La Dra. Cristina Eguren fundó Clínica Eguren en Madrid en el año 2015 con una misión muy clara: ayudar a mejorar la vida de las personas a través de la dermatología. Esta filosofía es la que impregna la identidad y forma de trabajo de todo el equipo de la clínica

Esta dermatóloga, actual presidenta de Dermus, la asociación de clínicas privadas de Dermatología, se define como “pionera en una nueva forma de comprensión y abordaje del acné-rosácea, melasma y estética facial”, áreas a las cuales dedica la mayor parte de su actividad asistencial, de investigación y divulgación. Es autora del libro ‘El acné y la rosácea como nunca antes te lo habían explicado’.
Farmanatur charla con ella antes de su intervención en la sexta edición de Másdermo, la Jornada Nacional de Dermofarmacia que organiza el Consejo General de Colegios Farmacéuticos a través de la Vocalía Nacional de Farmacéuticos en la Dermofarmacia, en la que toma parte con la conferencia “El acné y la rosácea desde un punto de vista innovador”.
¿Por qué elegiste esta profesión?
No sé si yo elegí la Dermatología o ella me eligió a mí. Elegí hacer Dermatología porque mE sirve de herramienta para el desarrollo de mi misión de vida: mejorar la vida de las personas.
¿Qué te impulsó a abrir tu propia clínica?
Poder desarrollar mi actividad profesional y atender al paciente como yo creía que debía hacerlo: con el tiempo y la cercanía suficientes para escuchar y lograr entender lo que realmente sufre quien viene a mi consulta y así ayudarle como necesita.
¿Qué te llevó a una especialización en acné y rosácea?
Realmente no decidí especializarme en acné y rosácea, sino que lo que hice es dirigirme, desde el inicio, a un nicho concreto: mujer entre 30-50 años. Estudié entonces qué necesidades dermatológicas tenían estas mujeres y claramente vi que esas necesidades eran acné, rosácea, melasma e inquietudes de estética. Una vez entendido esto decidí zambullirme de lleno en estas áreas.
¿Cómo ha influido tu experiencia personal con el acné a la hora de tratar a un paciente?
¿Crees que tu experiencia te ayuda a empatizar más con tus pacientes?
Sí, lógicamente me ayuda a empatizar más con mis pacientes ya que no tengo que ponerme en su piel, sino que ya estoy en su piel. Entiendo perfectamente cómo puede llegar a condicionar el día a día de una persona el padecer estas afecciones y le doy la importancia que merece. Eso los pacientes lo valoran enormemente.
¿Cómo ha evolucionado la Clínica Eguren desde su apertura?
Clínica Eguren abrió sus puertas a finales de 2015. Desde entonces hay muchas cosas que han cambiado y otras que se mantienen, pues forman parte de nuestra esencia e identidad. En 2015 empecé yo sola con ayuda de mi marido en una pequeña consulta con una salita de recepción. Hoy, Clínica Eguren está compuesta por un equipo de diez dermatólogas y… ¡próximamente, nos mudamos a unas nuevas instalaciones en las que dispondremos de siete despachos y dos salas de procedimientos! Por tanto, es evidente que hemos crecido muchísimo en tamaño físico y de equipo.
Ahora bien, la esencia, identidad, ilusión y sensación de agradecimiento siguen siendo las mismas: tratar de mejorar la vida de las pacientes que confían en nosotras su salud de piel a través de un trato cercano, de mujer a mujer y a través de la super especialización en cómo resolver sus problemas y necesidades. Antes y ahora cada vez que una paciente entra en Clínica Eguren para nosotras es como una invitada que llega a nuestra casa y a la que vamos a tratar de agradar y ayudar. Queremos eso, que se sienta como en casa.
¿Cuáles son tus objetivos para la clínica de aquí a 10 años?
En principio no quiero ni espero crecer más, sino consolidar y asentar todo lo construido. A nivel científico, me gustaría seguir contribuyendo en el avance terapéutico del acné-rosácea y la salud de la piel en su conjunto. Y, por último, me gustaría que Clínica Eguren siga Contribuyendo al desarrollo de las mujeres dermatólogas de este país, ayudándoles en su carrera profesional y vida personal, para que lleguen hasta donde realmente quieren y están Llamadas a llegar.
¿Qué te motivó a realizar formaciones en la clínica?
Fue algo que surgió de manera natural. Fueron los propios residentes de Dermatología los que empezaron a solicitar rotaciones de formación en la clínica. Actualmente más de 30 residentes (de España y del extranjero) y unos diez adjuntos se forman con nosotras cada año y ya hay tres hospitales que han solicitado rotaciones oficiales y reconocidas dentro de la formación de la especialidad.
¿Qué te aportan a nivel personal esas formaciones?
Personalmente, me encanta la docencia. Enseñar es aprender dos veces. Los grandes maestros no esconden nada y enseñan todo lo que saben. Así que, si quiero aspirar a ser maestra, debo actuar como tal. Además, enseñar a otros dermatólogos engrandece mi misión, pues ayuda a que haya un mayor número de profesionales bien formados que entenderán y abordarán mucho mejor el acné y la rosácea, ayudando así a un mayor número de personas en todo el mundo.
¿Crees que, en general, prestamos suficiente atención a los problemas cutáneos?
Creo que cada vez damos más importancia a la salud de piel gracias a la divulgación y al trabajo de muchos profesionales involucrados, ya no solo dermatólogos, sino también farmacéuticos, cosmetólogos e influencers.
¿Crees que todos deberíamos acudir al dermatólogo? ¿Cada cuánto tiempo si no hay patología?
En consulta tratamos la piel enferma y también la piel sana realizando, por ejemplo, prevención del desarrollo de patologías y cáncer de piel. Si hay patología, el propio dermatólogo irá marcando los tiempos de revisión. Si se acude por una cuestión de prevención o mejora puede hacerse una vez al año.
¿Cuáles fueron tus motivaciones para escribir el libro ‘El acné y la rosácea como nunca antes te lo habían explicado’? ¿Cómo fue el proceso de escritura?
Como cuento en el propio libro, fue mi hija quien me inspiró a escribir la obra. Al inicio del confinamiento por la pandemia del Covid, mi hija Sara, que en aquel momento tenía 8 años, me dijo: “Mamá, tengo un cuento en la cabeza que quiero que lean todos los niños del mundo, así que lo voy a escribir”. Entonces yo pensé: “Vaya, pues yo también tengo muchas ideas de acné y rosácea en la cabeza que quiero que lean todos los pacientes y dermatólogos del mundo, así que también las voy a escribir en un libro”. El cuento de mi hija Sara se publicó el 6 de enero de 2021; se lo trajeron los Reyes Magos y fueron ellos mismos los que imprimieron varios ejemplares en su Palacio de Oriente. Mi libro tardó un poco más y salió a la venta en abril del 2022.
¿Tienes en mente escribir más libros?
La verdad es que por ahora no, pero quién sabe… Como madre de tres pequeños, ¿cómo es compaginar la maternidad con tu trabajo en la clínica, más formaciones, más congresos…? Para mí hay tres claves: priorizar, delegar y dar la importancia adecuada a cada cosa. En casa somos un equipo y lo vivimos como tal. No es que yo ayude a mi marido o él me ayude a mí, sino que trabajamos en equipo fuera y dentro de casa. Tenemos ayuda de mis suegros -a los que desde aquí agradezco su amor y entrega- y de los cuidadores. Y sé que no voy a llegar a todo, pero intento llegar a lo importante y disfrutar del camino.
Participas ahora en la Sexta Edición de Másdermo con la conferencia “El acné y la rosácea desde un punto de vista innovador” ¿Nos puedes dar un adelanto?
Explicaré el acné y la rosácea, las patologías dermatológicas más prevalentes y con las que los farmacéuticos se encuentran cada día, desde un punto de vista innovador a la vez que útil para ellos y con una puesta en escena que les sorprenderá. Ahí lo dejo…

