Si eres fumador y has intentado dejar de fumar en multitud de ocasiones sin éxito alguno, te damos una serie de recomendaciones para que logres tu objetivo
Hay multitud de razones por las que dejar de fumar, pero, si a priori no lo quieres hacer por ti, piensa en todas esas personas que se cruzan en tu camino al cabo del día y a las que puedes perjudicar con este hábito.
Actualmente, el 24% de la población española de más de 15 años fuma a diario. No obstante, hay mayor concienciación de los efectos perjudiciales del tabaco puesto que, en comparación con años anteriores, hay una tendencia descendente de la prevalencia de consumo diario de tabaco en todos los rangos de edad y en ambos sexos.
Las consecuencias del hábito de fumar son muy importantes, y buena prueba de ello es que el tabaquismo es la primera causa de enfermedad evitable y de muerte prematura. Se estima que cada año más de 50.000 personas fallecen prematuramente en España debido al consumo de tabaco. Aunque hay más de veinte enfermedades relacionadas directa o indirectamente con el tabaco, las más importantes son la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el cáncer de pulmón y las enfermedades cerebrovasculares.
Hoy día hay muchas campañas desde entidades públicas para ayudar a dejar de fumar, así el Servicio Madrileño de Salud ofrece una serie de claves para mirar el cigarrillo de otra forma:
1. Vivirás más tiempo y con mejor calidad de vida.
2. El humo de tus cigarrillos no perjudicará la salud de tus hijos/as, tus familiares y de todas las personas que te rodean.
3. Recuperarás tu capacidad de hacer ejercicio físico, gracias a una mejor oxigenación.
4. Sufrirás menos catarros y resfriados, no tendrás irritación de garganta y nariz.
5. Tendrás un importante ahorro de dinero.
6. Mejorará de forma espectacular el aspecto de tu piel y tus dientes y desaparecerá el mal aliento.
7. Tu ropa, tu casa, tu coche, dejarán de oler como un cenicero.
8. Recuperarás el gusto por la comida y el olfato.
9. Evitarás conflictos y situaciones desagradables, ya que nadie te reprenderá por fumar en su presencia.
10. Podrás ir a cualquier parte con tranquilidad a disfrutar del aire limpio. Cada vez hay más lugares en los que no se permite fumar.
Y es que… ¿Te has imaginado acaso tu vida sin tabaco?
A los 20 minutos:
El ritmo cardiaco y la presión arterial vuelven a su nivel normal.
Se recupera la temperatura normal de manos y pies.
A las 8 horas:
La concentración de monóxido de carbono en sangre baja a su nivel normal.
La concentración de oxígeno en sangre sube a su nivel normal.
A las 24 horas:
Disminuye ya de forma apreciable el riesgo de sufrir un infarto de miocardio.
A las 48 horas:
Aumenta la agudeza del gusto y del olfato, al comenzar a regenerarse las terminaciones nerviosas.
De dos semanas a tres meses:
Mejora notablemente la circulación.
Aumenta la función pulmonar hasta un 30%.
De uno a nueve meses:
Disminuye la tos, la congestión nasal y la falta de aliento.
Aumenta la resistencia a las infecciones respiratorias, al recuperarse los cilios bronquiales.
Al año:
El riesgo de padecer insuficiencia coronaria es de un 50% menos que el de un fumador.
El primer paso para dejar de fumar es plantear el deseo de abandonar el tabaco y mentalizarse para afrontar la abstinencia. Después debemos planificar bien los siguientes pasos a dar. Las oficinas de farmacia son un punto idóneo donde encontrar ayuda, ya que muchos colegios oficiales de farmacéuticos de España organizan periódicamente campañas para asesorar y ayudar a los fumadores a dejar el tabaco.