Rafael Casaño se define como un farmacéutico comunitario cordobés, titular de una oficina de
farmacia en un barrio de la capital provincial, que hace casi 20 años decidió que podía hacer
mucho más por su profesión
“Así es como entré a formar parte de la Junta de Gobierno del Colegio de Farmacéuticos de Córdoba, en la que he pasado por diferentes cargos –entre otros, ocho años como tesorero– hasta que en 2019 relevé como presidente de esta corporación a mi amigo y maestro Práxedes Cruz, quien ha sido mi gran mentor y guía en mi carrera al servicio de la profesión farmacéutica desde el Colegio”.
Háblenos de su trayectoria y del balance del Cofco desde 2019 que fuera nombrado presidente
Desde mi llegada a la presidencia he querido impulsar lo máximo posible el rol asistencial y social del farmacéutico como sanitario de proximidad. En lo relativo a lo asistencial, de la mano de iniciativas que favorezcan la implantación y expansión de los servicios profesionales sanitarios complementarios a la dispensación del medicamento, articulando para ello la colaboración con otras entidades e instituciones, especialmente los consejos general y andaluz, así como con la administración pública, especialmente con la delegación territorial de Salud y Consumo y los ayuntamientos de nuestra provincia.
También estamos reforzando la colaboración con entes sanitarios de referencia en nuestro entorno como el Hospital Universitario Reina Sofía o el IMIBIC –Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba– para favorecer la divulgación, prevención y/o detección precoz de patologías diversas, como diversos tipos de tumores.
En lo relativo a lo social, estamos trabajando con ahínco por establecer y consolidar líneas de colaboración con colectivos de pacientes y entidades de diversa índole –desde los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad a Cáritas, Cruz Roja Española o la Asociación Española Contra el Cáncer– con el objetivo de aprovechar las potencialidades que ofrece contar con una red compuesta por 405 oficinas de farmacias, repartidas de forma capilar por todo el territorio provincial, que puede ejercer una labor muy beneficiosa en colectivos de población como el de las personas de edad más avanzada, que presentan más rasgos de vulnerabilidad, por ejemplo.
Pocos meses después de la toma de posesión de la Junta de Gobierno que presido nos vimos sumidos en la pandemia de la COVID-19, un escenario completamente inédito para todos pero ante el que, creo sinceramente, la profesión farmacéutica sacó lo mejor de sí misma, hizo de la necesidad virtud. Junto para reforzar nuestro rol asistencial y social, ese complejo escenario también sirvió para avanzar en nuestro desarrollo digital, tanto en la oferta de servicios colegiales como en aquellos enfocados a los usuarios de nuestras farmacias, aprovechando para ello también la notable apuesta de los consejos general y autonómico.
¿Cómo ha surgido el proyecto ‘Oficinas de Farmacia Accesibles, Digitales y Cercanas’ y qué acogida ha tenido por parte de las farmacias y de los usuarios?
Nuestra capital provincial fue pionera hace pocos años, de la mano de la iniciativa ‘Córdoba incluye’, en la implantación de los denominados como códigos Navilens, muy similares a los QR pero en color y que facilitaban a las personas con visibilidad reducida la búsqueda de paradas del autobús público o de los taxis.
Desde el Colegio vimos claramente el amplio potencial y utilidad que tenía una herramienta de este tipo para facilitar el acceso de estas personas a la red de oficinas de farmacia, de favorecer su autonomía y ayudarles a acceder a la prestación farmacéutica. El teniente de alcalde y delegado de Inclusión y Accesibilidad del Ayuntamiento de Córdoba, Bernardo Jordano, compartió con nosotros la visión sobre esta iniciativa y nos ha ofrecido desde primer momento su apoyo incondicional.
Hoy día todas las farmacias de la ciudad de Córdoba ya disponen del código en su fachada, para facilitar a las personas con visión reducida su localización. Ahora estamos trabajando para que pronto esté igualmente disponible en las farmacias del resto de la provincia. Nuestro deseo es que esta iniciativa se extienda asimismo al resto de Andalucía y de España.
¿Qué nivel de digitalización tienen las farmacias en España y en concreto en Córdoba?
Un nivel de digitalización muy alto, posibilitado por la apuesta conjunta que se ha venido realizando desde nuestro propio Colegio y también por parte de los consejos andaluz y general. En muy pocos años, y también espoleados por la situación generada por la pandemia de la COVID-19, hemos puesto a disposición de nuestros colegiados multitud de recursos online para facilitar su labor profesional. Desde nuestro Colegio, damos recursos para facilitar gestiones relacionadas con facturación o la formación. En el caso del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos es necesario destacar su gran apuesta por la Farmacia Asistencial de la mano de su plataforma AxónFarma, que facilita a cualquier colegiado implantar y gestionar un servicio profesional sanitario en su oficina de farmacia. Y por supuesto, destacar la ingente oferta formativa diseñada desde el Consejo General para favorecer una continua actualización de destrezas profesionales a nuestros compañeros.
¿Cree importante la formación continua de los farmacéuticos? ¿Qué aceptación está teniendo la 1ª edición del Curso de Sistemas Personalizados de Dosificación (SPD)?
Por supuesto. En una profesión sanitaria como la nuestra, en la que la evidencia científica está en continua actualización y somos testigos de continuas novedades para el abordaje de las patologías, es esencial la formación continua. Además, los colegios profesionales estamos llamados a tener un papel esencial en la futura recertificación profesional de nuestros colegiados.
No cabe duda de que la farmacia del presente es ya asistencial. Hasta hace muy poco decíamos que era el futuro de nuestra profesión, pero es evidente que ya es el presente. De ahí el gran interés por el nuevo curso sobre el SPD, un servicio profesional sanitario que ya ofrecen casi la mitad de las oficinas de farmacia cordobesas y cuyo programa formativo ha sido ampliamente actualizado y mejorado para atender mucho mejor a las necesidades que los pacientes nos plantean.
¿Cuántos farmacéuticos están colegiados en Córdoba y cuáles son sus principales inquietudes?
Actualmente contamos con algo más de 1.200 farmacéuticos colegiados. La gran mayoría, cerca de 850, desarrolla su labor profesional en el ámbito de la farmacia comunitaria, aunque también destacan los grupos de compañeros que trabajan en farmacia hospitalaria y análisis clínicos (más de una treintena en cada caso).
Superado el negativo tiempo de las subastas de medicamentos en Andalucía, una de las principales inquietudes en nuestra profesión es poder contar con la suficiente estabilidad administrativa para poder llevar a cabo sin sobresaltos nuestro trabajo sanitario. La renovación del convenio para la prestación farmacéutica en nuestra comunidad autónoma, suscrito el pasado verano entre el Servicio Andaluz de Salud y el Consejo Andaluz de Farmacéuticos, abre la puerta a poder consolidar nuestro papel asistencial y caminar hacia la prestación de más servicios profesionales sanitarios desde nuestra oficina de farmacia. Es un marco propicio para poder desarrollar nuestro potencial como sanitarios, al servicio del propio sistema de salud y de los pacientes y usuarios.
¿Cree que se ha reforzado el papel asistencial de la farmacia comunitaria a raíz de la pandemia?
Sí. Con motivo de la pandemia, muchas personas han descubierto (o redescubierto) mucho de lo que las farmacias podían hacer por su salud. Comprobaron que no sólo somos dispensadores de medicamentos -que también, es nuestra razón de ser-, sino que podemos ofrecer otros servicios sanitarios complementarios a la dispensación, ofrecer un consejo sanitario cualificado y un acompañamiento personalizado en muchas cuestiones de salud. Aunque no hemos dicho adiós por completo a la COVID-19, la presión asistencial no es ni por asomo la que vivimos en aquellos momentos aciagos de 2020 y 2021. Ya la gente no acude tanto a la farmacia a por una mascarilla o por un test de antígenos. Ahora recurren, en muchos casos, a por un consejo o por un servicio sanitario que pueda ayudarles a mejorar en calidad de vida.
¿El covid-19 ha provocado un crecimiento del mercado del Autocuidado, del interés por cuidarse de los ciudadanos?
No cabe duda de que ha despertado un mayor interés social por la salud. Y en ese sentido, creo que desde la farmacia se está ofreciendo un mayor consejo cualificado, una mayor recomendación a los usuarios, que en algunas ocasiones puede derivar hacia la dispensación de determinados productos. Creo que esto es una carrera de fondo, y lo fundamental ahora es estrechar y consolidar el vínculo con los usuarios y pacientes, que incrementen su confianza en los farmacéuticos como sanitarios de proximidad, de cercanía y de utilidad para su salud. Tan sólo así conseguiremos aportarles valor y que vuelvan a confiar en nosotros una y otra vez.
¿Cree que la dermofarmacia es ya una categoría fundamental en la farmacia?
Por supuesto. Eso se nota cada vez más en las actividades formativas que se organizan sobre este ámbito profesional. Es cada vez mayor el número de colegiados que la demandan y ni que decir tiene el alto grado de asistencia. Por si fuera poco, a fin de ofrecer un consejo más especializado en este amplio campo de actividad están surgiendo nuevas subcategorías, como las vinculadas a personas de más edad o pacientes oncológicos, lo que evidencia el notable interés y la buena salud de la que goza la dermofarmacia.
¿Hasta qué punto afecta a las farmacias cordobesas el desabastecimiento y qué soluciones están empleando?
No cabe duda de que las faltas de medicamentos es una situación que viene determinada, en buena medida, por la compleja situación que se está viviendo en la escena internacional, por lo que es un problema que afecta a todo el planeta. Ahora bien, cambia mucho cómo se aborda en cada ámbito. Por suerte o por desgracia, en Andalucía hicimos un auténtico doctorado en desabastecimientos cuando sufrimos la subasta de medicamentos, así que algo estamos bien curtidos en el tema. El hecho de que muchas de las faltas se produzcan en principios activos para los que existen distintas presentaciones es una buena noticia. Para aquellos en los que no existe alternativa es necesario destacar proyectos como FarmaHelp, que nace de la proactividad de la farmacia española, liderada por el Consejo General, y que está facilitando a los pacientes su tratamiento, aunque esté disponible en la otra punta del país. Eso dice mucho de cómo somos los farmacéuticos y cómo la salud de los pacientes es nuestra prioridad.
¿Qué proyectos tiene a corto plazo como presidente del Cofco?
Junto con los proyectos centrados en ampliar y mejorar las destrezas profesionales de los sanitarios, en colaboración en muchas ocasiones con otras profesiones sanitarias, queremos avanzar con las administraciones públicas en un mejor conocimiento de la farmacia asistencial y cómo puede redundar en un beneficio para determinados colectivos sociales. En especial, creo que los gobiernos locales pueden hacer mucho en este sentido. También queremos seguir profundizando en las relaciones con el Hospital Reina Sofía, el IMIBIC o la Universidad de Córdoba, con quienes ya mantenemos sólidos lazos de colaboración. La farmacia, por cercanía, capilaridad y accesibilidad, puede ser la vía de entrada para una mejor prevención y promoción de la salud, por ejemplo, de la mano de iniciativas que favorezcan la detección precoz de patologías.
¿Cómo cree que será la farmacia del futuro?
Por descontado que se perseverará en el camino de lo asistencial, de eso no cabe duda. Lo que sí, creo que se caminará también hacia ámbitos de especialización más concretos, en los que cada farmacia deberá ser consciente de la realidad en la que se desenvuelve, su entorno, etc. Ya lo estamos viendo con muchas farmacias que apuestan de manera decidida por la dermofarmacia, otras por la nutrición, etc. Trabajan por convertirse en referentes dentro de dichos campos de actividad.
Creo que también se seguirá trabajando en una mayor integración de los ámbitos online y offline para así ofrecer una respuesta en salud más global a los pacientes; en una mejor colaboración entre los distintos niveles asistenciales para beneficio de quienes son nuestra razón de ser: los pacientes; y un impulso decidido a la farmacia rural, que en un muchos núcleos de población es el único espacio sanitario con actividad continuada y puede ser un pilar esencial en la reactivación de la España vaciada.