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Claves nutricionales para padres: cómo combatir la obesidad infantil

La falta de conocimiento de los progenitores españoles impide en muchos casos actuar correctamente ante la obesidad o el sobrepeso infantil

I Obesidad infantil nfografico Estudio CinfaSalud Nutricion infantil_Habitos incorrectosAnte el creciente problema de la obesidad y el sobrepeso infantil, el modo de actuar de muchos progenitores españoles se caracteriza por una falta de conocimiento o de acierto para combatir esta situación: según el V Estudio CinfaSalud: “Percepción y hábitos de salud de las familias españolas sobre nutrición infantil”, realizado en 2016, una tercera parte de los padres y madres que perciben en su hijo sobrepeso (36,8%) u obesidad (32,2%)* no toma las medidas adecuadas para ayudarles a alcanzar un peso saludable.

El doctor Julio Maset, experto médico de Cinfa, recalca la importancia de no caer en la pasividad ante la existencia o riesgo de sobrepeso de los niños y anima a los padres a realizar cambios en los hábitos diarios relacionados con la alimentación y el ejercicio.

Una conducta activa ante los casos de sobrepeso en nuestros hijos ayudará a evitar que estos niños y niñas se conviertan en adultos obesos, una situación que multiplica el riesgo de que padezcan enfermedades crónicas en el futuro. Por ejemplo, diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, problemas respiratorios e inflamatorios o patologías osteoarticulares”, afirma.

Pese a ello, como indica el estudio de Cinfa -avalado por la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP)-, solo el 35,3% de los padres de niños con sobrepeso y el 45,6% de los que tienen hijos obesos acuden al pediatra para afrontar el problema.

Apuesta por la dieta mediterránea

El estilo de vida actual, marcado por las prisas y la falta de tiempo, contribuye a que los padres encuentren dificultades a la hora de elaborar menús equilibrados o de sentarse a la mesa con sus hijos, un aspecto clave para inculcar buenos hábitos nutricionales a los más pequeños. En este sentido, desde Cinfa indican que el punto de partida que puede ayudar a las familias a lograr una nutrición sana es seguir la dieta mediterránea. Como recuerda el doctor Maset, “al incluir todos los grupos de alimentos en las cantidades y frecuencia recomendadas, esta dieta garantiza a nuestros hijos e hijas la energía y nutrientes que necesitan para su correcto desarrollo físico e intelectual de una forma muy equilibrada. Por desgracia, cada vez nos alejamos más de la dieta mediterránea, pero es más necesario que nunca volver a ella”, insiste.

La dieta mediterránea se caracteriza por un consumo bajo de carne (entre una y tres veces a la semana), moderado de pescado (más de tres veces a la semana) y alto de verdura (más de siete ocasiones semanales). Sin embargo, los resultados de la investigación de Cinfa dejan claro que a los padres todavía les queda mucho margen de mejora hasta reconducir su día a día en esa dirección: más de la mitad (51,9%) de los escolares españoles consume carne entre cuatro y siete veces a la semana; solo uno de cada cinco niños y niñas (21,3%) toma pescado con la frecuencia recomendada, y tan solo uno de cada diez (12,1%) come verdura en la cantidad que indican los expertos.

“No se trata de convertirnos en expertos nutricionistas, sino de esforzarnos por ajustar esas raciones y grupos de alimentos a las comidas de toda la familia, intentar incorporar medidas relacionadas con la actividad física y el descanso y, sobre todo, enseñar a comer bien y con sabores variados. La educación nutricional comienza en casa”, concluye el experto.

10 claves para conseguir que nuestros hijos se alimenten bien

  1. Recupera en casa la dieta mediterránea. La dieta española de toda la vida incluye todos los nutrientes que nuestros hijos necesitan para un correcto crecimiento, gracias a los alimentos de gran calidad nutricional de los que se compone: aceite de oliva, pescado, legumbres y cereales (pan, pasta y arroz), lácteos, huevos, frutas, verduras, yogur y frutos secos. Todos ellos admiten preparaciones muy atractivas para los pequeños. El agua será su mejor complemento.
  2. Asegúrate de que tus hijos comen cinco veces al día. Los pediatras y nutricionistas españoles recomiendan la distribución de la ingesta de calorías en cinco comidas diarias: un desayuno completo, almuerzo de media mañana, comida, merienda y cena a una hora temprana. De esta manera, se asegura la ingesta de todos los nutrientes necesarios y se evita el “picoteo” entre horas.
  3. Guíate por la pirámide alimentaria. Se trata de un instrumento muy útil a la hora de conocer las raciones de los alimentos y la frecuencia con la que nuestros hijos e hijas han de tomarlos. Explícasela y diseñad juntos menús que cumplan los criterios que esta marca.
  4. Evita los alimentos que engordan, pero no alimentan. El consumo de fritos, bollería, dulces y snacks debe constituir una excepción, pues contienen excesivos azúcares, grasas saturadas y sal, además de no aportar apenas micronutrientes. Lo mismo sucede con la comida rápida: no la conviertas en un rito semanal e intenta sustituirla por otras recetas apetecibles.
  5. Comed en familia. Organizad los horarios para poder comer juntos al menos una vez al día y aprovechad ese momento de reunión para charlar, compartir las experiencias del día, bromear y hacer planes. Y acuérdate de predicar con el ejemplo: los más pequeños observan e imitan los hábitos de los mayores y aprenden de ellos.
  6. En la mesa, aparcad el móvil y la televisión. La atención de niños y progenitores debe centrarse en la comida y en quienes se sientan a la mesa. Los dispositivos tecnológicos interrumpen o anulan la conversación familiar, por lo que es recomendable dedicar ese rato a hablar con los tuyos y dejar para otro momento los mensajes, el teléfono o la tele.
  7. Llévatelos a hacer la compra. Pídeles ayuda para elaborar la lista y, una vez en el supermercado, que se hagan cargo de una parte. Enseña a los más mayores a interpretar las etiquetas y comenta con ellos los valores nutricionales de los productos.
  8. Prepara los alimentos de maneras diversas y pídeles que cocinen contigo. Alternar asados, hervidos, a la plancha, guisados o incluso crudos en gazpachos y ensaladas garantizará que la comida se convierta en un hábito variado y estimulante y educará su paladar en cuanto a sabores. Enséñales algunas técnicas culinarias sencillas o divertidas y pídeles que te ayuden a decorar los platos; aprenderán que un pescado o una verdura pueden ser sabrosos y atractivos.
  9. Ponles en movimiento. Anima a tus hijos a realizar ejercicio y a reducir el número de horas que pasan frente a la televisión o los videojuegos. Sobre todo, aliéntales a llevar una vida activa, en la que caminen, paseen o suban escaleras de manera cotidiana y en la que tú seas su mejor ejemplo.
  10. Asegúrate de que duermen más de diez horas. Las sociedades científicas recomiendan que los escolares de entre 6 y 12 años duerman más de diez horas diarias, como un arma más para combatir el sobrepeso. Los niños y niñas necesitan descansar bien para afrontar su jornada de juegos y escuela. En este sentido, cenar a una hora temprana ayuda a que el sueño sea más profundo y reparador.

No hay nada más importante para los padres que la salud de sus hijos. La lucha contra la obesidad infantil es una tarea ardua, pero hay algunas claves nutricionales que los padres pueden utilizar para ayudar a sus hijos a llevar una vida saludable. Estas claves incluyen ofrecer una variedad de alimentos saludables, limitar el tiempo de pantalla, promover la actividad física y asegurarse de que los niños duerman lo suficiente.