El ejercicio físico y la alimentación equilibrada son dos de los mejores aliados que las mujeres pueden tener a lo largo de su vida. Desde una chica embarazada hasta una mujer que ha llegado a la menopausia, es importante cuidar de nuestra salud y para ello podemos contar con los consejos de los profesionales farmacéuticos
Cabría pensar que cualquier mujer que haga ejercicio y que siga una dieta equilibrada estaría físicamente preparada para enfrentarse, por ejemplo, a un embarazo. Sin embargo, la mayoría de mujeres, que pasan por múltiples cambios hormonales a lo largo de su vida, necesitan aportes nutricionales específicos.
Es normal que surjan muchas incertidumbres sobre cuáles son los mejores consejos para seguir y los cuidados o complementos más apropiados para cada etapa. En este sentido, aunque es positivo acudir a expertos de la salud, hacemos un repaso de los nutrientes más destacados en cada etapa.
Preconcepción y embarazo: ácido fólico y vitaminas
Durante el embarazo la alimentación equilibrada es clave aunque también puede ser interesante sumar algunos complementos alimenticios, siempre buscando el consejo farmacéutico. En la etapa preconcepcional juega un papel fundamental el ácido fólico. Se ha constatado que la ingesta de ácido fólico disminuye la tasa de labio leporino y las cardiopatías congénitas en los bebés. En un estudio se concluyó que era buena la suplementación diaria con ácido fólico en dosis de 0,4 mg/día a toda madre gestante. Y que debía comenzarse, al menos, 1-2 meses antes de la concepción, y mantenerse durante todo el embarazo1.
Asimismo es recomendable nutrirse con vitaminas del grupo B (sobre todo B12, que podemos encontrarla en casi todas las frutas, así como en algunas carnes y en los productos lácteos), muy importante de cara a la inmunidad y en el proceso de fertilización, y así conseguir que el embarazo se desarrolle con normalidad y seguridad. También las vitaminas D y K, con las que podemos prevenir enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, obesidad y el cáncer, según los expertos.
Por otro lado, los minerales son imprescindibles, por ejemplo, el zinc, primordial para la maduración de los ovocitos (las células que hacen posible el embarazo). La vitamina D (que podemos conseguir a través del sol o de alimentos como pescados azules) ayuda a absorber calcio y el yodo. Esto es muy relevante de cara a la estructura cerebral y el desarrollo intelectual del feto, además de potenciar su energía y también la de la madre, que se enfrentará a unos meses de agotamiento físico y cansancio mental frecuente.
Durante el embarazo la complementación ha de ir encaminada también al ácido fólico, yodo y hierro, sustancias que contribuyen a la formación de células sanguíneas y que participan en la inmunidad y en la formación del feto. Y la vitamina C, para evitar bacterias e infecciones durante esta etapa. En el post-embarazo se sigue recomendando la ingesta de minerales, concretamente el yodo y el calcio, imprescindibles para la formación de los músculos y del esqueleto y para cuidar la salud bucodental.
Menopausia e insomnio
La vida reproductiva de las mujeres dura unas cuatro décadas, hasta que cesa el ciclo de fertilidad pasados los 50. En la menopausia tienen lugar algunos cambios hormonales en el cuerpo de la mujer, disminuyendo la producción natural de estrógenos y progestágenos. En esta etapa es habitual y normal la presencia de sofocos, ansiedad, irritabilidad, insomnio y el aumento de peso. También puede haber sequedad vaginal que provoca que las relaciones sexuales puedan llegar a ser incómodas. Además, puede haber alteraciones urinarias o vaginales o que se presenten principios de desórdenes psicológicos como, por ejemplo, la depresión. También se pueden debilitar los huesos y el cabello.
Para tener una premenopausia y una menopausia tranquilas y sin excesivos problemas, lo recomendable para los expertos es mantener una dieta equilibrada, con alimentos que fortalezcan los huesos, es decir, comidas ricas en calcio y vitamina D y B (huevos, lácteos, carnes y pescado). Es fundamental la presencia en la dieta de fibras, legumbres, frutas y vegetales y es bueno para los riñones y para tener una piel bien hidratada beber bastante agua, entre 1,5 y 2,5 litros al día. También hay que controlar las grasas que se consumen, procurando reducir las cantidades de productos como la manteca que pueden aumentar los niveles de colesterol. Hay que tener en cuenta que en esta etapa hay mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, por lo que es muy beneficioso consumir resveratrol, ya que tiene una potente acción antioxidante.
Existen algunas sustancias claves en esta etapa como el betacaroteno, los bioflavonoides, las antocianinas, el ácido alfa lipoico, la coenzima Q10 y el resveratrol, aunque son necesarios más ensayos clínicos para conocer sus efectos reales sobre la salud y las dosis recomendadas.
En la postmenopausia, el metabolismo de la homocisteína aumenta y esto está ligado a algunas vitaminas del grupo B, especialmente el ácido fólico, la vitamina B6 y la B12. “La suplementación con folato reduce los niveles de homocisteína, disminuyendo así el riesgo de alteraciones cardiovasculares”, así lo asegura la farmacéutica comunitaria de Vitoria-Gasteiz, Mª Carmen Agirre Lekue en un curso sobre complementos alimenticios para la mujer.
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Referencias:
- 13. Martínez RM, Jiménez AI, Navia B. Suplementos en gestación: últimas recomendaciones. Nutr Hosp. 2016; 33 (Supl 4): 3-7.