Son ya cuatro las comunidades autónomas que permiten retirar la medicación en cualquiera de sus farmacias. Se espera que Galicia sea la siguiente incorporación al sistema
El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad confirmó a principios de octubre la extensión de la interoperabilidad de la receta electrónica en el Sistema Nacional de Salud (SNS) a dos nuevas comunidades autónomas, con lo que ya son cuatro las que cuentan con este sistema.
Así, a Canarias y Extremadura (pioneras en su implantación) se han unido Navarra y Castilla La Mancha, si bien en ésta última las farmacias están todavía ultimando su entrada en el sistema común. De este modo, son ya 475 los centros de salud y 1.955 los consultorios de atención primaria los que disponen actualmente de este sistema de prescripción de receta electrónica, que permite retirar la medicación no sólo en las farmacias de cada comunidad autónoma, sino también en aquellas otras comunidades que ya cuentan con este sistema.
Tras este último avance, casi 2.000 oficinas de farmacia dispensan recetas interoperables, a las que se sumarán próximamente las 1.271 farmacias de Castilla La Mancha. La próxima comunidad podría ser Galicia, cuya incorporación al sistema de interoperabilidad se encuentra en fase muy avanzada, según apunta el propio Ministerio.
Fuentes del Gobierno recuerdan que el objetivo final es que los pacientes puedan moverse por todo el territorio nacional y obtener sus medicamentos prescritos en cualquier farmacia del país, independientemente de en cuál de ellas hayan sido recetados, y sin necesidad de preocuparse por las fechas de dispensación en las que tienen que retirar la medicación, o sin tener que acudir a su médico para que les realice anticipos de la misma.
A día de hoy, la receta electrónica supone más del 85% del total de prescripciones que se realizan en el SNS. Se trata de un proyecto, liderado por el Gobierno central y apoyado con una financiación de 34,3 millones de euros para el período 2013-2016, que permite al paciente obtener los medicamentos sin necesidad de portar el documento en papel que justifique la dispensación. En tratamientos crónicos, evita la carga burocrática y la repetición de consultas, además de mejorar el conocimiento de la adherencia del paciente al tratamiento.