La “operación biquini” ha dado ya su pistoletazo de salida. Hombres y mujeres preocupados por su aspecto este verano han empezado a sumergirse en dietas milagrosas o se han lanzado hacia las estanterías de las farmacias, parafarmacias y grandes almacenes en busca de una píldora mágica que les ayude a perder peso y grasa
Durante un año (entre febrero de 2016 y febrero de 2017) se vendieron 3.650.000 fármacos contra la obesidad, apenas un 0,5% menos, según se desprende de un estudio de QuintilesIMS. Nutrition & Sante ostenta el liderazgo con el 42,9% del mercado. Los consumidores pagaron más de 21 millones de euros por estos remedios.
Los perfiles de los compradores de la categoría de adelgazantes y dietas en la farmacia son, según el estudio Farma Shopper 2014 de Shoppertec, mujeres más jóvenes (media de 42 años) con ingresos altos, un 69% activas laboralmente. Siguen siendo ellas (89%) las que más consumen pastillas adelgazantes en contraste con los hombres (11%). Además, hasta un 56% prefiere productos con marca, aunque sean más caros. En cuanto al lugar de adquisición, el 45% reconoce que sólo compra en la farmacia, mientras que el resto lo hace en parafarmacias (30%), hipermercados y supermercados (20%), grandes almacenes (11%) y herbolarios (10%).
Sin duda, hoy en día el sobrepeso y la obesidad se han disparado de forma vertiginosa en todos los países, incluido España, donde los últimos datos aportados por la Sociedad Española de Cardiología en su Estudio Nutricional de la Población Española (ENPE) reflejan que el 39,3% de la población de entre 25 y 64 años padece sobrepeso y un 21,6% es obesa. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reiterado en más de una ocasión que la tasa de obesidad a nivel mundial se ha duplicado entre 1980 y 2008.
Esta epidemia está minando la salud de la población en forma de diabetes, enfermedades cardiovasculares, colesterol elevado e, incluso, algunos tipos de cáncer. Los especialistas, tanto de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética como de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, recuerdan que las dietas milagro y los productos antiobesidad pueden tener graves consecuencias sobre nuestra salud (problemas cardiovasculares, aumento de la incidencia de ciertos tipos de cáncer, etc.), e insisten en que la mejor fórmula para mantener la báscula a raya es siguiendo unos buenos hábitos alimenticios y aumentando la actividad física.
Los avances que vendrán para adelgazar
No obstante, la literatura científica está abriendo nuevas vías de investigación que podrían jugar un papel en el tratamiento de la obesidad. Se trata de los conocidos como polisacáridos no digeribles, que componen la fibra alimentaria y que, al parecer, reducen la velocidad de absorción de la glucosa y la disminución de la glucemia postprandial (la que se eleva tras la ingesta de carbohidratos de asimilación rápida). Los más importantes en el tema del control del peso son las hemicelulosas, las pectinas y los mucílagos, cuyas características físicoquímicas permiten interferir con el funcionamiento del intestino y, por ende, en la salud humana.
Varios estudios han constatado que estos complejos moleculares polisacáridos ejercen efectos favorables tanto a nivel funcional como metabólico, además de aquellos ya conocidos desde hace tiempo, como la mejora de la actividad intestinal, de los trastornos asociados a ésta (estreñimiento) y del aumento de la sensación de saciedad.
De hecho, la ingesta de polisacáridos no digeribles con los alimentos se ha relacionado con la reducción del riesgo de enfermedades como la diabetes o las patologías cardiovasculares. Por todo ello, se sospecha que una investigación en profundidad podría proporcionar una herramienta útil en la lucha contra el sobrepeso y la obesidad.
Por la presencia de polisacáridos no digeribles, el intestino delgado se transforma en una especie de instrumento de emisión temporizada de nutrientes a la circulación portal, provocando un pico de azúcar en sangre más prolongado y, por tanto, más bajo (en ausencia de fibra, sin embargo, el pico glucémico es diferente, más corto y elevado). Esto lleva a mejorar los niveles de glucemia en ayunas, reducir la capacidad de absorción de la glucosa, mejorar los niveles de lipemia, y disminuir el colesterol total y del LDL.
Combinaciones para adelgazar
Parámetros como la capacidad de ligar y retener agua, la capacidad de aumentar la viscosidad, la de formar una masa inerte dentro del tracto gastrointestinal (efecto “Bulk”), o la capacidad de ligar los ácidos biliares, son todos ellos indicadores cuyos valores resultan directamente proporcionales a la capacidad del polisacárido de limitar la absorción de nutrientes; de hecho, se han realizado pruebas con distintas combinaciones de polisacáridos específicos con el objetivo de mejorar algunas de estas características y potenciar así sus efectos en el abordaje del sobrepeso.
Estudios pre-clínicos y clínicos apuntan a la utilidad de la combinación de mezclas de macromoléculas de polisacáridos para lograr:
•Reducir la velocidad y la magnitud de la absorción de glúcidos.
•Aumentar la viscosidad del contenido luminal.
•Elevar la velocidad del tránsito intestinal.
•Reducir la absorción de lípidos.
•Disminuir la absorción de colesterol.
•Favorecer la pérdida de peso corporal
•Propiciar la reducción de la grasa abdominal.
Uno de los complejos de macromoléculas de polisacáridos más estudiados es el denominado Policaptil Gel Retard, constituido por celulosa, pectina de la opuntia, hemicelulosas del glucomanano y mucílagos en unas proporciones que consiguen una sinergia de acción interesante a nivel clínico. Para conocer su superioridad comparada con los componentes aislados, se han realizado estudios para cuantificar su capacidad en términos de: aumento del contenido intestinal; aumento de velocidad en el tránsito; aumento de la viscosidad; y capacidad para formar gel.
Por todo ello, la intervención con un complejo de macromoléculas polisacarídicas previene la acumulación de grasas, mejora las perturbaciones en el metabolismo de los glúcidos y de los lípidos, y, como consecuencia, también puede mejorar los estados de insulino-resistencia. Consumidos regularmente en la dieta, podemos decir que los polisacáridos vegetales no absorbibles limitan el riesgo de enfermedades metabólicas crónicas, como la diabetes, el síndrome metabólico, la obesidad, o la patología cardiovascular.