Los síntomas de un golpe de calor son mareo, fatiga, dolor de cabeza, sed, náuseas y malestar. Otras enfermedades causadas por el calor son el agotamiento o los calambres musculares
Ante las temperaturas más altas registradas en toda la historia de Europa, la Sociedad Española de Salud y Medicina Integrativa (SESMI) advierte del alto riesgo actual de sufrir golpes de calor y hace un llamamiento a seguir medidas de prevención inmediatas. También alerta del peligro de sufrir otros tipos de enfermedades por calor como el agotamiento o los calambres musculares.
“El golpe de calor se produce cuando el cuerpo no puede perder calor con suficiente rapidez y, al no poder refrigerarse, la temperatura corporal alcanza niveles peligrosamente elevados”, explica la Dra. Gilda Carvajal, médico especialista en Anestesiología, Acupuntura Médica y Medicina Integrativa y miembro de la SESMI. Los síntomas de alerta más frecuentes de un golpe de calor son el mareo, fatiga, dolores musculares, dolor de cabeza, sed, náuseas y vómitos; la piel está caliente, enrojecida y, en ocasiones, seca.
“A causa de la alteración cerebral, la persona con un golpe de calor puede manifestar confusión y desorientación, puede tener convulsiones o caer en estado de coma. El pulso está generalmente acelerado y la presión arterial y la frecuencia respiratoria pueden aumentar”, señala la Dra. Carvajal. El golpe de calor puede lesionar, de forma temporal o permanente, órganos vitales como el corazón, los pulmones, los riñones, el hígado y el cerebro. “Cuánto más alta sea la temperatura (especialmente si supera los 41º C), mayor será la rapidez en la que aparezcan los síntomas”, añade Carvajal.
Otras enfermedades por calor: los calambres musculares y el agotamiento
El golpe de calor es una emergencia (que puede llegar a ser potencialmente mortal) pero también hay otras enfermedades por calor que debemos tener en cuenta. “El agotamiento por calor se debe a una pérdida excesiva de sales y de líquidos a causa de las altas temperaturas que provoca la disminución del volumen de sangre y que suele tener como síntomas el desmayo y el colapso”, explica la Dra. Gilda Carvajal.
Si no se trata de forma inmediata el agotamiento por calor y la persona sigue expuesta a un calor excesivo, el trastorno puede progresar hasta un golpe de calor. El tratamiento del agotamiento por calor consiste en reposo (en un ambiente fresco) e hidratarse con líquidos y sales, quitar y aflojar la ropa y humedecer la piel.
Los calambres musculares por calor se suelen dar en personas activas en condiciones de calor extremo; son contracciones fuertes en los músculos de las manos, pantorrillas, pies, muslos o brazos que causan endurecimiento, tensión y dolor. “Los calambres se pueden tratar haciendo que la persona afectada descanse en un ambiente fresco y que consuma bebidas que contengan sal o alimentos salados”, explica Carvajal.
Medidas y consejos de prevención ante el golpe de calor
El golpe de calor es el trastorno más grave (potencialmente mortal) que se puede producir por el aumento extremo de las temperaturas. Es obligatorio seguir una serie de consejos y medidas preventivas y evitar la exposición a altas temperaturas y a la humedad.
- Mantener fresca nuestra habitación; las ventanas deben abrirse por la mañana o por la noche. Cuando la temperatura es alta al mediodía, podemos encender el ventilador o el aire acondicionado.
- La temperatura del aire acondicionado nunca debe ser demasiado baja porque el aire fresco cerrará los poros de la piel(evitando que nuestro cuerpo libere la humedad a través del sudor).
- Los días son más largos durante el verano y podemos sentirnos fácilmente cansados y sudar mucho. El descanso (dormir) adecuado favorece la recuperación del cansancio.
- Evitar actividades intensas en ambientes cálidos o mal ventilados. No llevar ropa aislante pesada.
- Si no es posible evitar el ejercicio bajo el calor, hidratarse bebiendo con frecuencia agua (aunque no se tenga sed) y facilitar la evaporación con ropas ligeras o ventiladores.
- Introducir en la dieta alimentos refrescantes como la sandía, el melón, las ensaladas y las verduras.
- Evitar alimentos grasos, excesivamente dulces, frituras, picantes y alcohol.