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Chile espera tener listo en dos meses el primer prototipo de vacuna contra el coronavirus

El país se suma a la carrera mundial por el desarrollo de un antídoto contra la actual pandemia. Científicos del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII) trabajan a contra reloj

Dr. Alexis Kalergis, director del IMII
Dr. Alexis Kalergis, director del IMII

Científicos chilenos del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII) trabajan a contra reloj para desarrollar una “vacuna candidata” para el COVID-19, lo que supondría la primera vacuna contra el coronavirus del continente sudamericano. Desde el mes de diciembre están trabajando en el diseño y ahora ya han iniciado la fase de la formulación de la vacuna, por lo que en apenas dos meses podrían tener listo el primer prototipo, según el Dr. Alexis Kalergis, director del IMII.

Con 342 casos confirmados de coronavirus y el Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe decretado por el gobierno a partir de las 00:00 horas de ayer, Chile se prepara para la llegada del invierno y ve con especial preocupación un escenario en el que tanto el virus influenza, el VRS y COVID19 puedan coincidir y circular al mismo tiempo en los meses más duros. Por eso, los equipos de investigación trabajan sin descanso para encontrar la vacuna y ya podrían tener un primer prototipo dentro de dos meses.

“Una vez que hayamos obtenido el prototipo de vacuna, se deben llevar a cabo y superar varias etapas experimentales como por ejemplo iniciar los ensayos preclínicos, que corresponden a las pruebas a nivel de laboratorio que demuestren seguridad y efectividad en modelos experimentales. Completada esta etapa, el prototipo de la vacuna se debe fabricar en condiciones de buenas prácticas de manufactura para cumplir con las regulaciones nacionales e internacionales. Con esta nueva formulación, y si todo sale según lo esperado, la etapa siguiente correspondería a la realización de pruebas clínicas de seguridad en humanos”, indica Kalergis que lidera el grupo de jóvenes científicos chilenos que forman parte del proyecto.

Aunque es difícil hablar de plazos concretos, Kalergis considera que la vacuna podría estar lista para su administración y venta en un año y medio. Todas estas etapas deben ser superadas éxitosamente para demostrar que una vacuna es segura y efectiva, lo que también dependerá de los resultados que se vayan obteniendo, de la disponibilidad de recursos y del cumplimiento de normativas necesarias para completar los estudios. “Por lo tanto, es difícil anticipar los plazos hasta el término del desarrollo de la vacuna y obtener así un medicamento de uso en la población”, concluye.

El proyecto convoca a investigadores de la Universidad Católica, el Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII) y el Consorcio Tecnológico en Biomedicina Clínico Molecular (BMRC, por sus siglas en inglés). Y, para el desafío, cuentan con la experiencia acumulada en la última década en el desarrollo de vacunas contra el virus respiratorio sincicial (VRS) y el metapneumovirus humano (MPVh).

De hecho, el doctor Alexis Kalergis es responsable de liderar el desarrollo de la vacuna contra el virus respiratorio sincicial, la primera inmunización de este tipo diseñada en el mundo, y del metapneumovirus, que actualmente se manufactura en más de 25 mil dosis en Estados Unidos. Ambos agentes virales son dos de los principales causantes de neumonía por infecciones respiratorias en niños.

Mascarillas de cobre

mascarilla de hilo de cobre de CoureTex (002)Pero además de la investigación puntera para conseguir una vacuna contra esta pandemia, Chile se ha convertido también en el único país que comercializa mascarillas a base de hilo de cobre que reducen las posibilidades de contagio. La incorporación de cobre puro dentro del tejido de la mascarilla funciona como una barrera que impide la transmisión de bacterias, hongos y virus. De hecho, según un estudio del New England Journal of Medicine, publicado el pasado jueves, el coronavirus puede sobrevivir hasta 4 horas en cobre frente a los 3 días que dura en superficies con plástico y acero inoxidable.

Los productos de CoureTex, esta pequeña empresa porteña, ubicada en Valparaiso, y regentada por Óscar Silva y su hijo Mauricio, cuentan con varias certificaciones tanto nacionales como internacionales, y sus mascarillas, ahora su producto estrella, han llamado la atención de medio mundo. Además de venderse en España, también se han exportado a China, Australia, México, Argentina, Perú, Bolivia y Ecuador.

CoureTex ha multiplicado sus ventas tanto en Chile como en el extranjero, y aseguran haber tenido ofertas para fabricar millones de mascarillas para China. Actualmente, fabrican 500.000 mascarillas al mes, las cuales además son lavables y reutilizables. En 2013 patentaron su creación, una vez que consiguieron reducir el cobre gracias a las altas temperaturas de vapor consiguiendo que el grosor del hilo de cobre fuera el de un cabello humano. Y, aunque en el mercado hay otros productos textiles que tienen cobre, se trata sobre todo de óxido de cobre que se pierde con los lavados, perdiendo por lo tanto efectividad. Ahora, con la crisis del coronavirus, CoureTex ha multiplicado por 25 su producción para poder abastecer todos los pedidos que reciben desde diferentes rincones del mundo.