Aportan un gran valor a la cosmética natural gracias a sus enormes propiedades. Las líneas de tipo biológico son la última apuesta de los laboratorios especializados en Aromaterapia
En medio de una fiebre sin precedentes provocada por el fenómeno antienvejecimiento, muchos podemos pararnos a pensar por un momento cuál es su origen y hacia dónde se dirige el futuro de los productos cosméticos alineados con este fin, concretamente el de envejecer sin dejar rastro (o dejando el mínimo posible) de arrugas y demás signos en la piel. Signos que pueden aparecer más temprano de lo debido, y que restan encanto y juventud a nuestra dermis (patas de gallo, manchas, flacidez, etc.). Envejecer es inevitable, pero puede evitarse de forma prematura y, sobre todo, controlarse en buena medida.
El modo de hacerlo pasa por el uso de aceites esenciales, que ayudan a prevenir esos signos de envejecimiento en la piel. Además, proporcionan un olor suave que ayuda igualmente a reducir un factor determinante en el envejecimiento prematuro: el estrés. Se transforman así en uno de los mejores tratamientos de belleza. Están hechos a base de productos naturales y ecológicos que nos proporcionan vitaminas y minerales. Y aunque vengan administrados en frascos pequeños, lo cierto es que su uso se alarga mucho en el tiempo.
En realidad, la aplicación de los aceites esenciales en uso cosmético va incluso más allá, ya que ayudan a tratarnos desde a fuera hacia dentro. El uso de cada aceite esencial es muy particular, debido a que su composición compleja ofrece multitud de usos muy dispares entre sí. En cuanto a su uso cosmético, cabe destacar “la concentración de los aceites esenciales y, dada su liposolubilidad y bajo peso molecular, atraviesan la piel con gran facilidad y rapidez, aportando un efecto mucho más potente”, asegura Maite Castro, responsable técnico y farmacéutica experta en aceites esenciales de Pranarôm.
Las joyas de la corona
Uno de los aceites esenciales más recomendables para el efecto anti-aging es el de Rosa Mosqueta, ingrediente importantísimo para disfrutar de una piel sana y bella. Los antioxidantes ayudan a mejorar la elasticidad de la piel y la firmeza, así como a reducir la aparición de signos característicos del envejecimiento. Se trata de uno de los pocos aceites esenciales que contienen retinol (vitamina A) de forma natural. El aceite esencial de Rosa Mosqueta es rico en compuestos antimicrobianos y antiinflamatorios, por lo que ayuda a gestionar condiciones de la piel como la psoriasis o la dermatitis. Otros aceites que podemos destacar para lograr ese efecto ‘antiarrugas’ son el AEQT de palo de rosa, el geranio, o el aceite esencial de rosa de Damasco. Su acción tónica y astringente cutánea es debida a “sus contenidos en alcoholes terpénicos. El rostro adquiere un aspecto más saludable y jovial, consiguiendo una acción antiedad desde el tratamiento natural”, asegura Castro.
No podemos olvidarnos del aceite esencial de Lavanda. Adecuado para todo tipo de pieles, su alto contenido en antioxidantes hace que proteja la piel de los radicales libres y de los rayos ultravioleta del sol. Pero además tiene un beneficio añadido, y es que promueve un buen sueño, que es uno de los mejores remedios para una piel sin defectos y de aspecto más joven. Por su parte, el aceite esencial de Árbol de Té resulta muy útil en cosmética en todo tipo de infecciones, en los tratamientos para el acné (desinfecta y seca los granitos de forma rápida), en heridas abiertas o herpes. Cualquiera que sufra alguna de estas afecciones puede añadir unas gotas directamente en la piel todos los días (varias veces) hasta que la afección desaparezca. Junto con la Lavanda y el Árbol de Té, el aceite esencial de manzanilla es el tercer aceite que se puede aplicar directamente sobre la piel sin riesgo a irritarla. Éste último destaca por sus propiedades antiinflamatorias, y está especialmente indicado en dermatitis.
Conviene tenerlo en cuenta a la hora de elaborar mezclas con los mejores aceites vegetales y esenciales para pieles sensibles, para piel infantil o cuando queramos hacer una crema natural para la dermatitis del pañal (o cualquier tipo de dermatitis).
Capacidad Adaptógena
Cada vez más los laboratorios especializados en Aromaterapia y en productos dermocosméticos se están atreviendo con nuevas lineas de tipo biológico; los elementos que componen estos productos son 100% naturales, y no contienen sustancias químicas que puedan suponer una contaminación de nuestra piel. La composición de estos productos consta tan sólo de productos naturales como el polvo de arroz, la arcilla, el aloe o la cera de abeja.
Una de las características principales de estos productos es su composición basada en aceites esenciales adaptógenos. El termino adaptógeno se refiere a la capacidad que dichos aceites tienen para adaptarse al ritmo diario de nuestra piel. Una mascarilla para el rostro con elementos procedentes del limón y la naranja, por ejemplo, puede combatir los efectos causados por el estrés en el que vivimos cada día. Algunos de estos aceites adaptógenos son el mirto verde, el abeto negro, el pino silvestre, la canela, el romero o la salvia, por mencionar unos pocos.
En esa capacidad adaptógena radica una de las mayores diferencias entre productos de distintas marcas de cosméticos naturales. Además de estar indicados para la hidratación, tonicidad, etc., algunos (no todos) contienen aceites esenciales adaptógenos que ayudan a equilibrar el metabolismo nervioso y cutáneo. Su formulación es la sinergia de aceites vegetales, cuya composición rica en ácidos grasos es muy afín a nuestras células, llegando su hidratación a capas más profundas con la combinación de aceites esenciales que suman a la hidratación funciones tónicas y regeneradoras de la piel.