Los avances científicos han permitido que las mujeres puedan saber exactamente qué días son más fértiles, sin necesidad de recurrir al no siempre fiable calendario menstrual o, por el contrario, a evitar embarazos indeseados.
La decisión de tener o no un hijo es algo muy personal y en lo que nadie puede decidir por otra persona. En el caso de parejas, lo normal es que sea una decisión consensuada por ambos y en el caso de madres o padres solteros, por uno mismo. Son varias las causas que nos pueden llevar a querer tener hijos o todo lo contrario, principalmente causas económicas, morales o laborales.
Sin embargo, hay personas que deseando quedarse embarazadas no lo consiguen, y tienen que recurrir a métodos conceptivos y otras, que, al no querer tener hijos (en un momento puntual de su vida o para siempre), toman la decisión de recurrir a métodos anticonceptivos. Sean de una naturaleza u otra, es decir, para concebir o no concebir, se trata de métodos que podemos encontrar en nuestra farmacia de confianza, donde un profesional nos atenderá de la forma que este tipo de decisiones requiere y que, en algunas ocasiones, no requiere de la asistencia a nuestro médico de cabecera, matrona o ginecóloga.
Métodos conceptivos
Son aquellos que, tal y como indica la propia palabra, nos ayudan a quedarnos embarazadas. En este sentido, cabría mencionar, por un lado, aquellos que nos ayudan a conocer mejor nuestros ciclos menstruales y, por tanto, sin necesidad de ingesta de ningún tipo de medicación o seguimiento de un tratamiento, nos indican qué días son los más fértiles y, por tanto, con más posibilidades de quedarnos embarazadas. Este tipo de métodos son altamente fiables y están ayudando a muchas mujeres a concebir de manera natural.
Y es que en muchos casos, las ganas de querer tener un hijo llevan a muchas mujeres a no relajarse y a pensar que no pueden quedarse embarazadas, cuando esto no es cierto, ya que si gozan de una salud excelente, pueden concebir sin problemas, pero no lo intentan en el momento más indicado.
Por otro lado, están aquellos métodos que, efectivamente, a través del seguimiento de un tratamiento concreto, consiguen hacer que mujeres cuyo ciclo menstrual no es del todo regular, puedan conseguir quedarse embarazadas.
Métodos anticonceptivos
Si en estos momentos no quieres tener hijos o has decidido no tener ya más o no tener ninguno del todo, eres totalmente libre de hacerlo y, además, hoy en día, son numerosos los métodos anticonceptivos que las farmacias ponen a disposición de sus clientes, y con la ventaja de que te va a atender un profesional que está capacitado para explicarte qué método te conviene más según tu edad, estado físico, enfermedades o necesidades en ese momento.
Olvídate de contar qué días son los que te puedes quedar embarazada y cuáles no. Si tienes muy claro que ahora mismo no es el momento o que, definitivamente, no vas a querer, lo mejor es que vayas a lo seguro, a los métodos anticonceptivos.
Los más utilizados son los preservativos y las píldoras anticonceptivas. Si bien el primero puede ser utilizado por todo el mundo, aunque es una decisión a tomar entre dos, el segundo, no a todo el mundo le va bien y, por eso, también se ha expandido mucho el uso de los siguientes métodos:
– Los parches: estos apósitos se colocan en diferentes partes del cuerpo de la mujer, principalmente glúteos, brazos o abdomen y sus funciones principales son las de evitar la ovulación y dificultar el paso de los espermatozoides. Hay que ponérselo durante tres semanas, dejar una de descanso y, posteriormente, utilizar uno nuevo. Similar a la píldora.
– El anillo vaginal: cumple la misma función que los dos métodos anticonceptivos anteriormente citados y, al igual que estos, se introduce en la vagina durante tres semanas y se retira a la cuarta, para, tras una semana de descanso, introducir uno nuevo.
– Implante subdérmico: es el método más indicado para aquellas mujeres que se les olvide tomar la píldora y, por tanto, tengan riesgo de quedarse embarazadas al no poder hacer efecto el tratamiento. Consiste en la implantación de unas pequeñas varillas debajo de la piel de la cara interna del brazo. Requiere de intervención profesional y no es necesario renovar hasta los tres o cinco años siguientes.