A menudo las dietas fracasan porque no se tienen en cuenta los aspectos psicológicos implicados en ellas. En efecto, la pérdida de peso es un proceso interno que supone modificar las ideas y los prejuicios causantes de nuestra insatisfacción personal.
Si hablamos de control del peso, si yo quiero ser una persona con un peso saludable y en forma, no me bastará con hacer una dieta, perder unos kilos y empezar con el hábito de salir a correr unos pocos días. A menos que esa alimentación sana y equilibrada y ese ejercicio físico se conviertan en mis nuevos hábitos, a menos que me convierta en esa persona con hábitos sanos que quiero ser, no conseguiré mantenerme san@ y en forma.
Dichos hábitos deben ser constantes, y no sólo en épocas concretas (error que comete mucha gente). Normalmente empezamos a cuidarnos cuando se acerca el verano; cuando el estío llega, mandamos esos hábitos saludables de vacaciones; después del período estival intentamos bajar de cualquier forma esos kilos de más, esfuerzo que suele alcanzar la Navidad; y es en fechas navideñas cuando volvemos a abandonar los hábitos para intentar recuperarlos con los propósitos del nuevo año.
Las personas no son gordas, ya que la gordura no es una forma de ser. En todo caso, las personas están gordas; y del mismo modo, pueden no estarlo o pueden dejar de estarlo. Depende de uno mismo. Se trata de cambiar aquello que, pudiendo ser cambiado, no nos gusta de nosotros mismos. Afortunadamente, el peso es algo que sí podemos cambiar. Dicho de otro modo: adelgazar no es un proceso externo, o físico, sino un proceso interno de cambio de conceptos, ideas y prejuicios que nos han llevado a estar como no queremos estar.
Debemos advertir, además, que lo contrario de estar gordo no es estar delgado, sino sano. Con el calificativo de “sano” no me refiero solamente al peso que por altura, edad y otra serie de variables resulta el adecuado para una persona (lo cual no siempre casa con el ideal estético que
queremos o nos han inculcado), sino también a la sensación de sentirse bien física y emocionalmente. En este sentido, y como consecuencia del canon de belleza actual, hay personas que se consideran (y les consideran) “gorditas” aunque en términos de salud estén perfectamente: bien nutridas, en forma, y a gusto consigo mismas. En ese caso, estas personas estarían sanas en el sentido amplio de la palabra. En caso contrario, tampoco se trata de marcarse el objetivo de adelgazar para verse mejor y, de esa forma, sentirse mejor. Lo que hay que hacer es cuidarse de verdad por fuera y por dentro, reconciliarse con uno mismo y con el cuerpo, trabajar a favor y no en contra del mismo, ser sinceros con nosotros mismos en cuanto a lo que somos y queremos ser.
Otros aspectos que conviene trabajar son la paciencia, la constancia, la autoestima y los pensamientos negativos (entre otros). Cuando empezamos una dieta, hacemos un esfuerzo y queremos que eso se refleje en la báscula, pero que se refleje YA. Cuanto antes. Y si un día no se refleja nos decimos que hemos hecho tanto esfuerzo “para nada”… Entonces, picamos algo, “porque total..”. Y una vez de habernos salido de la dieta, hacemos otro “pecadito” porque “ya total..”. Encima, nos vemos peor físicamente y eso nos lleva de vuelta a comer. Y así suma y sigue.
De esta manera confirmamos que “no tenemos fuerza de voluntad”, “que no podemos”… Nos lo hemos repetido tantas veces que nos lo hemos terminado creyendo. Pero no es cierto, o sí, depende de lo que tú creas… Y lo que tú creas, depende de ti. Tú tienes tendencia a engordar, mientras otras personas consiguen estar delgadas comiendo lo mismo o más que tú. Siempre has sido así. Quizá sea por la menopausia. Qué importa, al fin y al cabo no tienes fuerza de voluntad, no eres capaz. O no tienes tiempo. O ya empezarás mañana, porque por un poco no pasa nada… ¿Te suenan estas excusas? Pues bien, todas ellas son verdad o mentira en la medida en la que tú permitas que lo sean. Tú eres el/la dueñ@ de tu cuerpo y de tu vida. Ser esa persona que quieres ser está en tus manos.
Nerea Gómez,
Psicóloga Sanitaria
Cofundadora de Kaizen
(Centro especializado
en Psicología y Nutrición)