El estudio Refleja2, en el que han colaborado FEDE y RedGDPS, con el apoyo de la compañía al cuidado de la salud Abbott, ha tenido como propósito identificar las principales similitudes y diferencias en la percepción de la Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2) entre 974 médicos de Atención Primaria y 1.012 pacientes en nuestro país, donde la prevalencia de esta patología ronda el 14% de la población.
Los datos que arroja el estudio han permitido contrastar y analizar la percepción de médicos y pacientes sobre el estado general del paciente y cómo afecta la DM2 a su estado de salud general. Para ello, se han analizado diversos parámetros como la adherencia y satisfacción con el tratamiento. En este caso, la diferencia de percepción entre médico y paciente respecto a la adherencia del tratamiento pone de manifiesto que los médicos se interesan en mayor grado, en un 94% de los casos, por el tratamiento de sus pacientes, mientras que un 67,5% de los pacientes informaron de que su médico también se preocupaba por este aspecto. Este punto pone de manifiesto que ambas percepciones están en la misma línea pero el médico debe hacer un mayor esfuerzo por interesarse por el tratamiento del paciente por si hay que hacer alguna modificación en algún momento para el buen control de la patología.
En este sentido, el presidente de la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE), Andoni Lorenzo Garmendia, ha señalado que estas diferencias de percepción evidencian que existe un problema de comunicación que debe ser corregido de inmediato. “Ambos colectivos, médicos y pacientes, deben estar coordinados y trabajar conjuntamente; son un tándem que deben estar en perfecta sintonía ya que en caso contrario, se perderá la relación de cercanía que debe haber entre ellos, y que es clave para que el paciente conozca y controle su patología, se adhiera adecuadamente a su tratamiento y, en suma, consiga una mayor calidad de vida por su implicación directa y responsable con su diabetes”. Si esto no es así, Lorenzo remarca “las consecuencias que tendría para el SNS ya que esta falta de comunicación influye directamente en el sistema, que debe hacer una apuesta más decidida por centrarse en el paciente crónico y abandonar su estructura reactiva para convertirse en un sistema preventivo. Con ello se conseguiría, además de una mayor calidad de vida de los pacientes, aumentar la sostenibilidad y eficiencia de la atención sanitaria y reducir los costes indirectos que ascienden 17.630 millones de euros y los directos que rondan los 5.447 millones de euros”.
Con respecto a la satisfacción con el tratamiento, ambos colectivos manifiestan en un 67,1% en el caso de los pacientes y un 81,5% en el de los médicos, que la frecuencia con la que el médico pregunta a los pacientes sobre este aspecto es adecuada. De esta forma, médicos y pacientes consideran que el tratamiento que prescribe el médico y recibe el paciente se ajusta mucho a las necesidades de estos últimos, aunque esta tendencia se observa en mayor medida en el caso de los médicos. Sin embargo, los pacientes destacan que el tratamiento recibido por el médico ha mejorado su calidad de vida (un 62%) y, esta percepción, es menor en el caso de los médicos (52%).
Sobre este aspecto, el Dr. Josep Franch, médico de Atención Primaria y miembro de la RedGDPS, aseguró que “en el caso de la diabetes también es fundamental la toma de decisiones compartidas entre el paciente y el profesional sanitario tanto en el seguimiento clínico como a la hora de elegir la mejor opción de tratamiento. Habitualmente no existe un solo enfoque cierto y se abren varias posibilidades que deben explorarse para intentar aportar la mayor calidad de vida posible a todos los pacientes en general. Esto contribuirá a mejorar la satisfacción y la adherencia al tratamiento y fortalecerá la imprescindible relación médico-paciente”.
Otro aspecto del análisis es sobre si los pacientes siguen las recomendaciones médicas para el control rutinario de la glucemia, y los datos no dejan dudas: un 80% de los pacientes las siguen de forma frecuente. Más de la mitad de los pacientes (57%), considera importante el seguimiento de las recomendaciones de su médico para el control de la patología. Mientras que la mayoría de los médicos considera muy importante (57,8%) o importante (42%) alcanzar los objeticos de control de la diabetes que establecen a sus pacientes. En definitiva, los pacientes creen importante seguir las instrucciones médicas; sin embargo, para el equipo médico es fundamental alcanzar los objeticos fijados al paciente para el control de su diabetes.
Respecto al análisis que se realiza en el informe en cuanto a la frecuencia con la que el enfermero les proporciona información sobre su enfermedad, autocontrol de la glucemia o técnicas de administración del tratamiento, es menor la percibida por parte de los pacientes, primeros afectados, en comparación con la percibida por los médicos que la consideran adecuada. Así, los pacientes afirman en un 25 – 30% de los casos que casi nunca recibe esta información. Este análisis refleja que se debe hacer un mayor esfuerzo para mejorar la atención diabetológica que reciben los pacientes por parte del personal de enfermería.
En el estudio Refleja2 también se ha examinado el valor que otorgan médicos y pacientes al uso de las nuevas tecnologías para el control de la diabetes. En este caso, hay diferencias significativas. Un 45,7% de los médicos creen que las nuevas tecnologías tienen mucho valor, mientras que este porcentaje baja al 28% en el caso de los pacientes. Además, los resultados también muestran diferencias en cuanto a la edad, los pacientes más jóvenes dan más valor al uso de esta herramienta como método de control de la patología.
Por último, en el informe también se evalúa la relación entre médico y paciente. La mayoría de los pacientes, casi un 85% de los casos, la valoran como buena o muy buena, y esta valoración para los médicos también representa un porcentaje muy alto, ronda el 99%.
En conclusión, el estudio Refleja2 quiere llamar la atención sobre la necesidad de estrechar cada vez más el vínculo entre médico y paciente, por ser una convivencia necesaria para afrontar con garantías de éxito una patología crónica como es la diabetes. Por otra parte, el estudio también reclama la necesidad de que el paciente sea el protagonista de su propia enfermedad, ya que se ha demostrado que cuando éste percibe que su perspectiva y experiencia son valoradas por el profesional sanitario, aumenta su satisfacción y adherencia al tratamiento y mejoran los resultados clínicos.