El vicetesorero y responsable de atención farmacéutica del COF de Barcelona, Guillermo Bagaria de Casanova, nos hace un análisis de la atención farmacéutica en Cataluña y nos da unas pinceladas de lo que será Infarma 2020.
Lleva toda la vida pegado a un mostrador de farmacia. Cuando sólo era un niño, Guillermo Bagaria de Casanova observaba con admiración a su madre, farmacéutica de profesión. Y, desde el 2000, sigue su ejemplo en su propia botica. Ahora, además es vicetesorero y responsable de Atención Farmacéutica del COF de Barcelona desde donde se preocupa por implantar una atención más fluida, pero su a vez más adaptada a los tiempos. También es miembro del comité científico de Infarma. Precisamente, hemos hablado con él sobre la situación actual de las farmacias de Cataluña y las novedades de Infarma 2020 que tendrá lugar en el mes de marzo.
¿Cuánto tiempo lleva con la farmacia?
Yo soy farmacéutico comunitario desde el año 2000, así que ese es mi ADN. Por lo tanto, llevo un tiempo en el mostrador. Además, mi madre fue farmacéutica. He mamado esta profesión desde que era pequeñito. Desde hace cuatro años, formo parte de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Farmacéuticos.
¿Cómo valora sus años como vicetesorero y responsable de atención farmacéutica del COF de Barcelona?
Positivamente. Han sido años de trabajo intenso. Tenemos un grupo de profesionales fantástico. Además, en Cataluña hay un gran porcentaje de farmacéuticos que comparten este anhelo de cada día ser más profesionales. Y esto es muy importante a la hora de replantearse nuevos retos y oportunidades.
¿Cómo ha cambiado en Barcelona la atención farmacéutica en los últimos años?
Al ser hijo de farmacéutico, he notado mucho los cambios porque llevo ligado al sector desde hace mucho tiempo. Es cierto que la filosofía de lo que es la atención en el mostrador lleva instaurada desde hace años, pero lo que ha cambiado es la forma en la que lo hacemos. Ahora se hace de forma más definida.
En este sentido, han sido muy importantes los avances tecnológicos. Ahora la intervención en el mostrador es mucho más grande, que la que tenía mi madre no hace tantos años.
¿Qué aspectos se deben mejorar para hacer una atención farmacéutica más brillante?
La formación y dotar de herramientas homogéneas que permitan integrarnos con otros profesionales sanitarios. Tenemos que hablar el mismo lenguaje y trabajar de la misma forma.
Por lo tanto, la formación, el protocolo y el consenso tienen que ser aspectos incuestionables. No se puede trabajar de espaldas. El futuro pasa por la integración y la colaboración de todos los profesionales del sector. También hay que buscar nuevos medios de comunicación para que todo sea más fluido.
¿Hasta qué punto es importante la atención farmacéutica para mejorar la salud de los pacientes?
Un usuario por cada vez que asiste al centro de asistencia sanitaria va siete veces a la farmacia comunitaria. Con esto, no estoy estableciendo ni comparativas ni competiciones, sino que quiero plasmar la proximidad que tiene la red de farmacias con la sociedad.
Es decir, el potencial que tiene la farmacia comunitaria es altísimo. Un ejemplo de ello son las iniciativas que se están llevando a cabo en nuestro territorio español, como el cribado de cáncer de colón o del VIH, que son servicios que ayudan a completar una plataforma de herramientas para la sociedad.
¿Por qué se debe hacer una evaluación económica de los proyectos?
Porque los proyectos tienen que ser sostenibles por sí mismos. No queremos servicios que duren poco, sino que se instauren como una herramienta fundamental para la sociedad.
¿Qué les preocupa a los farmacéuticos en cuanto a la atención?
Es la pregunta de saque. Tenemos un modelo retributivo que pivota sobre el margen del medicamento, la atención farmacéutica se contempla como algo inherente al desarrollo de la profesión y que debe financiarse con esa marginalidad del medicamento, pero en la medida de que vamos complicando esa atención farmacéutica y vamos disminuyendo el precio de los medicamentos, hay un punto de equilibrio sensible. En él, el farmacéutico no puede ofrecer los servicios profesionales de una forma sostenible.
¿Qué retos tenéis en este sentido?
Hay varios temas encima de la mesa que abarcan desde el cambio de modelo hasta la atribución de los servicios, incluso el copago por parte de la ciudadanía. Desde luego es un gran reto plantearse cómo hacer que esa farmacia asistencial sea sostenible y que a su vez se aprovechen los recursos y se incremente la participación del farmacéutico, pero hay que ponerse en marcha.
En este sentido, ¿a qué comunidad mira Cataluña como ejemplo?
Muchas. Al País Vasco, Valencia, Castilla y León, Galicia, Andalucía… Tenemos diecisiete comunidades con diecisiete modelos y estrategias. No hay una que eclipse por encima de otra, porque cada una lleva a cabo estrategias muy acertadas en su contexto. Y, precisamente, esa es la gracia que tiene España que es un país rico en percepciones, sensibilidades y soluciones.
Sin entrar en demagogias, creo que somos impermeables y sensibles a todas las propuestas que se tratan en nuestro país. Además, creo que hay que ir más allá de España como Australia, Irlanda o en Estados Unidos. Hay que mirar, aprender y comparar, porque ninguno de nosotros es un mesías que tenga el poder de solucionar todos los problemas.
¿Qué opina de la atención a domicilio?
Es necesaria igual que su regulación y su contexto. No todo vale, pero hay que dar respuesta a las demandas de la sociedad. Vemos como nuestra sociedad envejece y tiene nuevas necesidades y no todo el mundo tiene la facilidad de tener un entorno familiar y social favorable y, por lo tanto, hay que pensar en los más necesitados. Al final como miembros de la sociedad que estamos en los barrios y con ese conocimiento que tenemos, debemos ser permeables de esas necesidades.
Forma parte del Comité Científico de Infarma, ¿qué espera de la edición de 2020?
Que sea un punto de encuentro de profesionales en el que compartamos inquietudes y soluciones. Es un caldo de cultivo a la formación de ideas. Con respecto al congreso en sí, espero que sirva para trasladar al colectivo temas de debate, de reflexión y de crecimiento profesional. Conozco el contenido científico y puedo decir que será equilibrado e interesante para los profesionales. Por lo tanto, espero que sean tres días intensos de confrontación de ideas y de diálogo para todos los asistentes.
También será uno de los ponentes, ¿qué abordará en su intervención?
Participaré en tres mesas de Infarma. En una, hablo del cannabis medicinal para trasladar un debate en el que nos planteamos lo que ocurre en la calle, donde existe una demanda de acceso a ciertos recursos como el cannabis medicinal y que como sociedad no estamos dando respuesta.
Mientras que en otro espacio, hablaré de los tratamientos antivirales y su acceso por parte de los ciudadanos. También compartiremos ideas sobre la medicación, la preexposición VIH que recientemente ha sido autorizada en España, pero que todavía tiene ciertas restricciones.
¿Qué espera del nuevo Gobierno de España y, en concreto, del ministro de Sanidad?
Que sea capaz de escuchar y de encontrar soluciones para todas las partes y hacerlo de forma humilde.