Todas las revistas en la HEMEROTECA »

Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

La revista del canal farmacia

“Nuestra piel nos habla de cómo estamos y cómo nos sentimos”, Dra. Ana Molina, dermatóloga y profesora universitaria

La doctora Ana Molina es Dermatóloga en la Fundación Jiménez Díaz desde hace más de 10 años y también Profesora de Dermatología en la Universidad Autónoma de Madrid. “Me gusta mucho la práctica asistencial, es decir, atender pacientes, pero siempre me ha apasionado la Docencia y la Divulgación, por eso en los últimos años decidí lanzarme al mundo de la comunicación de forma algo más profesional y puedo decir que ha sido todo un acierto”

VER PDF

Dra. Ana MolinaLa doctora Molina cree que cada vez es más importante que haya profesionales sanitarios divulgando contenido científico porque, “como decía Einstein, en una sociedad infoxicada en la que la información es tan fácil encontrar, el conocimiento es difícil de encontrar. El público general recurre cada vez más a las redes sociales para obtener información sobre salud, con Instagram a la cabeza. Por eso es vital que la información médica en redes sea de fuentes fiables, ya que los pacientes utilizan estos medios no solo para actualizarse, sino para tomar decisiones sobre su tratamiento”.

Nuestra piel habla por nosotros, y muchas veces nuestro estado de ánimo se refleja a través de ella. La piel es un órgano muy sensible que reacciona a los cambios en el cuerpo, el entorno y la mente. La Dra. Ana Molina, dermatóloga y profesora universitaria, nos explica cómo nuestra piel nos habla de cómo estamos y cómo nos sentimos.

¿Por qué es importante el cuidado de la piel? ¿La piel es un reflejo del estado interior del organismo o a la inversa?

La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y refleja todo lo que sucede en el interior. Gracias al examen de la piel podemos diagnosticar enfermedades en estadios tempranos y obtener mucha información sobre nuestra salud. Podríamos decir que nuestra piel nos habla de cómo estamos y cómo nos sentimos en cada momento. Además, la piel y el cerebro se forman a partir de la misma capa en el embrión, el ectodermo, por lo que el sistema nervioso y la piel tienen una relación muy estrecha y que nos acompaña a lo largo de toda nuestra vida.

Como dermatóloga, ¿qué consejos básicos nos daría para mantener la piel sana a nivel corporal y facial siendo adultos? ¿y en edad infantil?

Pues diría que entender el exposoma de la piel es “clave” para entender como cuidarla. Con esta palabra nos referimos a todos aquellos factores externos a los que estamos expuestos y tienen un papel relevante en la salud de la piel. Específicamente, los factores más importantes que debemos cuidar son los siguientes:

Radiación solar: los UV provocan la aparición de arrugas, manchas y sequedad de la piel, pero ahora ya sabemos que la luz azul que está dentro de la luz visible también daña la piel.

Contaminación: las partículas finas en suspensión se depositan en nuestra piel y en el pelo, provocando arrugas y manchas. Por eso es tan importante limpiar bien la piel expuesta.

Tabaco y contaminación: Arrugas, manchas y pérdida luminosidad. Los estudios en gemelos son brutales para ejemplificar el exposoma. Aquí te traigo fotos para que encuentres al gemelo que fuma.

Alimentación: Una dieta con verduras, frutas y rica en antioxidantes retrasa los signos del envejecimiento. El consumo de lácteos, carnes y mantequillas provoca el efecto contrario. La dieta dermosaludable coincide con la saludable.

Estrés y falta de sueño: el estrés y la falta de sueño afecta directamente a la permeabilidad e inmunidad de la piel.

Entre las mayores preocupaciones de la población relacionadas con la piel está la dermatitis atópica ¿existen tratamientos innovadores y efectivos?

La dermatitis atópica es una enfermedad multifactorial y con manifestaciones muy diversas en la piel, que tiene un alto impacto en la calidad de vida de los pacientes que la sufren. Además, se trata de una enfermedad de la piel de carácter crónico que cursa en brotes, por lo que el tratamiento es a largo plazo y acompaña al paciente a lo largo de toda su vida. En los últimos años estamos viviendo una revolución del tratamiento de esta enfermedad con la llegada de fármacos biológicos, que no solo tienen una alta efectividad, sino que además permiten una terapia más específica sin tantos efectos secundarios como los inmunosupresores clásicos y, la posibilidad de mantenerlos a largo plazo sin complicaciones.

¿Y en el caso del acné? ¿por qué se origina casi a cualquier edad? ¿qué tratamientos recomendaría?

El acné es un problema que la mayoría de nosotros va a tener que afrontar en algún momento de su vida: alrededor del 80% de los adolescentes y cerca del 40 % de las mujeres adultas lo padecen. Y es que hay dos tipos de acné: por un lado, está el acné juvenil que afecta a los adolescentes a partir de la pubertad, por la subida de los andrógenos, principalmente aparece en las mejillas y la frente y suele mejorar a partir de los 18 años. Pero luego hay un segundo tipo de acné, aún más puñetero y menos conocido, que es el acné tardío de la mujer adulta. Este afecta a mujeres a partir de los 24 años, principalmente en la zona de las ramas mandibulares y el cuello, y también está relacionado con un exceso de andrógenos. El mensaje más importante que tenemos que dar es que el acné tiene cura, y cuanto antes actuemos mejor, ya que puede dejar cicatrices inestéticas para siempre.

No debemos resignarnos y aceptar que es un castigo de la adolescencia que hay que pasar si o si, no tenemos porqué pagar ese peaje, porque es una enfermedad que para colmo aparece en un momento como es la adolescencia, una etapa crucial en la que somos más vulnerables y se está forjando nuestra personalidad, autoestima, autoimagen. Hoy en día existen soluciones excelentes para el tratamiento de casos de acné leve o moderado (por ejemplo, cremas queratolíticas, antibióticos orales, anticonceptivos, etc.) hasta casos de acné severo, como isotretinoína, un tratamiento muy eficaz, definitivo y seguro, al que hay que perderle ese miedo irracional e infundado que existe en la sociedad.

¿Hasta qué punto afecta la alimentación a la piel? Si comes chocolate ¿te salen granos o es un mito?

Los alimentos NO son la causa del acné, pero pueden desencadenar brotes en pacientes predispuestos. El acné no se relaciona con alimentos concretos como chorizo o chocolate, como siempre nos han hecho creer, sino con la alimentación en general. Uno de los artículos científicos más reciente y extenso publicado hasta la fecha en JAMA Dermatology, sobre la relación entre el acné y nutrición, establece una clara relación entre el empeoramiento del acné y la famosa “western diet” rica en ultraprocesados, azúcar y grasas:

1. AZÚCAR: parece la relación más sólida, especialmente con las bebidas azucaradas.

2️. GRASAS: especialmente las saturadas, de origen animal o que van mezcladas con azúcares.

3️. LECHE: sobre todo la leche desnatada. Pero NO se aconseja retirar la leche de la dieta.

En resumen, la dieta dermosaludable coincide con la saludable, si quieres tener una piel sana y evitar brotes de acné, lo mejor es aumentar el consumo de vegetales, frutas y legumbres, olvidar los ultraprocesados y elegir grasas y aceites de perfil más saludable.

¿La pandemia o el coronavirus ha provocado que surjan nuevos problemas de piel a personas que antes no los tenía?

Desde el principio de esta pandemia, los dermatólogos nos hemos enfrentado a una «epidemia paralela» de enfermedades cutáneas agravadas, no por la enfermedad COVID-19 como tal, sino por las medidas implantadas para prevenir la infección por el nuevo coronavirus SARS-COV2, como el uso de mascarilla o el lavado frecuente de manos. Por eso hemos asistido a consultas por:

  1. Dermatitis de manos: la epidemia de dermatitis se ha controlado gracias al uso de jabones más suaves, la aplicación continua de crema de manos, el uso de guantes en pacientes con psoriasis o dermatitis y la proliferación de geles hidroalcohólicos que incluyen activos hidratantes en su composición.
  2. Lesiones por EPI: ahora ya sabemos que las mejores medidas para protegernos de los daños en la piel ocasionados por el equipo de protección individual (gafas, etc.) no son las cremas hidratantes convencionales, ya que están diseñadas para absorberse rápido, sino sustancias oclusivas como la vaselina y el talco, que aumenta la barrera física.
  3. Lesiones faciales por mascarilla: hemos aprendido a controlar las irritaciones por la mascarilla derivadas del calor y la humedad gracias al uso de mascarillas higiénicas con el interior de algodón, cosmética adecuada y teleconsultas con el dermatólogo. El famoso MASKNÉ nos ha enseñado la importancia de cambiar la mascarilla con frecuencia para evitar la proliferación microbiana.
  4. Alopecia COVID: de las dos alopecias que se asociaron a COVID19, alopecia androgenética y efluvium telógeno, la segunda se ha convertido en uno de los signos más impactantes de la enfermedad. Es una caída por estrés que se produce a las semanas o meses de padecer COVID19, que asusta muchísimo a los pacientes, pero que no nos debe preocupar, ya que se recupera sola sin secuelas y sin tratamiento.

¿Es importante el papel del farmacéutico, como profesional sanitario cercano, en los casos de afecciones relacionadas con la piel?

Las Sociedades Dermatológicas Internacionales advierten que información médica de fuentes no calificadas puede resultar en una gestión equivocada de la enfermedad del paciente y es un problema al alza que necesita regulación urgente. Es importante que los Profesionales sanitarios tengan presencia en redes sociales, para poder aportar información de calidad. Un estudio publicado recientemente en la Revista Americana de Dermatología analiza las cuentas más influyentes del cuidado de la piel en plataformas online y redes sociales, y el 71% del contenido relacionado con el cuidado de la piel en las cuentas más populares tenía intereses promocionales que puede crear conflicto de interés y debe revelarse explícitamente, pero que no se declaró en ninguno de los casos (publicidad encubierta). Por eso es tan importante que los profesionales sanitarios sean quienes lideren la transmisión de información de calidad en redes sociales (dermatólogos, farmacéuticos, etc.).

Usted es un referente o influencer en las redes sociales con miles de seguidores en Instagram, @dr.anamolina¿qué prima en los contenidos y cómo gestiona este éxito?

Personalmente creo que el éxito en redes sociales se basa principalmente en 3 aspectos:

El contenido: estar centrado en publicar contenido de calidad que aporte valor a la comunidad. Antes de publicar cualquier cosa siempre pienso ¿tu invertirías tu tiempo en leer esto?

La ética: intentar tener en cuenta que somos profesionales sanitarios dentro y fuera del hospital y actuar en redes sociales con la misma ética que actuamos en la práctica clínica diaria. Esto es especialmente importante en lo que respecta a las colaboraciones con marcas, las fotos de pacientes, las recomendaciones de medicamentos, etc.

El humor o el juego: se ha demostrado que nuestro cerebro retiene mucho mejor la información que va asociada al humor o al juego, por eso intento siempre jugar con la comunidad o intentar que se rían con el contenido que desarrollo.

¿Cree positivo que los profesionales sanitaros tengan presencia en redes sociales? ¿por qué?

Desde luego que si, por varios principalmente:

Es la nueva forma de hacer “networking”, más eficaz que los congresos o reuniones de profesionales sanitarios. Ya que es una forma excelente de entrar en contacto con compañeros del sector y conocer como trabajan mucho más a fondo.

Van a aprender muchas cosas y les va a ayudar a estar al día. Parece mentira que los profesionales sanitarios podamos aprender a través de las redes sociales, pero la realidad es que si. Especialmente eficaz para estar al día de las novedades.

Les va a dar mucha visibilidad en el caso de que quieran aumentar el número de pacientes en su práctica privada o que lleguen pacientes más alineados con su forma de trabajar.

Necesitamos profesionales sanitarios divulgando contenido de calidad.

¿Cómo distinguir un producto cosmético de calidad de otro que no la tiene o en otras palabras ¿en qué se basa para elegir unas marcas o productos frente a otros?

Lo primero es entender la diferencia entre reivindicaciones cosméticas y formulación del producto en cuestión:

  1. Las reivindicaciones cosméticas son todos esos reclamos que aparecen en letras mayúsculas en la parte frontal del envase y nos hablan de las virtudes del producto en “cristiano” para que todos lo entendamos. Por ejemplo: “crema antiedad” o “crema antiacné”.
  2. El listado de ingredientes: el famoso e indescifrable INCI que no es más que la Nomenclatura Internacional de Ingredientes Cosméticos (por sus siglas en inglés). Se trata de la lista que detalla TODOS los ingredientes del cosmético enumerados según su cantidad en orden decreciente, es decir, de mayor a menor cantidad en el producto, por eso el primero suele ser el agua y luego algún tipo de grasa de origen vegetal.

Como Dermatóloga intento analizar la fórmula del producto, las condiciones en las que se ha fabricado, la inversión en I+D por parte del laboratorio formulador, la trazabilidad de los ingredientes y el compromiso con la sostenibilidad. Lo cierto es que son muchos factores a tener en cuenta, pero si tuviera que elegir uno me quedaría con la inversión en estudios científicos de calidad que aseguren una evidencia científica sólida detrás de cada producto cosmético.

¿Cree que hay una tendencia dirigida hacia la fabricación y consumo de productos cosméticos más naturales? ¿qué opina sobre ello?

Es importante recordar que todos los ingredientes usados en cosmética están regulados y son seguros. Creo que la palabra “natural” en cosmética ha quedado un poco desvirtualizada debido a su uso indiscriminado y de forma errónea. Existen muchas reivindicaciones cosméticas que son puro marketing y que deberían tener una regulación más estricta: como las cremas con efecto botox, efecto laser, efecto lifting, la cosmética efecto fitness, la neurocosmética, etc. Hay que diferenciar muy bien entre lo que dice la reivindicación cosmética del producto en cuestión, y lo que de realmente es. Creo firmemente que necesitamos una regulación en cuanto a las reivindicaciones cosméticas que no asusten al consumidor, y que realmente sean fieles a los efectos del producto en cuestión.