El Alzheimer busca nuevos horizontes

alzheimer_fullLos expertos avanzan y el futuro de esta enfermedad intenta dirigirse hacia nuevos objetivos para detectarla en etapas más tempranas, ante la aparente falta de resultados del enfoque más tradicional, según apunta el investigador español Jesús Ávila.

Desde el descubrimiento por parte del doctor Alois Alzheimer del primer caso de la enfermedad en Alemania en 1907, se estableció en la comunidad científica la hipótesis de que las placas seniles y los ovillos neurofibrilares que aparecían en el cerebro eran el origen de la dolencia, especialmente las placas, formadas por el denominado péptido beta-amiloide.

Jesús Ávila de Grado, director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED), asegura que las terapias enfocadas contra este péptido han fracasado, ya sea porque se apliquen demasiado tarde o porque estas terapias no sean suficientes.

Es el caso del grupo de investigación que coordina Ramón Trullas, también miembro de CIBERNED y que ha descubierto un posible nuevo biomarcador: cambios en los niveles de ADN mitocondrial en el líquido cefalorraquídeo, que aparece hasta diez años antes de las primeras pérdidas de memoria.

Desde la prudencia, Ávila destaca la facilidad de obtener este líquido mediante la punción lumbar y la gran utilidad que otorgaría el marcador en él presente a los investigadores para futuras investigaciones y la aplicación de tratamientos más tempranos.

Asimismo, en los últimos meses se ha publicado otro estudio realizado por la Universidad de Washington en el que se identifican diez nuevos marcadores encontrados en la sangre, que son más fáciles de obtener, aunque expresa su cautela acerca de los resultados que puedan proporcionar, ya que debe hacerse la investigación en otros laboratorios.

El hecho de que el alzhéimer sea un problema crónico incrementa la dificultad a la hora del tratamiento, pues genera gastos sociales y económicos mucho mayores, algo que, para Ávila, pondrá el sistema de bienestar en serias dificultades cuando aparezcan cada vez más pacientes, debido al aumento de la esperanza de vida.

Los expertos dirigen sus investigaciones hacia la prevención y la elaboración de tratamientos más tempranos, muchos de los cuales van dirigidos a los casos de alzhéimer familiar, que se diagnostica en el 1% de los pacientes y se transmite de forma genética.

En estos casos, desde que la persona nace se conoce que, de vivir el tiempo suficiente, sufrirá la enfermedad e, incluso, se puede calcular la edad aproximada de su aparición. Esto permite que se hayan empezado a probar tratamientos aplicados entre cinco y diez años antes de la aparición de la dolencia que, en un futuro, podrían aplicarse a afectados por un alzhéimer no genético.

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