En España, el tabaco mata a más de 14.000 personas al año por enfermedades cardiovasculares, según la Sociedad Española de Cardiología, por eso es tan importante dejar de fumar.
Si bien los riesgos de consumir tabaco son más conocidos por su impacto perjudicial en la salud respiratoria, pudiendo ser la causa de cáncer de pulmón o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), existe aún muy poca conciencia sobre cómo el tabaquismo incrementa el peligro de padecer afecciones del corazón.
En el marco del Día Mundial del Corazón, conmemorado cada 29 de septiembre, es necesario generar, tanto visibilidad como conciencia, sobre los riesgos que vulneran nuestra salud cardiovascular. Entre los problemas cardiacos más usuales que puede causar el tabaquismo figuran el infarto de miocardio, la angina de pecho, la afección cerebrovascular (como el ictus cerebral), el aneurisma (el cual surge por la dilatación de la aorta abdominal), entre otros.2
Como toda enfermedad, combatir el tabaquismo no es nada fácil; sin embargo, según datos otorgados por la Sociedad Española de Cardiología3, los beneficios que conlleva la cesación tabáquica se notan desde los primeros 20 minutos, donde la circulación periférica, la presión arterial y la frecuencia cardiaca mejoran. Y, si se deja de fumar por más tiempo:
- En 48 horas: se reduce el riesgo de infarto y el moco bronquial.
- En 2 a 12 semanas: mejora la circulación de la sangre.
- En 1 año: se reduce el riesgo de infarto al 50 %.
- En 10 años: disminuye el riesgo de padecer cáncer de pulmón al 50 %.
Desde Aflofarm, compañía farmacéutica referente en el tratamiento de la dependencia al tabaco, comparten 5 consejos para mejorar la salud cardiovascular y elevar así nuestra calidad de vida:
1. Deja de fumar: el tabaquismo es la principal causa de infartos y enfermedades cardíacas, ya que acelera la frecuencia cardiaca4, contrae las arterias y ocasiona alteraciones en el ritmo de los latidos del corazón.
En nuestro país, el tabaco mata a más de 14.000 españoles al año por enfermedades cardiovasculares. Al dejar de fumar, la sangre se vuelve más líquida y es menos probable que forme coágulos sanguíneos peligrosos. Esto conlleva menos esfuerzo y trabajo para el corazón, ya que será capaz de mover más fácilmente la sangre alrededor del cuerpo.
Dejar de fumar es un camino difícil, sin embargo, con un plan, así como un motivo fuerte, contribuyen mucho en la continuidad. Antes de renunciar, es importante saber encontrar el motivo clave que afianzará este proceso de cesación tabáquica.
2. Sigue una dieta variada y saludable: procura incluir en tu comida diaria alimentos que aporten nutrientes esenciales para mantener un corazón sano. Opta por fuentes de proteínas magras como el pollo, pavo, pescado o legumbres; estos siempre acompañados de una porción de verduras como la espinaca, brócoli, tomates o zanahorias, ricas en fibra y antioxidantes. Limita la ingesta de grasas saturadas, sodio y azúcares añadidos. Incorpora grasas saludables en tu dieta, como las que se encuentran en los alimentos ricos en ácidos grasos y omega-3, como el salmón, las nueces y las semillas. Asimismo, no dejes de lado el consumo de frutas, especialmente las que cuentan con antioxidantes, como los arándanos o las frambuesas.
3. Controla tus niveles de estrés: si no gestionamos de forma adecuada nuestras emociones, existe un gran riesgo de que nuestro corazón pueda verse afectado por situaciones estresantes. A algunos fumadores les resulta difícil renunciar a los cigarrillos porque es su forma de lidiar con el estrés; por ello, es importante encontrar formas saludables de manejar el estrés y cuidarse, sin tener que fumar. Puedes hacer frente al estrés del día y cuidar tu salud emocional – mental, a través de ejercicios de meditación o respiración profunda. Procura además dedicar tu tiempo libre a actividades que disfrutes, ya sean artísticas o outdoor, que te permitan mejorar tu estado de ánimo y autorregular tus emociones. El primer paso para dejar de fumar es escoger cuándo quieres dejarlo, no lo retrases mucho tiempo y evita fechas lejanas, no más de una o dos semanas de distancia.
4. Realiza un plan de actividad física, muévete: practicar deporte no significa realizar largas horas de entrenamiento o correr una competición. Si se busca constancia hasta convertirlo en un hábito, adáptalo a tus características, tiempo y capacidades físicas.
5. Controla la presión arterial y los niveles de colesterol: La hipertensión y los niveles altos de colesterol aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Es importante realizar controles periódicos de la presión arterial, ya que la hipertensión arterial a menudo no presenta síntomas, pero puede conducir a complicaciones graves como enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y enfermedad renal. Por otro lado, el colesterol LDL (“malo”) puede contribuir a la aparición de placas arteriales, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas. Los niveles de colesterol LDL deben mantenerse por debajo de 100 mg/dL. Y recuerda, aunque no tengas antecedentes de hipertensión o colesterol alto, realiza controles periódicos para detectar cualquier problema a tiempo y tomar medidas para mantener una buena salud cardiovascular5.