Todas las variedades de Vitis vinifera L. tienen principios activos con propiedades medicinales que pueden tener utilidad terapéutica. Gran parte de las hojas de vid recogidas durante la vendimia se podrían aprovechar en fitoterapia
Gran parte de las hojas de vid recogidas durante la vendimia, que tiene lugar a mediados de septiembre, se podrían aprovechar en la fabricación de preparados farmacéuticos, ya que todas las variedades tienen principios activos con propiedades medicinales.
En concreto, las hojas de vid roja tienen usos aprobados para el tratamiento de la insuficiencia venosa crónica y sus síntomas como hinchazón y piernas cansadas o calambres. Se calcula que por cada hectárea de viñedo se pueden obtener entre 3.000 y 4.000 kg de hoja fresca en aquellos campos utilizados para obtener uvas. Si fueran para obtener hoja, la producción de hoja fresca sería mucho mayor.
En España, la superficie plantada de viñedos está alrededor de 1 millón de hectáreas. “Es un mercado con un gran potencial pero no se aprovecha todo lo que se podría para la producción de preparados con fines terapéuticas a pesar de su evidencia científica en el tratamiento de diversos trastornos de salud leves”, sostiene Luz María Muñoz Centeno, profesora del departamento de botánica de la Universidad de Salamanca. La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) tiene aprobado el uso de la vid roja para el tratamiento de la insuficiencia venosa crónica y sus síntomas, como por ejemplo la hinchazón de las piernas, las venas varicosas, la sensación de pesadez, el dolor, cansancio, picor, tensión o calambres en las pantorrillas.
Arkopharma en la vendimia de vid roja
Arkopharma es líder de ventas de preparados farmacéuticos a base de vid roja. Este laboratorio trabaja con productores de plantaciones locales de campos situados en Valencia en los que la recogida de la hoja fresca suele ser a mediados de septiembre, aunque depende de la climatología que puede hacer adelantar la vendimia. Para ello se estima que este año recolectarán en esos campos 90 mil kilos de hoja fresca de vid roja, que permitirán obtener entre 35 y 40 mil kilos de hoja seca, cuyo extracto será empleado en preparados farmacéuticos. “Cuando la hoja está seca pasa por un proceso de criomolienda, que permite obtener un grano de fina granulometría, y conservar un mínimo del 4% de polifenoles totales, el mínimo establecido por la Farmacopea Europea”, comenta Esmeralda Buendía, directora técnica de Arkopharma. A continuación se procede al encapsulado y acondicionado final.
Para garantizar el efecto terapéutico de la vid roja “es necesario que la planta tenga una mínima calidad, para ello Arkopharma escoge con cuidado y con unas estrictas condiciones a sus proveedores de plantas”, afirma Buendía. Para seleccionarlos se siguen criterios como el seguimiento de métodos de cultivo y de recolección según las normas en vigor, la trazabilidad y estrictos controles de suministro, el respeto por la integridad del biotipo local o la exigencia de que ningún proceso pueda alterar o modificar la planta. Así, en el caso de la vid roja, la recolecta se realiza a mano, con extremo cuidado, para no dañar las hojas ni alterar su composición. Además, una vez que las plantas recolectadas llegan a fábrica, Arkopharma realiza un segundo control para certificar que estas cumplen con sus estrictos criterios de calidad con análisis específicos que prueban, entre otros, que la planta esté libre de contaminantes.