En este artículo veremos las claves de la alimentación en el primer año de vida del bebé, momento crucial para evitar dolencias infantiles futuras.
Cuando un niño nace, nos preocupamos por muchas cosas para que se encuentre bien. Y una de las más importantes es su alimentación. Por eso, queremos darte las claves más importantes para que tu hijo esté bien nutrido, tanto durante la lactancia como durante los meses posteriores.
Hay que tener en cuenta que durante el primer año de vida, el recién nacido pasa por dos fases en su alimentación:
Periodo de lactancia
Desde el nacimiento hasta los 6 meses. En este tiempo el alimento exclusivo del niño es la leche materna o, en su defecto, las fórmulas para lactantes. La leche materna es capaz de cubrir las necesidades energéticas del niño hasta los 6 meses, ya que su composición se adapta a las limitaciones del sistema digestivo y metabolismo del recién nacido. Las necesidades energéticas son muy altas en este periodo, y varían con la velocidad de crecimiento y desarrollo del niño. El tipo de lactancia puede ser controlada o a demanda, siendo esta última más aconsejable, al menos durante el primer mes, aunque la madre pueda tener la sensación de que el niño no queda satisfecho. Se recomienda dar los dos pechos entre 8 y 10 minutos. En este periodo es importante que la madre vigile su alimentación, pues debido a la producción de leche, su gasto energético es mayor. El aporte energético medio extra para la madre es de 500 kcal diarias, con una alimentación variada, evitando alcohol, café y tabaco. Si no es posible o no se desea la lactancia materna, se utilizan leches para lactantes o fórmulas de inicio, que son leches elaboradas a partir de leche de vaca con modificaciones del contenido proteico y del tipo de proteínas, entre otras, para que se asemeje a la leche materna.
Periodo transicional
De los 6 a los 12 meses se inicia la diversificación alimentaria, que es el inicio progresivo de la alimentación complementaria a la leche materna o de fórmula. Se recomienda mantener durante el segundo trimestre una ingesta de leche de 500 ml para asegurar los requerimientos de calcio y ácidos grasos esenciales del bebé. Se pueden dar fórmulas de continuación, pero no antes de los 6 meses. Éstas son muy semejantes a las de inicio, aunque con un mayor contenido en proteínas, y además de lactosa, pueden contener sacarosa, fructosa y miel, y mayor contenido en hierro. La Sociedad Europea de Gastroenterología y Nutrición establece que la alimentación complementaria no se introduzca antes de los 4 meses, ni después de los 6 meses, y ha de ser adaptada por el pediatra a cada edad, requerimientos energéticos y maduración del niño, así como a los hábitos familiares y culturales.
La introducción de nuevos alimentos puede ser más o menos aceptada, dependiendo de los alimentos que ofrezcamos, y la frecuencia con la que se den las tomas. Pautas generales: El cambio debe ser de forma gradual, sin forzar al niño, y requiere repetidas ofertas, para que se adapte a los nuevos sabores. Se introducirá cada nuevo alimento pasados 8-15 días del anterior. Hay que tener en cuenta las preferencias y costumbres familiares, zonas geográficas, cultura, etc. En general los sabores dulces suelen ser mejor aceptados por el niño, pero hay que tener en cuenta que la adición de azúcar no debe ser superior a 7,5 g por cada 100 kcal ingeridas. Un mal manejo en la introducción de alimentos puede dar lugar a problemas de anorexia infantil, obesidad, hipertensión y alergias.
Para más información, puedes descargarte gratuitamente la Guía de Alimentación Infantil.
Nutricionista de Medicadiet