Los valores éticos también deben formar parte de la mencionada venta de productos de farmacia. Para ello, la Fundación de Ciencias de la Salud solicita más colaboración para instaurar garantías en la promoción y comercialización de medicamentos
La necesidad de instaurar buenas prácticas en la promoción de fármacos ocupa el tema principal del número 44 de la revista digital EIDON, en el que la Fundación de Ciencias de la Salud, a través de su presidente, el profesor Diego Gracia pide la colaboración entre instituciones del Estado, empresas farmacéuticas y profesionales sanitarios para atajar los abusos.
El profesor Gracia defiende en el editorial titulado ‘Valores y garantías’ que los fármacos han de promoverse con precauciones: “Lo que está en juego son otros valores, como la vida, la salud o la dignidad, que también nos importan. No todo lo técnicamente posible es éticamente correcto”. En este sentido, el presidente de la Fundación de Ciencias de la Salud señala que los problemas legales y éticos se centran en la fase de comercialización, donde la industria farmacéutica “ha llegado a ponerse a nivel de la del tabaco” debido a los abusos de los años 50.
El profesor Gracia hace referencia al artículo publicado con el título ‘El medicamento: valores y garantías’, del profesor Juan Esteva de Sagrera, en el que realiza un repaso del rol desarrollado por la industria farmacéutica: “La Farmacología experimental vio la luz en la primera mitad del siglo XIX, y la Terapéutica en el tránsito del siglo XIX al XX. Los años 50 y 60 del pasado siglo fueron la época dorada de la farmacología, de generalización de los primeros antibióticos, corticoides y neurolépticos”.
La evolución del sector ha sido drástica, sin embargo, tal y como afirmó el presidente ejecutivo de GSK, Andrew Witty: “Seguimos preguntándonos si hay otros métodos más efectivos de operar que los que hemos seguido en los últimos 30 o 40 años”. Por este motivo, Gracia considera necesario que se instauren buenas prácticas en el orden de la promoción y comercialización de fármacos similares a las que se introdujeron en los 70 en la investigación clínica: “Para que el cambio sea eficaz los profesionales sanitarios deben tener madurez e integridad suficientes como para abstenerse de prácticas que en unos casos les están prohibidas y en otros atentan frontalmente contra los niveles de calidad ética que la sociedad tiene derecho a esperar de ellos”. Según el presidente de la Fundación de Ciencias de la Salud a estos debe unirse el Estado a través de regulaciones públicas, y las propias empresas farmacéuticas
La transparencia como generador de confianza
La instauración de buenas prácticas en el proceso de comercialización implica un esfuerzo por parte de la industria farmacéutica, que debe asegurarse de la implantación de garantías y valores, pero también de la transparencia en la realización de sus funciones.
Para el director de la Unidad de Supervisión Deontológica de Farmaindustria, José Francisco Zamarriego, la industria debe ser “un ejemplo ante la sociedad en sus relaciones con sus distintos grupos de interés, especialmente con los profesionales sanitarios, las organizaciones sanitarias y de pacientes”. En esta línea, Zamarriego afirma que estas relaciones deben establecer mecanismos de transparencia que acrediten que dichas relaciones son legítimas y necesarias.
“La sociedad desconoce cuál es el verdadero valor añadido que aporta esta industria en la sociedad moderna”, asegura el director de la Unidad de Supervisión Deontológica de Farmaindustria. Por este motivo, es más importante que nunca, según Zamarriego, ser transparentes: “Actualmente están en marcha determinadas actividades, pero siempre existe un margen de mejora continua”.
El último número de la revista digital EIDON también incluye una entrevista a Albert J, Jonsen, uno de los padres fundadores de la bioética estadounidense y las crónicas del XII Congreso de Bioética de la ABFyC y del XVI Ateneo de Bioética.