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La revista del canal farmacia

El abecé de los complementos alimenticios

Los complementos alimenticios no sustituyen en modo alguno una dieta ni un estilo de vida saludable, pero refuerzan el buen estado de salud garantizando los nutrientes necesarios. El consejo del profesional sanitario para la elección de los más adecuados se antoja imprescindible

El abece de los complementos alimenticiosLos complementos alimenticios llevan en el mercado desde hace varias décadas, pero su inclusión en el marco jurídico europeo no se produjo hasta el año 2002 (Directiva 2002/46/CE). En esta fuente normativa, el suplemento se define como cualquier ‘producto alimenticio cuyo fin sea complementar la dieta normal‘; es decir, fuentes concentradas de nutrientes o de otras sustancias que tienen un efecto nutricional o fisiológico (en forma simple o combinada), y que se comercializan en dosis (cápsulas, pastillas, tabletas, píldoras, bolsitas de polvos, ampollas de líquido, botellas con cuentagotas…) a consumir en pequeñas cantidades unitarias. A su vez, la Directiva establece el concepto de ‘nutriente’ refiriéndose a las vitaminas y a los minerales, pero cita igualmente otros ingredientes utilizados en la composición de los complementos alimenticios; entre otros, aminoácidos, ácidos grasos esenciales, fibras, así como plantas y extractos de hierbas. A la hora de comprar un suplemento alimenticio, existen distintos tipos de suplementos que determinarán tanto su eficacia como su precio.

Podemos establecer una primera clasificación en función de su origen o modo de obtención:

  • Los naturales son aquellos suplementos de origen mineral, vegetal o animal que, tras un breve procesado, se mantienen tal y como fueron diseñados por la naturaleza. Hablamos, por ejemplo, del aceite de hígado de pescado, el polen de abeja, la levadura de cerveza, el ajo, y todos los minerales.
  • Los suplementos de origen natural han sido extraídos de fuentes minerales, vegetales o animales mediante un proceso de laboratorio. Las vitaminas A y D del aceite de hígado de pescado, la vitamina E extraída del aceite de soja, la lecitina de soja, las enzimas digestivas, las proteínas en polvo, y los aminoácidos están todos ellos incluidos en este grupo.
  • Los idénticos a los naturales son aquellos nutrientes ‘prefabricados’ en laboratorio a imagen y semejanza de los nutrientes naturales en estructura molecular y actividad en el cuerpo humano. La vitamina C (producida a partir de maíz) y las vitaminas del complejo B son algunos de estos nutrientes ‘manufacturados’ e idénticos a los naturales.
  • Los estrictamente sintéticos son aquellos nutrientes producidos en laboratorio que no guardan semejanza con los naturales. Es el caso, por ejemplo, de la vitamina E sintética (dl-alfa tocoferol), menos eficaz y de peor absorción que la forma natural (d-alfa tocoferol).
  • Los nutrientes obtenidos de levaduras cultivadas en medios enriquecidos con minerales y algunas vitaminas. Este método de enriquecimiento permite obtener vitaminas y minerales asimilados en levaduras. Una muestra de este tipo de suplemento es la L-selenometionina, forma de selenio orgánico obtenido del asimilado en la pared de la levadura.

En el caso de las plantas medicinales, la llamada fitoterapia, su clasificación como complemento alimenticio fue otrora discutida, ya que en las dosis que aportan las cápsulas o comprimidos, estas plantas no tienen un efecto nutritivo, es decir, no aportan cantidades destacables de macro o micronutrientes (grasas, proteínas, fibra, vitaminas, minerales, etc.). Plantas como la valeriana, el ginseng, el hipérico o hierba de San Juan, la cúrcuma, el jengibre, el ajo, el tomillo, el gingko, la maca, guaraná, el cardo mariano, o el romero, interesan no por sus principios nutritivos, sino por su efecto fisiológico (flavonoides, alcaloides, gingeroles, aceites esenciales…). Por su parte, la nutrición ortomolecular se basa en aportar las moléculas justas o correctas para cada individuo, o lo que es lo mismo, la concentración óptima de las sustancias que están presentes en nuestro organismo para poder corregir alteraciones y mantener una buena salud. Esta complementación utiliza sustancias nutritivas fundamentales como vitaminas, minerales, aminoácidos, ácidos grasos, enzimas, antioxidantes y fibra dietética; y lo hace no sólo de forma preventiva para evitar la aparición de dolencias y mantener una buena salud, sino también para tratarlas.

Algunos de los complementos alimenticios contienen además microorganismos capaces de ‘sembrar’ nuestro intestino de bacterias beneficiosas para la flora intestinal. Los llamados probióticos refuerzan el sistema inmunitario, desplazan los microorganismos nocivos para la salud, y evitan su proliferación; también nos ayudan a digerir alimentos, y colaboran en la formación de nutrientes esenciales como las vitaminas, los enzimas digestivos y ácidos grasos de cadena corta; estimulan la formación de ácido láctico, disminuyendo el pH del tubo digestivo; y favorecen la absorción del calcio, el magnesio y el hierro.

Por objetivos

Siempre que queramos garantizar el aporte nutricional necesario y cubrir los déficit alimentarios en nuestro organismo optaremos por las multivitaminas, al fin y a la postre los suplementos más vendidos en nuestro país. Si estamos bajos de energía, los suplementos energéticos ayudan a restaurar nuestro equilibrio y renovar esa energía perdida; por ejemplo, complementos a base de Ginseng, Guaraná, Jalea Real, Chia o Maca.

En la categoría de suplementos para deportistas se incluyen tanto los suplementos para mejorar el rendimiento como los específicos para procesos de dieta. Entre ellos encontramos los ácidos creatina, las proteínas, los aminoácidos y los quemadores de grasa. Todos estos productos están indicados especialmente después de la práctica de un deporte, ya que son muy buenos para la recuperación de las células musculares.

Los estimulantes para potenciar el rendimiento son muy comunes en este tipo de suplementos. La cafeína ha demostrado ser un buen potenciador del rendimiento, siempre que forme parte de una dieta saludable y una rutina de ejercicio físico.

Por otro lado, las personas con dolor en las articulaciones pueden tomar glucosamina y condroitina, ambos eficaces en el alivio del dolor. Para prevenir problemas cardiovasculares, los complementos con ácidos grasos omega-3 resultan indispensables.