Los avances tecnológicos nos permiten hoy en día disfrutar de multitud de tratamientos para conseguir una sonrisa sana, aunque de poco sirve sin unos hábitos e higiene adecuados.
Si bien, aunque la boca contribuya a tener una imagen más atractiva, no debemos olvidar que cumple funciones tan im- portantes como masticar, moler y desgarrar los alimentos. Uno de los dichos más populares sobre la sonrisa es que “el bienestar bucal es reflejo de la salud interna”; y es que lo que ocurre en nuestra boca afecta de forma directa al correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Por ello, no queremos dejar pasar la oportunidad para darte una serie de consejos, en consonancia con los de la Asociación Americana Dental, para que consigas esa sonrisa que tanto deseas.
El cepillado de los dientes es algo básico para nuestra salud bucal. Los dentistas recomiendan tres al día: uno por la mañana, otro al mediodía y otro por la noche, con movimientos circulares y graduales, nunca apretando en exceso y sin obviar a la gran olvidada, que no es otra que la lengua. Un cepillado normal dura 2 minutos aproximadamente; sin embargo, los dentistas aconsejan que alarguemos su duración, pues cada diente cuenta con cinco superficies a las que deben dedicarse entre 2 y 3 segundos, por lo que un cepillado rápido no es suficiente.
Un buen enjuague puede ayudarnos a conseguir esa sonrisa deseada, aunque siempre debemos mirar la composición del mismo, pues muchos incluyen alcohol, componente que debemos evitar porque provoca sequedad en las mucosas. Tampoco podemos olvidar el hilo o seda dental, que nos mantendrá alejados de diversas enfermedades dentales.
Aunque parezca algo obvio, no debemos dejar pasar nuestra cita anual con el dentista, incluso se recomiendan hasta dos limpiezas bucales al año, sobre todo si eres fumador, bebes vino tinto o te encanta el café, el té o los refrescos con alto contenido en azúcares.
La comida, un punto a tener en cuenta
La alimentación es esencial en nuestra salud dental, pues lo que comemos y la frecuencia con la que lo hacemos puede influir de forma negativa en esa sonrisa sana que tanto queremos conseguir. No todo es evitar los dulces ya que, aunque son los principales causantes de la caries, existen muchos alimentos y bebidas con altos niveles de azúcares que debemos apartar de nuestro menú.
Una dieta equilibrada se convertirá en nuestro mayor aliado en la prevención de las enfermedades dentales. Organismos como el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) se han implicado en esta tarea y han lanzado como recomendación incluir en nuestra dieta los siguientes grupos de alimentos: frutas, hortalizas, alimentos hechos con granos enteros como pan, arroz integral o avena, productos lácteos como el yogurt bajo en grasa o queso, también bajo en grasa, entre otros.
Exige lo mejor para tu boca
Para terminar, no podíamos obviar el popular decálogo para identificar una atención bucodental de calidad que nos ofrece el Colegio Oficial de Dentistas de Málaga y que todos deberíamos seguir sin excepción:
1. La colegiación es obligatoria, por eso si se lo solicitas a tu dentista, debe facilitarte su número de colegiado.
2. Exige que sea un dentista quien diagnostique tu patología oral. El dentista es la única persona cualificada para establecer un diagnóstico y prescribir un tratamiento.
3. Desconfía de los precios excesivamente bajos porque pueden encubrir un deterioro en la calidad asistencial.
El instrumental y material utilizado en Odontología es de avanzada tecnología y tiene un coste elevado. Los precios excesivamente bajos pueden implicar que no se está utilizando material adecuado.
4. Exige que sea un dentista y no un comercial el que te explique personalmente el tratamiento a aplicar desde el principio, así como su duración y las pruebas necesarias.
5. Exige que sea un dentista el que manipule personalmente las prótesis dentales en tu boca. 6. Es importante que tu dentista te ofrezca un trato amable y cercano, y que veas en él a alguien en quien puedes depositar tu confianza y tu salud bucodental.
7. Exige unas medidas de higiene y esterilización básicas, no permitas que tu salud oral se trate en ínfimas condiciones.
8. Lo normal es que el responsable de tu tratamiento sea siempre el mismo dentista; si no es así, puedes pedir que lo sea.
9. No te dejes influenciar por la publicidad y las promesas de tratamientos gratuitos. Con seguridad lo terminarás pagando.
10. No creas en los tratamientos garantizados de por vida, ni tus propios dientes cuentan con esa garantía.