Seguir una dieta equilibrada y rica en nutrientes, acompañada de ejercicio acorde a nuestro estado actual, es especialmente importante llegada una cierta edad.
Vivimos en un país en el que la esperanza de vida es cada vez mayor, pero esto no quiere decir que todo el mundo que alcance una cierta edad lo haga con una salud de hierro. Y es que llegada una cierta edad, son muchas las personas que sufren diferentes tipos de enfermedades, muchas veces, asociadas a una mala alimentación. De hecho, a este respecto, cabe mencionar que son diversos los estudios de los cuales se extrae que, si bien en los países del Tercer Mundo son los niños los que sufren de malnutrición, en el continente europeo son, precisamente, nuestros mayores los que sufren este tipo de carencias.
Un factor que no se debe a la falta de poder adquisitivo para alimentarse de forma adecuada (en algunos casos y especialmente en los últimos tiempos sí, pero no es lo más común, afortunadamente), sino, más bien, a la poca importancia que se le da a comer correctamente, a la disminución del apetito, a la mala dentición o a la falta de ejercicio continuo, entre otros factores.
Los especialistas en la materia recomiendan ingerir la cantidad de nutrientes que nuestro cuerpo necesita, acompañarlo de complementos si fuera necesario, para lo cual, deberemos de acudir a nuestro médico de cabecera y al farmacéutico, además de hacer ejercicio de forma regular. Simples gestos como caminar 20 minutos al día o seguir una tabla de ejercicios acorde a nuestra edad, son las claves para disfrutar de una buena salud llegados a la conocida como, edad dorada.
Dieta saludable
No hay una dieta concreta para todo el mundo, ya que la misma varía mucho en función de factores sociales, económicos, culturales, religiosos… Sin embargo, se entiende por dieta saludable aquella que:
– Aporta la energía suficiente y los nutrientes necesarios.
– Incluye alimentos que la persona conoce y consume de forma habitual, de manera que pueda mantener sus hábitos alimentarios personales.
– Debe de ser agradable a la vista y al sabor. Además, hay que tener en cuenta que las personas mayores suelen tener problemas de dentición, por lo que tienen que poder masticarla sin problemas.
– Debe de ser equilibrada, variada y moderada.
Con una dieta equilibrada conseguiremos mantener el peso corporal ideal, de manera que consigamos el mejor equilibrio entre la ingesta calórica y el gasto energético. Para ello, debemos de tener en cuenta los siguientes valores: las proteínas que tomemos en esta edad deben de aportar entre un 10 y un 15% de las calorías totales y los lípidos no más del 35%. Con respecto a los hidratos de carbono hay que tener en cuenta que debemos de ingerir el 50 o 60% restante.
Además de equilibrada, la dieta debe de ser variada, de manera que la persona que la cumple no se aburra y su cuerpo ingiera todos los nutrientes necesarios. Lo mejor es guiarse por las frutas, verduras, carnes y pescados de temporada, puesto que además de ser productos que se encuentran en su más óptimo estado, también vamos variando los platos.
Hay ciertos alimentos o nutrientes que nunca deberemos de olvidar en una dieta sana y equilibrada, como aquellos que contienen fibra, cuyo consumo es muy aconsejable en todas las etapas de la vida, pero especialmente en la edad dorada; la ingesta de vitaminas C y D, por todos los valores que aportan a nuestro organismo y estado anímico; incluir aceites vegetales y pescados en nuestra dieta.
Por lo general, la mejor recomendación es realizar una dieta con productos de temporada y cocina tradicional, ya que es la mejor manera de conservar nuestra salud. Además, no hay que olvidar hacer ejercicio, socializarse y salir a pasear, ya que el aire y el sol son muy buenos para nuestro organismo.
Por supuesto, siempre que necesitemos complementos alimenticios, lo mejor es acudir a nuestro farmacéutico más próximo.