En las últimas décadas se han realizado destacables avances en el tratamiento del asma, “una enfermedad muy prevalente que afecta a unos tres millones de españoles”, explica el Dr. Carlos Melero, neumólogo del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y editor -junto con el Dr. Antolín López Viña, del Hospital Universitario Puerta de Hierro- del libro “Asma grave: evidencias y carencias”. Sin embargo, “existe entre un 5 y un 10% de pacientes que padecen asma grave, en los que la respuesta terapéutica es pobre”, subraya el doctor. Este porcentaje de pacientes “supone también la mayor carga de la enfermedad en términos de calidad de vida, absentismo laboral o escolar, incapacidades y muertes”, añade Melero.
Los pacientes que no responden a la terapia estándar padecen asma grave y precisan ser identificados y tratados por personal cualificado en unidades especializadas, ya que constituyen un verdadero desafío e implican un elevado gasto sanitario y una dilatada carga económica para el Sistema Nacional de Salud.
“El asma en general, debido a su elevada prevalencia y a los costes indirectos y sanitarios que produce el mal control de la enfermedad, representa el 2% de los recursos destinados a la sanidad pública en España, unos 1.400 millones de euros”, indica el Dr. Carlos Melero.
Asma grave, una reflexión novedosa sobre la enfermedad
El asma grave es, hoy por hoy, una tipología de asma con muchas preguntas que precisan ser respondidas y con mucho que investigar, puesto que “las actuales estrategias terapéuticas son muy limitadas”, según reconoce el doctor Melero. El libro Asma grave: evidencias y carencias, que se ha editado con la colaboración de los laboratorios Chiesi, nace precisamente con el objetivo de “proporcionar a neumólogos, alergólogos y a todos los profesionales con interés por el asma una orientación para el trabajo asistencial con los sujetos con asma grave”, señala el neumólogo.
El especialista señala que existen carencias en relación con el asma procedentes de una serie de hechos encadenados: no disponer de una prueba diagnóstica de certeza, ser una enfermedad variable en su presentación y con síntomas poco específicos que se dan en otras patologías respiratorias determinan el infra tratamiento, el inadecuado control y los posibles efectos adversos del asma. “Abordar estos aspectos exige implementar planes estratégicos que garanticen un adecuado conocimiento de la enfermedad por parte del personal sanitario, una adecuada dotación de infraestructura para la realización del diagnóstico, y un correcto seguimiento de los pacientes”.
Aunque existen otras publicaciones que tratan sobre esta enfermedad, Asma grave: evidencias y carencias aborda novedosamente la temática poniendo sobre la mesa lo que el especialista cree saber, sabe y desconoce sobre el asma grave: “quizás, la mayor novedad sea la unión de los tres aspectos, con la expresión final de las opiniones y reflexiones de los diferentes autores en su papel de expertos, aproximación que va dirigida a satisfacer la curiosidad científica”, añade el experto.
Una manual para los profesionales de la salud
En total, veinte expertos de los principales centros hospitalarios de España inducen a profundizar sobre el asma grave en este libro, con el fin de que esta reflexión repercuta sobre un mejor cuidado de los pacientes.
“Son muchas las dudas con las que se encuentran a diario los médicos y el personal sanitario que debe tratar a este 5-10% de pacientes con asma que no responde a la terapia estándar”, afirman ambos doctores. En Asma grave: evidencias y carencias, estos profesionales encontrarán algunas orientaciones para responder a preguntas como: ¿cómo identificar al paciente con esta entidad?, ¿por qué estos pacientes la desarrollaron?, ¿cómo usar los tratamientos existentes y las nuevas terapias para controlar el asma grave?
Además de proporcionar orientación sobre aspectos básicos como la epidemiología, la patogenia, la fisiopatología, el diagnóstico o el tratamiento, “Asma grave: evidencias y carencias”, a lo largo de sus 14 capítulos y 313 páginas, analiza también aspectos como la relación entre actividad laboral y la gravedad del asma o bien entre el asma y la vitamina D.