El estudio profundiza en el rol de personas cuidadoras de familiares mayores tanto dependientes como no dependientes.

La mitad de las personas cuidadoras en España (51,1%) pertenece a la conocida como “generación sándwich”, según el I Estudio del Observatorio Cinfa de los Cuidados “Radiografía de los cuidados familiares en la sociedad española”, realizado a una muestra representativa de más de 3.200 personas cuidadoras en nuestro país y elaborado por Laboratorios Cinfa con el aval de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
Es decir, además de atender a un familiar mayor, se ocupan de hijos o hijas a su cargo. Asimismo, tres de cada cuatro (77,6%) afirman compaginar este rol con su actividad profesional.
Esta investigación se enmarca en el movimiento de Cinfa por los cuidados, que la compañía lleva años promoviendo para acompañar y apoyar a los pacientes y a las personas que les cuidan. En este marco, Cinfa ha puesto en marcha tanto el Observatorio de los Cuidados como otras iniciativas que den una respuesta real a los familiares que, en una sociedad cada día más envejecida, prestan cuidados y atención a sus mayores, asumiendo una labor esencial y escasamente reconocida.
De esta forma, el Observatorio nace con la vocación de dar visibilidad a las personas que cuidan de sus familiares en España y conocer el impacto que este rol tiene en sus vidas y en sus hogares. “En una primera fase, estamos abordando el cuidado y la atención que se proporciona a los familiares mayores, tanto si tienen algún grado de dependencia como si no, y, de forma gradual, analizaremos otros ámbitos del cuidado -explica la Dra. Alicia López de Ocáriz, directora médica de Grupo Cinfa y presidenta del Observatorio-. Queremos conocerlas, profundizar en su bienestar físico, mental y emocional y saber si se sienten reconocidas y apoyadas. Todo ello, con un enfoque inclusivo y desde la empatía, porque cada forma de cuidar es válida y todas deben ser respetadas”.
Perfil de la persona cuidadora: mujer de 49 años
El I Estudio del Observatorio Cinfa de los Cuidados ha trazado el perfil de la persona cuidadora en España, que tiene de edad media 49 años y que, en el 64,2% de los casos, es mujer y cuidadora principal, frente al 35,8% de hombres que asume este rol.
En tres de cada cuatro casos (75,6 %), el miembro de la familia atendido es el padre o la madre de la persona encuestada y, en casi la mitad de las ocasiones (47,4%), la edad de este supera los 81 años. Por otra parte, cuatro de cada diez (41,9%) conviven con la persona a su cargo y un 54,6% de las personas cuidadoras afirma atender a familiares con algún grado de dependencia.
Asimismo, prácticamente la mitad (49,1%) declara llevar más de dos años asumiendo esta responsabilidad, con un tiempo promedio atendiendo al familiar de 3 años. Un 56,8% lleva a cabo los cuidados con una frecuencia semanal y el 43,2%, de forma diaria.
La investigación revela también que, de media, las personas encuestadas dedican 20,6 horas semanales a esta labor y que el 76% afirma haber tenido que quitar tiempo de otras actividades: un 65,2% ha restado tiempo al ocio, un 63,3%, a sí misma, y un 35,4%, ha prescindido de tiempo con otros familiares y amigos.
Respecto al reparto de las tareas, el 14,6% asegura actuar como único cuidador o cuidadora, mientras que el 85,4% restante comparte responsabilidades a la hora de atender a su familiar. En este sentido, el 57,5% de las personas encuestadas que comparten los cuidados lo hace con los hermanos o hermanas; una de cada cuatro (25,7%), con la pareja; una de cada cinco (24,2%), con otros familiares; el 18,1%, con los hijos e hijas, y el 14,5% recurre a ayuda profesional.
Francisco José Tarazona Santabalbina, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), apunta: “El I Estudio del Observatorio Cinfa de los Cuidados nos permite conocer la realidad de las familias cuidadoras en nuestro país, una labor esencial, no solo por el tiempo que dedican, sino también por el bienestar que proporcionan a la persona que cuidan. Conocer esta realidad en torno a los cuidados es imprescindible para una toma de conciencia social, porque cuidar a la persona cuidadora es velar también por nuestras personas mayores”.
La edad avanzada y la soledad, principales motivos del cuidado
Por otra parte, de acuerdo con el I Estudio del Observatorio Cinfa de los Cuidados, una de cada tres personas cuidadoras (35,3 %) considera que la edad avanzada de su familiar es el primer motivo de que necesite ser cuidado. El segundo es la soledad (14,9 %) y el tercero, una enfermedad neurodegenerativa (14,5 %).
Respecto al tipo de cuidados que se prestan al familiar, el 56,2% de las personas encuestadas le hace compañía para apoyarle emocionalmente y casi la misma proporción (56,1%) acude con él o ella a las citas médicas. El 43,8% le acompaña a la calle en sus gestiones cotidianas; un 43,3 % organiza la atención médica -gestión de citas y seguimiento de informes y resultados de pruebas- y cuatro de cada diez realizan labores domésticas (39,7%).
Un rol que se vive de múltiples maneras
Al ser preguntadas por cómo asumen hoy este papel, más de la mitad de las personas cuidadoras (58,2%) lo considera una muestra de afecto, así como una elección personal (53,9%). Para cuatro de cada diez (42%), cuidar constituye una obligación personal o familiar; para tres de cada diez (32,1%), este rol dignifica como persona y el 16% considera que su economía le impide plantearse otra opción. Por último, una de cada diez (10,7%) personas encuestadas lo vive como una obligación social y el 8,7%, como una carga.
En esta línea, seis de cada diez personas cuidadoras (62,4%) consideran que atender a su familiar tiene tanto aspectos positivos como negativos. El 57,2% de aquellas que han declarado que tiene aspectos positivos apunta a la tranquilidad de saber que su familiar está bien atendido como la emoción que predomina en su experiencia de cuidado. Para la mitad de las personas encuestadas (51,2%), una de las emociones primordiales es la satisfacción de cuidar a un ser querido y, para un 35,2%, la alegría por los momentos compartidos.
Para quienes consideran que el cuidado tiene aspectos negativos, el cansancio o agotamiento físico y/o emocional es la sensación predominante en casi seis de cada diez casos (59,6%). Un 48,1% siente responsabilidad y que debe estar siempre pendiente y casi el mismo porcentaje (47,1%) experimenta preocupación y se pregunta si está haciendo lo suficiente.
La incertidumbre de quién les reemplazará en el cuidado, principal preocupación
El I Estudio del Observatorio Cinfa de los Cuidados también aborda las preocupaciones que inquietan a quienes asumen el rol de cuidadora o cuidador. Para una de cada tres personas encuestadas (35,7%), la principal es la incertidumbre de quién cuidará a su familiar si en algún momento él o ella no puede. Tres de cada diez (31,4%) sienten inquietud por que pueda afectar a su propia vida familiar -la relación con hijos e hijas, pareja, etc.- y el 30,8% duda de si estará cuidando bien a su familiar.
Cabe destacar también que ocho de cada diez personas cuidadoras (81,2%) opinan que atender a un familiar mayor les ha cambiado el modo de ver la vida: el 28 % afirma valorar más el tiempo y las pequeñas cosas; dos de cada diez (23%) aseguran que su visión vital ha cambiado un poco, pero no de manera fundamental, el 15,1% piensa que ahora su vida está más enfocada a los demás que a sí misma y la misma proporción (15,1%), que se ha hecho más fuerte y resistente.
Respecto a las habilidades o valores que las personas cuidadoras afirman haber desarrollado con su nueva labor, la paciencia y la tolerancia (60,2%) ocupan el primer puesto, seguidas de la empatía y la capacidad de escucha (43,5%) y de la fortaleza emocional (38,6%).
Por último, más de la mitad (55,5%) de las personas encuestadas considera que la situación de cuidado ha fortalecido su relación con el familiar atendido. En uno de cada tres casos (36,6%), este vínculo no ha experimentado variaciones y el 7,9% siente que dicha relación se ha deteriorado.
