como humanos.
La microbiota intestinal se puede definir como la “comunidad de microorganismos que viven en los intestinos”. Desde el nacimiento, el intestino de una persona se va colonizando hasta llegar al primer año de vida, momento en el que la colonización se completa. Posteriormente, el microbioma va cambiando con la edad, la dieta, la toma de antibióticos, las infecciones, etc. y otros factores.