Conscientes de que mil millones de personas en el mundo con discapacidad se enfrentan a barreras físicas, sociales y económicas que les excluyen de participar de una forma total en la sociedad, Naciones Unidas celebra el 3 de diciembre, como una ocasión de dar visibilidad a las necesidades de un colectivo que, muchas veces, carece de un acceso equitativo a recursos básicos, entre los que se encuentra la atención sanitaria.
La Fundación Vitaldent asegura que la salud oral de pacientes con necesidades especiales ha representado un reto tanto para profesionales como para pacientes a lo largo de la historia. Las diferentes discapacidades físicas y cognitivas limitan la adecuada eliminación de placa bacteriana, conllevando el desarrollo de enfermedades orales de alta incidencia en esta población, como la caries dental y la enfermedad periodontal.
Diferentes estudios demuestran que el estado oral de las personas discapacitadas se caracteriza por presentar un bajo nivel de higiene oral, que ocasiona la permanencia de partículas de comida en la boca y esto a su vez inflamación gingival, caries y enfermedad periodontal.
¿Qué enfermedades orales les afectan de forma más concreta?
- Pigmentaciones y caries dental.
- Gingivitis crónica generalizada.
- Cálculos
- Enfermedad periodontal severa.
- Pérdida ósea y pérdida prematura de dientes
Los problemas no solo se limitan a la cavidad oral, ya que por una mala higiene su calidad de vida también se ve seriamente afectada. El impacto de su salud oral sobre sus vidas cotidianas se manifiesta en problemas como limitaciones en el habla, halitosis, alteraciones en el gusto y molestias al comer. ¿Solución? Prevención y atención especializada.
La Fundación Vitaldent alerta de que los pacientes en condición de discapacidad requieren cuidados especiales para realizar su higiene oral de acuerdo a su edad, cooperación, nivel de inhabilidad y compromiso sistémico. De lo contrario pueden desarrollar fácilmente enfermedades orales cuyo tratamiento sea largo, costoso y de dudable pronóstico.
Una salud oral y dental apropiada repercute favorablemente en su calidad de vida ya que le facilita su alimentación, le evita molestias, mejora su aspecto físico, permite mejor articulación de las palabras y, en consecuencia, mejora su integración en la sociedad.