Julianne Moore, por su interpretación de una mujer que padece Alzheimer en la película ‘Siempre Alice’ y Eddie Redmayne, por su papel en el filme ‘La teoría del todo’ en la que da vida al científico Stephen Hawking en el momento en que le diagnostican esclerosis lateral amiotrófica (ELA), optan este domingo a alzarse con el Oscar a mejor actriz y mejor actor, respectivamente.
No es la primera vez que una actriz opta a hacerse con el Oscar por interpretar a un paciente con Alzheimer. Judi Dench ya estuvo nominada por la película ‘Iris (2001)’ y también Julie Christie por ‘Lejos de ella (2006)’. Y la película ‘El hijo de la novia’ (2001), en la que una de las protagonistas era una paciente con Alzheimer, fue candidata al Premio a la mejor película de habla no inglesa. Sin embargo, ninguna de ellas pudo hacerse con el galardón. Tampoco lo consiguió Gary Cooper con su nominación por su papel en ‘El orgullo de los Yankees (1942)’ en el que dio vida al jugador de béisbol Lou Gehrig quien falleció a los 38 años por padecer ELA (y que por ese motivo la ELA también es conocida como la enfermedad de Lou Gehrig).
“Confiamos en que tanto Julianne Moore como Eddie Redmayne, tengan suerte, ya que películas como éstas, en las que se da una visión bastante fidedigna de la enfermedad, ayudan muchísimo a fomentar la concienciación de los pacientes neurológicos”, comenta el Dr. Carlos Tejero, Vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN). “El Alzheimer y la ELA son enfermedades neurológicas que causan una gran de discapacidad y dependencia. Además para estas enfermedades, actualmente, no hay cura. Por lo tanto, fomentar su conocimiento, es el primer paso para avanzar en la investigación, el tratamiento y el diagnóstico y, en general, en la lucha contra estas enfermedades”, señala el Dr. David Pérez, Director de la Fundación del Cerebro.
Las estadísticas demuestran que, en España, el Alzheimer constituye la principal causa de discapacidad y dependencia en los mayores y que su mortalidad se asemeja al de enfermedades como el cáncer o enfermedades vasculares. Según el informe “Impacto socioeconómico de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias”, elaborado por la Fundación del Cerebro -la organización sin ánimo de lucro creada con el apoyo científico e institucional de la Sociedad Española de Neurología (SEN),-los gastos sanitarios de enfermos de Alzheimer son un 34% mayores que los derivados de una población similar sin la enfermedad. Y, aunque la mayor parte del gasto ocasionado corre a cargo de la familia del paciente, si recayese sobre la Sanidad Pública supondría un 10% de todo su presupuesto. Además el cuidado que precisa un paciente con enfermedad de Alzheimer –se calcula que unas 70 horas semanales- hace que sea una enfermedad que afecta a todo el entorno familiar: el 75% de los familiares al cuidado de enfermos de Alzheimer sufre estrés y un 50% depresión.
Tras Alzheimer y el Parkinson, la ELA es la tercera enfermedad neurodegenerativa en incidencia. De acuerdo al Informe “Impacto social de la ELA y las enfermedades neuromusculares”, también realizado por la Fundación
del Cerebro, la dependencia y discapacidad que genera, al tratarse una enfermedad crónica, progresiva y debilitante, hace que figure como una de las principales causas de discapacidad en la población española. La ELA supone una carga socioeconómica muy alta tanto para la Seguridad Social como para las familias, ya que los pacientes están sometidos a revisiones médicas y sesiones de fisioterapia periódicas, así como a eventuales ingresos hospitalarios ante reagudizaciones o procesos intercurrentes, y necesitan de un cuidador para la realización de las actividades de la vida diaria. Se ha estimado que el coste de un paciente con ELA se acerca a los 50.000 euros anuales.
Según datos de la SEN, en España, hay unos 600.000 pacientes con Alzheimer. Por otra parte, y aunque en nuestro país cada año se diagnostican unos 900 casos de ELA, su alta mortalidad hace que el número de afectados sea relativamente bajo: actualmente habría unos 3.000 pacientes de ELA en España.