El estudio “Hábitos alimentarios y estilos de vida de los universitarios españoles. Patrón de consumo de bebidas fermentadas”, realizado con datos de 978 estudiantes de 21 universidades, destaca que los jóvenes llevan una dieta poco variada, con un consumo de “sólo unos 13 alimentos al día”.
“Los alimentos más consumidos por los universitarios son, en este orden, bollos, pavo, huevos y pan”, ha explicado en la presentación de este estudio el catedrático de nutrición de la Universidad CEU San Pablo y coordinador del estudio, Gregorio Varela, lo que implica un exceso de consumo en carnes y derivados, además de grasas y dulces.
El también presidente de la Fundación Española de Nutrición ha lamentado que, en general, los universitarios desayunan de forma poco adecuada para la etapa de desarrollo en la que se encuentran, “ya que su metabolismo requiere más calorías y nutrientes que en la población de mayor edad”, lo que incide “en su rendimiento intelectual”.
La masa corporal se comporta mejor en los estudiantes que realizan más comidas al día, es decir, cinco veces, y también entre los que realizan más ejercicio. De los jóvenes que han participado en el estudio, el 85 por ciento sigue viviendo con su familia y el 15 por ciento se ha desplazado a otra ciudad.
“Los que siguen en casa tienen una percepción de que su dieta es mejor”, ha señalado el profesor, aunque son los que viven fuera del hogar los que se implican en la compra y elaboración de alimentos (uno de cada cuatro).
De las bebidas fermentadas, es la cerveza, con una media de medio vaso al día y de forma mayoritaria en las comidas y en compañía de amigos. En este sentido, el estudio señala que entre los consumidores de cerveza se aprecia un índice de adecuación a la dieta mediterránea superior a los no consumidores.
El 25 por ciento de los universitarios son fumadores, con una media de 8 cigarrillos al día, y por sexo, más las mujeres. Los que realizan estudios en ciencias de la salud son los que menos fuman, que los que lo hacen en ciencias sociales y políticas.
La salud de la población universitaria es “aún aparentemente sana”, señala la investigación, por lo que plantea aprovechar el momento para formar sobre hábitos de vida saludables.